Dulces noches de pecado. Él es mayor, él es rico, él es guapo, él es el padre de su novia. El deseo y la perdición era su segundo nombre. Deberían de parar lo que estaban haciendo pero las cosas malas.
Jamás se sintieron tan buenas.
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OJO: Capítulo completo en Ink Spired. Lo consiguen con el mismo nombre o mi usuario: missdiane. ¡Gracias por leer!
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Sí, no pararon.
Estaban adictos al otro.
Por un tiempo fueron las personas más respetuosas y evitables con el otro, pero no duró mucho. Era casi ridículo como se evitaban en las pocas reuniones familiares que habían pero aún así, conseguían la manera de hacerlo, hasta que llegó un punto que no podían hacerlo más, porque de alguna manera u otra, terminaban en los mismos lugares.
Sin terceros conocidos.
La siguiente vez fue en la mismísima universidad donde su hija estudiaba. Su novia. La empresa de Taehyung financiaba la universidad, no era la única pero sí la más primordial. Esa empresa era de las más importantes del país así que naturalmente, harían estas tontas charlas con uno de los socios importantes, esta vez sería Kim Taehyung.
Todo bien. No tenía que ir, porque la charla que ofrecía no era para su carrera, era para la de su amigo Mingyu y este siendo el pegajoso cachorro que era, lo había invitado y aceptó. Solo para aceptar que ya no lo necesitaba, que desde aquella vez no había pasado todas las noches en su cama, con un dildo entre sus piernas, follándose él solo pensando en que era su suegro.
No, eso no.
Todo fue bien.
Hasta que quiso ir al baño antes de que Taehyung diera su discurso. Todavía quedaba mucho tiempo para eso y quería prepararse mentalmente para verlo. Taeyeon no estaba, al parecer tenía que seguir encontrándose con esa tal Nya. Mejor así, no quería que viera cómo se ponía cuando veía a su padre.
Porque sí, Kim Taehyung todavía le afectaba como la primera vez.
Se había metido bajo su piel, aferrándose con garras y dientes a su alma, y a su mente. Pasaba noches enteras sin dormir con la esperanza de volver a tener ese hombre contra su piel, rozando sus hombrías mientras se perdían entre el placer. La necesidad, la intensidad de sus acciones golpeaba cada nervio de su cuerpo, anhelando volver a tenerlo dentro.
Después de ese día laboral, pensó muchas veces en terminar con Taeyeon, demasiadas, una constante culpa lo había llenado pero fue suprimida por cada momento que Taeyeon lo llevó a la casa de su padre. Solo verlo podía saciar levemente su sed.
Porque tenía mucha de eso. Como ahora, teniendo que ir al baño para calmar sus nervios y su obvia erección. Esa era otra, era joven, y tendía a pensar mucho, a imaginarse muchos escenarios donde el mayor venía y lo tomaba contra la pared, en su oficina, en su casa, en la cama de su hija...
Se odiaba mucho porque tenía una novia que quería, pero ya no la amaba, y se odiaba, porque su relación ya no parecía de novios, eran como mejores amigos pero él como el cobarde que era, no era capaz de terminarla.
