Capítulo 4 | Bajo la sombra del viejo roble

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(Aviso: Para quienes ya leyeron el capítulo, la parte de Jonas sigue siendo la misma, lo único que se agregó fue el pov de Anakin que me faltó subir antes. Disfruten la lectura)

Jonas

Sentado detrás de una descomunal pila de documentos acomodada sin ningún tipo de orden encima de un destartalado escritorio de acero, el entrenador Anderson lanzó a Jonas una mirada rigurosamente estricta; parecida a esas que suelen emplear los instructores militares con sus reclutas en las películas bélicas que a Jonas tanto le gustaba mirar, tanto en Netflix como en Amazon Prime.

—Muy bien, muchacho, voy a ir directo al grano contigo —empezó el entrenador, con un tono de voz que no tenía nada que envidiarle a un suboficial de las fuerzas armadas—. Eres rápido, muy rápido. Incluso me atrevo a decir que eres más rápido que Holt. Y mira que Holt es el jugador más rápido de mis Halcones. Alguien como tú definitivamente tiene que estar en el equipo.

Jonas esbozó una gigantesca sonrisa.

—Sin embargo —continuó el entrenador, borrándole la sonrisa de los labios como si le hubiese dado un puñetazo—. Tus calificaciones están muy por debajo de lo que el reglamento deportivo le exige a los jugadores, de modo que me es imposible anotarte ahora mismo en el equipo.

—¿Qué? —replicó Jonas, ofendido—. Mis calificaciones está bien.

—Tienes una D en Literatura —indicó el entrenador, leyendo en voz alta lo que Jonas supuso era su boleta de calificaciones.

Una oleada de vergüenza le encendió las mejillas.

—Bueno, eso es porque...

—Una D en Química.

—Escuche, entrenador...

—Una E en Historia.

—Si me dejara explicarle...

—Y tienes una F en Biología, Álgebra y otra más en Geografía. —El entrenador emitió una especie de silbido incrédulo—. Maldición, muchacho, tus calificaciones son peor de lo que imaginaba.

—¿Por qué necesito tener buenas notas si sólo voy a jugar fútbol? —protestó él.

El entrenador chasqueó la lengua.

—Porque en Bicentenary High School es un requisito obligatorio que los jugadores del equipo tengan por lo menos una C en todas sus asignaturas, de lo contrario no se les permite jugar.

—Entonces ¿eso es todo? —preguntó, sintiendo una fuerte presión en el pecho al saber que estaba siendo rechazado—. ¿No podré unirme al equipo por culpa de mis calificaciones?

—Yo no he dicho eso.

—¿Pero no acaba de decir que...?

—Dije que me es imposible anotarte ahora mismo en el equipo —enfatizó el entrenador, guardando las calificaciones del muchacho dentro de una enorme carpeta en la que Jonas vio escrito su nombre con un rotulador—. Cuando Holt se vaya a la universidad el próximo año necesitaré un nuevo corredor. —Levantó las cejas en un gesto de confabulación—. ¿Entiendes lo que quiero decir?

—Eso... creo —contestó Jonas, no muy seguro.

El entrenador dejó escapar un profundo suspiro.

—Tienes tres meses para mejorar esas notas, Young. Hasta entonces, supongo que no tiene nada de malo que vengas a los entrenamientos para que vayas conociendo a los jugadores del equipo.

Fue como ser reanimado después de una muerte fortuita.

—Lo haré —le aseguró—. Mejoraré mis notas, entrenador. Se lo prometo.

Beautiful Symphony ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora