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Te he amado en el pasado, te amo en el presente y si tú me lo permites, te amaré eternamente. Si solo podré verte en mis sueños, estoy dispuesto a no abrir los ojos jamás.
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El cuadro era una mentira. Una brillante y bonita mentira repleta de flores de cerezo y gruesos rayos de sol.
El Emperador había mandado a realizar exclusivamente el día anterior una imagen ociosa del jardín que aparecía más allá de las ventanas abiertas del salón. Una incesante e implacable primavera para recibir la buena fortuna de la Emperatriz.
Si Neji hubiera pintado esa visión del jardin de la manera en que su instinto le había urgido, todo habría sido espinas que hieren la piel y flores marchitas que tapaban la luz del sol salpicadas de rojo.
En las últimas horas se obligó a elaborar una conducta pacífica. Supuso que sí también él hubiera elegido mostrarse como en verdad deseaba, habría adornado al Emperador con garras para desgarrar las carnes y manos del par de traidores que compartían miradas.
El Hyuga ahogo un suspiro, trago la blasfemia que estuvo apunto de salir de su garganta al ver cómo el Uchiha miraba intensamente a su hermana y ella hacia lo mismo. Ahí había un secreto, y para su desafortunado ser— o afortunado— ahora él era cómplice.
Pero todavía no. Todavía no era el momento para actuar. Tenía que pensar con cabeza fría cada movimiento. La venganza no era propia de él, solo buscaba justicia rápida para terminar con aquella traición.
Hasta entonces la imagen de su hermana con ese hombre no le serviría a nadie, salvo a sí mismo y su furiosa rabia y nada más.
Incluso cuando les hablaba por deber oía a Hinata jadeando mientras era profanada por Sasuke. Incluso cuando los miraba, veía al Uchiha azotandoce al cuerpo de ella en una promesa de adoración y deseo. Incluso cada vez que se odiaba así mismo por ser tan ciego y no percatarse antes sus fosas nasales se
llenaban con el sabor del sudor que se extendía sobre la habitación de aquel amor prohibido.—Neji— el castaño parpadeó un par de veces volviendo a guardar su hilo de pensamientos. Miró atentamente a Iruka parado junto a él—. Comenzará la lectura de la Sacerdotisa.
Neji agradeció la llamada de atención del moreno y presto atención a la mujer de llamativa cabellera rosa y belleza exótica. Naruto descansaba sobre su gran silla decorada en oro y terciopelo rojo, al lado de él su esposa y la Emperatriz luciendo mortalmente blanca.
Neji solto una maldición en voz baja, miró hacia las ventanas abiertas que dejaban entrar a la brisa fresca, hacia las puertas pulidas en oro y hasta la alfombra de hilo tejido a mano. El salón estaba demasiado lleno de ojos atentos para arriesgarse a arrojar la hipocresía de Hinata en su cara.
Su mente se movió alrededor de él como una red, buscando a cualquier lugar una salida para terminar con todo. No lo soportaba más. Hinata no solo había traicionado a su matrimonio y a su pueblo, también lo había hecho con su familia; a su sangre; a él.
¿Cuánto tiempo? ¿Por qué? ¿Valdría la pena? El corazón se le encogió al caer en cuenta en esta última cuestión.
Neji se encontró al extremo opuesto del salón con los ojos oscuros de Sasuke. Estaba tranquilo e indomable e indiferente. Neji se pregunto qué era lo que realmente tramaba ese hombre con Hinata. De él no le sorprendía alguna traición, podía esperar cualquier cosa de ese Uchiha, pero que haya enredado a su hermana en una telaraña solo le provocaba un odio aún más profundo.
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El Mago y La Emperatriz
FanfictionSasuke y Hinata serán juzgados por los ojos de la justicia cuando el secreto que tanto protegieron se reveló a la luz. El amor que se proclaman desde niños será lo suficiente fuerte para pelear contra todos aquellos que quieran separarlos. . . . ┗L...