Harry Potter and the Silver Vixen

capitulo 77

20 de diciembre de 1995

Mansión Delcour

Los últimos dos meses y medio habían pasado volando.

Todos estaban felices de saber del compromiso de Fleur y Harry y Appoline especialmente se involucró mucho en la planificación de la boda de su hija.

Y antes de darse cuenta, se encontró de pie aturdido en los terrenos de Delcour Manor.

La mampostería de colores claros brillaba bajo los rayos del sol de la mañana, dando al lugar un brillo casi etéreo que le recordaba a Fleur. Hermosos vitrales se intercalaban aquí y allá entre los grandes ventanales.

Pero a Harry le estaba costando asimilar el paisaje.

Un peso pesado se había posado sobre él en las últimas horas al darse cuenta de la magnitud de lo que estaba a punto de suceder. Cierto, desde hace tres semanas sabía que se iba a casar y que era para siempre, pero eso era él pensando intelectualmente.

Esta era su realidad ahora, pero no parecía del todo real; ¿como puede ser? Era demasiado bueno para ser cierto.

"¿Listo Harry?" preguntó Isaac acercándose detrás de él.

Harry respiró hondo y se obligó a asentir, aunque de alguna manera dudaba que fuera tan fácil. Su ritmo cardíaco aumentó cuando el Sr. Patterson lo condujo hacia el pabellón bajo el cual cimentaría su futuro, e hizo todo lo posible por respirar y mantener la calma. Fue difícil de hacer.

Amaba a Fleur y quería estar con ella, eso era seguro.

Pero maldita sea, cuando llegas al momento real de casarte, puede ser muy estresante.

Se instaló un pabellón y se colocó en una depresión poco profunda cerca de Manor, con una celosía blanca que rodeaba una plataforma hexagonal y un techo abovedado en lo alto. La celosía se elevaba solo un par de pies del suelo, lo que facilitaba la visualización de los invitados reunidos.

Rodeando la estructura, los invitados se sentaron en simples sillas blancas dispuestas en forma de media luna, rotas solo por el pasillo que corría en el medio. Allí se había colocado una larga alfombra roja sobre la hierba, que recorría todo el espacio abierto del frente y subía los escalones, aferrándose a su forma, hasta el pabellón. A un lado había una sencilla plataforma donde un cuarteto de cuerdas tocaba una especie de marcha con la que no estaba familiarizado.

No podía creer que esto realmente estuviera sucediendo.

Isaac caminó con él por una corta distancia pero tuvo que separarse en la base del pabellón, dejándolo solo para subir las escaleras, como era requerido.

Respirando profundamente, pero sin disminuir la velocidad, Harry subió los dos escalones poco profundos hasta el suelo del pabellón y luego se volvió para esperar a su novia. Todavía no había visto a los invitados, y estaba sorprendido de cuántos eran, incluso si muchos de ellos eran solo amigos.

Sebastian y Appoline se sentaron en la primera fila; ambos estaban sonriendo. Les sonrió a todos, reconociéndolos en silencio como su nueva familia, por irreal que aún pareciera.

Y luego la música cambió, y todo se olvidó cuando volvió su atención hacia donde Fleur estaba acercándose.

¡Era, en una palabra, impresionante!