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He's so bad, but he does it so well

Harare the capital city of Zimbabwe, África.

Habían llegado hace ya tres horas a su destino, luego de haber pasado por distintos aeropuertos y quedaron hospedados en un hotel, solo por esa noche. Al día siguiente recorrerían la ciudad.

— Dormiremos en habitaciones de a tres. — Explicó Mori. — Vayan viendo con quienes les toca.

Y cómo si de un cliché se tratase, Chuuya tuvo que dormir en la misma habitación que Dazai y Atsushi. No objetó, total serían dos días nada más.

A la mañana siguiente, un pequeño bus abierto para turistas los esperaba frente al hotel.

— ¡Buenos días! Soy su guía y traductor, mi nombre es Hakim— Se presentó. ¡Todos suban!— Pidió, y el resto obedeció, comenzaron a subir de a uno y a sentarse.

Harare era preciosa por donde veían, conocieron bastante sobre sus culturas y a Chuuya le llamó la atención una de sus comidas en específico, los "Gusanos Mopane".

— ¡Todos!— Exclamó el guía, haciendo que le presten atención una vez llegados a la Galería Nacional de Artes— Por favor, no ingresen comidas ni bebidas y tampoco tomen fotos con flash a los cuadros, estamos por ingresar a la Galería Nacional de Artes.

Los presentes obedecieron y dejaron todo lo que podría perjudicar al lugar en el bus. Al entrar, una maravillosa vista de cuadros, esculturas, alfarería y demás, adornaban el sitio. Algunas pinturas eran tan antiguas que estaban talladas en piedra.

Todo era tan nuevo, tan grande, que Chuuya se conmovió y estuvo a punto de lagrimear cuando su sentimentalismo fue interrumpido por un bastante aburrido castaño.

—¡Dios! Estoy exhausto, ojalá volvamos ya al hotel. — Se quejó.

—¿Podrías no ser tan aguafiestas? Este lugar es hermoso, disfrútalo bobo— Regañó, caminando hacia una de las esculturas esculpidas para observarla mejor,dejando salir un "Wow" de vez en cuando.

— Ya vi todo lo que me llamaba la atención, quiero volver.

— Pues vuelve solo y déjame mirar tranquilo.

Un "pff" salió de sus labios y acercándose a donde Chuuya, comenzó a mirar la escultura también. El contrario rodó los ojos al notar que no lo dejaría en paz.

Caminó al otro lado de la habitación para observar vestimentas que habían diseñado antepasados del lugar, y atrás suyo fue Osamu. Repitió dicho acto tres veces.

Un dolor de culo, eso era. No lo dejó de seguir hasta que la hora terminó y debían volver al hotel.

— ¡Ah! Estoy exhausto.— Exclamó un muy cansado Atsushi, tirándose en la cma de abajo.

Ya en el hotel, la habitación de tres se componía de esta manera: Una cama de dos pisos en el lado derecho y una cama pequeña en el izquierdo, más un baño y una mesita de luz.

La cama de dos pisos era compartida por Chuuya y Atsushi, el pelirrojo arriba y el otro abajo. Dazai dormía en el pequeño, que realmente sí le era bastante pequeño, pues sus piernas sobresalían del colchón, lo cual le era incómodo para dormir y tuvo que doblarlas haciéndose bolita.

Atsushi en cuanto dio a conocer su cansancio, se quedó dormido al instante. Chuuya estaba duchandose, o eso planeaba, pero fue detenido por los shampúes y jabones que el hotel dejaba en cada baño, quería probarlos todos y como nadie más se bañaria después de él tenía tiempo.

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