Capítulo 8: ¡Vamos de Compras!

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Todavía pensaba en ese hombre que había visto en el celular de Scarlett.... No podía evitar preguntarme quién era y por qué la pelirroja parecía tan dispuesta a evitarlo.

Durante las siguientes horas que estuvimos despiertos, mi amiga no me informó absolutamente nada del tema; parecía evitarlo a propósito comentando cosas sinsentido o haciéndose la distraída con trivialidades.

Sin embargo, ese comportamiento suyo no hizo nada más que aumentar mi curiosidad....

Como sea, cuando llegó la hora de dormir, Scarlett me tomó de la mano, llevándome a su habitación.

- No creas que te dejaré compartir cama o algo por el estilo —me decía—. Ni siquiera te dejaré entrar, sólo buscaré unas sábanas para ti y listo

- ¿Por qué no me permites dormir en mi casa?

- Soy tu ama

- Pero ahora no tengo puesto el collar

- ¿Y? Mañana te lo pondré igual. ¿Qué pasa si en la mañana quiero "jugar" contigo?

Me dejó sin palabras. No tuve más opción que resignarme.

Scarlett me dejó cerca de la puerta de su cuarto (sin permitirme entrar en él, por supuesto), mientras ella buscaba unas sábanas para mí.

No me resistí y aproveché que Scarlett estaba de espaldas para darle un vistazo a su cuarto.

Observé que la pintura era mayoritariamente negra, habían algunos pósters de personajes ficticios (como si esta habitación perteneciera a una adolescente), unas figuritas de anime, productos de higiene personal, una laptop, una cama ordenada y una televisión plasma.... Se veía como un lugar acogedor.

Me retiré a tiempo. La pelirroja salió del cuarto con las sábanas en sus manos.

- Al sofá —me dijo, instándome a realizar lo evidente

Caminé hacia el sofá, sentándome al poco de llegar.

- Acuéstate

- No tengo el collar puesto

- ¿Y si te pego?

Ella volvió a callarme con sus palabras (qué buena era ella en eso).

Me acosté en el mueble. Al poco de hacerlo, Scarlett me ofreció una almohada y las sábanas que tenía en la mano.

- Quiero que duermas aquí —me decía—. Como vivirás en mi casa te mantendré cómodo. Además, no tengas vergüenza conmigo, sabes que tenemos años conociéndonos

- Pero... nunca habíamos hecho esto. Digo, lo de que tú seas mi ama

- Es cierto, pero no te cuesta nada probar algo para ver si te gusta. Y, a mi juicio, te has adaptado bien

Sonreí brevemente al escuchar esas palabras.... No sé porqué lo hice, pero interpreté las palabras de Scarlett como un halago.

Cuando ya estuve listo para dormir, la pelirroja se retiró.

Pero antes de que se fuera, la llamé.

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