Su látigo me había pegado otra vez en mi trasero. Perdí la cuenta de cuántas veces lo hizo, pero mi piel me recordaba el ardor causado por mi ama.
Y así, Scarlett continuó y continuó azotándome sin dar señales de detenerse..., al menos no por el momento.
Resultaba evidente que ella, así como yo, disfrutábamos del suplicio que recibía por su parte. Solía implorarle que siguiera en lo suyo, que siguiera ofreciéndome aquel repetitivo dolor con tal de sentirme vivo aunque sea por un poco de tiempo.
Unos minutos después Scarlett se detuvo. Yo jadeaba, intentando respirar adecuadamente.
Sentí a Scarlett acercarse a mí. Desató mis manos y caí al suelo, sin tener apenas fuerza para levantarme.
- Es increíble que hayas aguantado más esta vez —comentaba ella
- Por ti... puedo hacerlo con gusto...
- ¿Recuerdas cuando te incomodaba esto? Es divertido pensar en lo mucho que has cambiado...
Mi ama se acercó a mí y me tomó de las manos, forzándome a mirarla.
- Pasaste de ser un hombre solitario y patético a convertirte en mi sumiso favorito
Era cierto lo que decía. Antes no hubiera tenido el mismo interés en hacer esta clase de cosas, pero el tiempo cambia a la gente... y yo no fui la excepción.
ESTÁS LEYENDO
El Sumiso
RomansaEn ocasiones la soledad y la tristeza atacan sin que uno se percate al instante. Este era el caso de Charles, quién se había enfrascado, sin saberlo, en una vida de inseguridades y constantes lamentaciones, pero un día su amiga Scarlett decide ayuda...