Mi historia

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Mi nombre es Emily y vivo con mi madre adoptiva o madrastra desde hace 3 años, también conocida como Marietta, tengo 21 años y no hace mucho me pasó algo realmente escalofriante.
Era un día común y corriente y estaba en la escuela en mi asiento mirando hacia la ventana escuchando mi banda favorita cuando sonó una llamada.
"Ring ring" sonó mi teléfono a lo cuál atendí y dije- ¿Bueno?,¿Quien es?- dije a través de la bocina.
-Emily- dijo una voz entre cortada con un tono de tristeza y angustia, pude reconocer que se trataba de Marietta.
-Tú-tú padre falleció- dijo mientras salían lágrimas de sus ojos.
-No puede ser- respondí - apenas hoy en la mañana hablamos y me dijo que me tenía una sorpresa - respondí aguantando las lágrimas.
-Lo sé- respondió mi madre adoptiva- pero encontraron su cuerpo hoy en su oficina sin vida, al parecer se suicido, tuvo una sobredosis, tenía las pastillas en su escritorio, es lo único que sabe la policía- contestó.
-Pero mi padre no tomaba pastillas, el estaba perfectamente!!!- dije en voz alta.
-YA LO SÉ EMILY- grito- yo también creía lo mismo y ahora resulta que estaba medicado, tiene la receta en su escritorio y ni tu ni yo lo sabíamos- respondió mientras intentaba calmarse.
Hubo un silencio desgarrador.
-Lo siento no quise gritarte- dijo arrepentida.
-Descuida, solo intentas explicarme las cosas- dije aguantando las lágrimas.
-Esta bien - respondió - voy a colgar, debes de estar en clase- dijo colgando cuando terminó de hablar.
Fuí corriendo al baño, al llegar no lo pude soportar y solté un grito ahogado. No podía creer lo que estaba pasando, mi padre había muerto?, La única persona que me entendía y me apoyaba, como es eso posible no lo entiendo que ocasionó que eso pasara, no entiendo nada de lo que está pasando, todo estaba bien, que es lo que está pasando.
Sonó la campana para el descanso y decidí salir del baño, estaba toda roja de tanto llorar con lo ojos hinchados apunto de estallar en más llanto, pero decidí secar mis lágrimas e ir directo al salón, al llegar ya había entrado la maestra pero no le di mucha importancia y me fui a sentar a mi asiento. Al terminar caminaba por el parque deseando que fuera un sueño, poder despertar y ver a mi padre sentado en el sillón leyendo su periódico como lo hacía todas las mañanas, pero algo me saco de mis pensamientos y fue que había un coche en mi casa, no era de esperarse ya que de seguro eran parientes o amigos de mi padre que venían a despedirse de él pero hubo algo muy inusual en ese coche que me llamo la atención, pero no le tome mucha importancia así que entre a la casa, cuando entre pude ver a muchas personas en la sala velando el cuerpo de mi padre, cuando estaba apunto de ir a mi habitación a encerrarme a llorar como bebé Marietta me sujeto y me llevo al cuerpo de mi padre diciendo
-Anda despídete de el para que se pueda ir en paz.
No soporte esas palabras y fui corriendo a mi habitación, tenía el uniforme de la escuela todavía puesto pero no me importo, me tire a la cama y lloré, lloré por qué ese día no le pude dar el beso de despedida a mi padre como de costumbre, lloré por qué sabía que era la última vez que lo vería, lloré por no pasar tanto tiempo con el como cuando era niña, lloré tanto que pude sentir como me quedaba sin energías, Marietta me habló para cenar pero no baje, lo último que quería ver era el asiento vacío de mi padre y a Marietta vestida de negro por qué estaba de luto.
Me quedé en mi habitación toda la noche hasta quedarme dormida, entre sueños pude escuchar un ruido, abrí los ojos mire el reloj que estaba en mi mesa y eran las 2 de la mañana, me levanté de golpe causando que me mareara temporalmente, cuando se me quitó el mareo me levanté de la cama y me dirijí a la puerta, caminé por el pasillo hacia la puerta de la entrada, cuando estuve apunto de abrir escuché una voz decir
-El trabajo está hecho- dijo una voz ronca masculina.
Alguien respondió pero no logré escuchar y distinguir bien la voz de la persona, lo único que se podía ver era la sombra de las dos personas que se reflejaban por la luz de la ventana, escuché que alguien se acercaba así que corrí directo a mi habitación y cerré la puerta con seguro, pude escuchar como alguien separó enfrente de ella e intento abrir la puerta, por suerte sus intentos fueron inútiles y no lo logro así que decidió retirarse, fue ahí cuando escuché la puerta de la entrada cerrarse desde afuera y escuchar como arranco un coche mientras se desvanecía en la oscuridad.

La despedida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora