Luego de escuchar como se alejaba el auto decidí acostarme y descansar aunque sea un poco ya que al día siguiente iría a la escuela si Marietta decidía mandarme.
Cerré los ojos pero aún no lograba conciliar el sueño así que decidí levantarme y tomar un vaso de agua, estaba pasando por el pasillo cuando recordé como jugaba con mi padre de niña a las escondidas, el me buscaba y yo me escondía en las habitaciones que se encontraban en el, las lágrimas brotaron y mi visión se nublo, a tal grado que tuve que sostenerme de la pared y tapar mi boca para no hacer ruido ya que Marietta debería estar durmiendo o a lo mejor llorando como yo en su habitación, seque mis lágrimas y me dirijí al refrigerador por agua, cuando estuve a punto de tomar agua sentí que alguien me miraba, entonces voltee y no había nadie, lo único que había era una silla que no volvería a ser usada, y si se volvía a usar ya no sería el mismo sentimiento que antes, decidí volver a mi habitación para dejar de pensar en lo que había pasado aunque fuera imposible, digo acabo de perder a la única persona que de verdad me importaba, que se supone que hiciera ahora, solo tengo ganas de encerrarme y llorar, llorar como si no hubiera mañana y desear que fuera una pesadilla para poder despertar e ir directo a los brazos de mi padre para decirle lo mucho que lo quiero, pero eso no iba a pasar.
Entre a mi habitación y me cambié el informe que todavía tenía puesto, ni siquiera me bañe, pero ya era tarde así que decidí solo cambiarme y bañarme mañana en la mañana, me puse el pijama que papá me regaló en mi cumpleaños y me acosté en la cama, tarde mucho en cerrar los ojos pero cuando lo hice escuché una voz familiar.
-Emi- dijo una voz, supe inmediatamente de quién se trataba solo había una persona que me llamaba así y era... ¡¡¿MI PADRE?!!
-¡¡¿PAPÁ ERES TÚ?¿DÓNDE ESTÁS?!!- Dije gritando desde mi habitación.
Escuché unos pasos y cuando la puerta se abrió pude ver a mi PADRE, era el, tenía la misma ropa que tenía en la mañana, corrí hacia el y lo abrase.
-Papá eres tú, no sabes cuánto te extrañé, cuánta falta me hiciste- dije llorando como un bebé.
-Tranquila Emi, ya estoy aquí, no puedo imaginar lo difícil que fue para ti todo esto- respondió abrazándome fuerte y dándome un beso en la frente.
-Te extrañé mucho, por qué lo hiciste, fuiste muy egoísta, que hay de mi?, No sabes el dolor que pasé- le reprochaba con lágrimas en los ojos .
-Escucha Emi, no tengo mucho tiempo, tu sabes que no sería capaz de dejarte sola verdad?, Todo va a estar bien, mientras tanto vas a tener que superar esto tu sola, además tienes a Marietta, aparte hay algo que debes averiguar- dijo mirándome fijamente y limpiando mis lágrimas.
-De qué hablas papá?, Ya estás aquí, ya no tengo nada de que preocuparme, volviste, es lo único que importa y que tengo que averiguar?- dije mientras lo volvía a abrazar.
-Me temo que no pequeña y eso lo averiguaras sola- respondió y me dió un beso en la mejilla.
-Cuidate mucho pequeña- dijo mientras se soltaba de mi abrazo y caminaba hacia la puerta de mi habitación.
-Papá?, Papá a dónde vas?- dije confundida sin saber por qué se iba.
Entonces escuché una voz
-Emily despierta estás soñando - dijo una voz femenina.
Cuando despierte ví a Marietta a mi lado se veía preocupada,
-Qué pasá?- le pregunté.
-Estabas gritando el nombre de tu padre mientras llorabas, pensé que te paso algo pero estabas dormida, me preocupe tanto que te tuve que despertar- dijo con la mirada preocupada.
No mentía al parecer si estuve llorando, lo noté por qué la almohada estaba mojada con mis lágrimas, entonces Marietta hizo algo que no me esperaba, me abrazo y me dijo
-Te entiendo, yo también lo extraño- dijo mientras me sujetaba fuerte.
No dije nada, simplemente le devolví el abrazo y ambas lloramos en silencio mientras lo extrañamos.
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La despedida
Misterio / SuspensoEmily es una chica que ha pasado por muchas desgracias y a pesar de todo siempre las supera pero hay una que no es capaz de soltar, la muerte de su padre, al parecer su padre se suicido pero emily no lo cree, así que empieza a buscar la verdad para...