sospechas

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Cuando Marietta se fue al trabajo yo me tumbé a ver televisión para olvidar la muerte de mi padre, aunque era imposible ya que siempre que me quedaba en casa el me consentía y me hacía panqueques para desayunar, eran los pocos recuerdos que tenía de el antes de que me distanciará y me mudará, está hundida en mis pensamientos cuando escuché un ruido en una de las habitaciones, me levanté lentamente y me dirijí al pasillo, por primera vez me fijé que en las paredes habían un montón de fotos donde estábamos mi padre Marietta y yo, me di cuenta que en ninguna de las fotos tenía aunque sea un risa forzada, me detuve en una foto que llamo mi atención, en ella estaban Marietta y mi padre abrazados, no había nada de malo hasta que note algo extraño en la foto, había alguien en los arbustos, no se distinguía bien a la persona, apenas y se podía ver la silueta, pero se volvió a escuchar el ruido de hace rato, pero está vez se escuchaba en la habitación de Marietta, mire fijamente la manilla de la puerta y dude en entrar pero la curiosidad me consumió y abrí lentamente la puerta, la puerta rechino mientras la habría.
Asomé poco a poco mi cabeza y pude ver a alguien intentando entrar por la ventana, cerré la puerta y salí corriendo de ahí, sabía que esa persona me había escuchado, que digo escuchado de seguro me vio, no sabía que hacer así que tome mi teléfono y corrí hacia el cuarto de lavado que se encontraba en el sótano, cerré la puerta y me escondí detrás de la secadora, intente llamar a Marietta pero no podía, estaba temblando como un gatito asustadizo, cuando al fin logré marcar escuché unos pasos encima de mí, entre en pánico, estaba apunto de llorar cuando Marietta atendió el teléfono.
-Bueno - respondió
-Ma-ma-marietta hay alguien en la casa, está encima de mi- respondí con la voz temblorosa.
-¿Cómo que hay alguien en la casa?, Ahorita mismo voy directo ahí y pido ayuda, ¿Dónde estás?, Dime que estás en un lugar seguro- respondió mientras se escuchaba como sonaban sus zapatos, como si estuviera corriendo al otro lado de la bocina.
-Estoy en el cuarto de lavado - respondí con lágrimas en los ojos - detrás de la secadora - dije intentando calmarme.
-Voy para allá- dijo Marietta subiendo a su auto y colgando.
Yo estaba muerta del miedo, no sabía que hacer, esa persona estaba arriba buscando algo, lo podía escuchar, además de que se escuchaba como si estuviera hablando, pero no podía entender que decía.
Deje de escuchar pasos y pensé que se había ido pero luego se oían pisadas en las escaleras, eran las mismas escaleras que cruce para llegar al cuarto de lavado, empeze a temblar cuando escuché que intentaba forzar el cerrojo, no sabía que hacer, no sabía defenderme, si tan solo le hubiera hecho caso a papá cuando me dijo que tomara clases de defensa personal, pero claro yo nunca hago caso, el sonido de una puerta abriéndose me saco de mis pensamientos, volví a temblar y a llorar cuando ví que la puerta que se abrió era......

La despedida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora