Chae no regresó en unos pocos días.
Tampoco llamó. Minhyuk sabía que podía llamar, pero la sola idea le hizo temblar. No quería parecer pegajoso.
Para el viernes, Minhyuk no sabía qué pensar.
No ayudó el que Suni y Jiyu continuaran preguntando dónde estaba el Sr. Chae, la pregunta para la que Minhyuk no tenía respuesta.
¿Dónde estaba él?
Era un pensamiento persistente en la parte posterior de la mente de Minhyuk el que Chae era un compromiso-fóbico. Tal vez lo había dejado porque esta cosa entre ellos le asustó. Si eso era así, bien, que se joda.
Minhyuk estaría condenado si se dejara ser el tipo pegajoso.
-¿Qué te pasa, hombre?- Kihyun preguntó el viernes por la mañana, mientras que se sentaron en la clase de Chae.
-Nada.
-Te ves como la mierda.
‐No dormí bien-, Minhyuk murmuró, frotándose los ojos. No era una mentira. -Sólo estoy...- Se interrumpió a sí mismo, notando al profesor que entraba en el salón de clases.
No era Chae.
Su corazón se hundió.
La Profesora Min se sentó detrás del escritorio de Chae y sonrió a los estudiantes.
-Buenos días-, dijo la mujer alegremente. -Voy a estar reemplazando al profesor Chae hasta nuevo aviso.
Una alegría recorrió la habitación.
Minhyuk levantó la mano.
-Sí, señor Lee?-, dijo Min.
-¿Dónde está el profesor Chae?.
Ella arqueó las cejas.
-Yo no creo que sea tu problema, pero si quieres saberlo... El Profesor Chae está ausente debido a circunstancias familiares.
-Sí,- la chica sentada al otro lado de Minhyuk murmuró. -He visto en las noticias que él se estará casando con la hija de un político.
Minhyuk se quedó mirándola, aturdido.
Kihyun le puso una mano en el hombro y le dijo algo, pero apenas podía oírlo.
¿Casado? ¿Hyungwon?
-No puede ser verdad-, susurró: más para sí mismo que para la chica. -Él es gay. Y él es...- Mío.
Excepto que no lo era, ¿verdad? No tenía ningún derecho a estar enojado. No eran nada el uno del otro.
-¿Estás bien?-, dijo Kihyun, quien lo miraba con el ceño fruncido.
-Estoy bien.
-Minhyuk...
-¡Estoy jodidamente bien!- Minhyuk respiró hondo y dijo, más suave, -Lo siento. Estoy bien.
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Minhyuk volvió a casa temprano, despidió a la niñera, se sentó en el sofá y vio a las gemelas jugar.
Sus vestidos estaban gastados y demasiado pequeños para ellas.
Necesitaban ropa nueva.
Cerró los ojos y pensó en cuánto costaría. La Navidad no estaba muy lejos, y las Navidades eran caras, por lo que necesitaba ahorrar dinero. La nueva ropa para las niñas tendría que esperar hasta que encontrara un trabajo mejor.
Minhyuk suspiró, frotándose la cara. Sí. Eso era en lo que necesitaba enfocarse. No más distracciones. Las niñas dependían de él.
El sofá se hundió cuando las chicas de pronto subieron a el.
-Estás triste-, dijo Jiyu.
-No nos gusta cuando estás triste-, dijo Suni.
Minhyuk sonrió y envolvió sus brazos alrededor de ellas, tirando de ellas cerca. Eran muy cálidas y olían a jabón y dulces. A inocencia.
-No,- dijo. -Por supuesto que no estoy triste.
-¿Cuándo va a volver el Sr. Chae?- Preguntó Suni, una vez más, sus ojos azules muy abiertos y brillando con lágrimas. -¡Él me prometió un cachorro! Con una estrella blanca en la frente.
Jiyu se chupó el pulgar.
-Sí, ¿cuándo va a volver?
El corazón de Minhyuk se apretó. En ese momento, él odiaba a Chae Hyungwon más que a nada. Las chicas no tenían a nadie excepto a Minhyuk; por supuesto que se habían apegado a Hyungwon, ya que había estado prácticamente viviendo con ellos durante el último par de semanas.
Minhyuk sonrió, pero se sentía más como una mueca.
‐No pareciera que vaya a regresar, cariño.
Las cejas de Suni frunciéndose.
-¿Por qué?
¿Cómo se suponía que iba a responder a eso?
Minhyuk desvió la mirada.
-Porque él tiene su propia familia. Y parece que su padre le pidió que se casara-. Al menos esa era la única explicación que se le ocurría. -Él va a formar una familia ahora.
-¿Por qué?- dijo Suni.
El labio inferior de Jiyu tembló.
-¿Por qué?
Minhyuk miró entre ellas y no sabía qué decir.
-No sé, nena-, murmuró, presionando sus labios en la frente de Jiyu y tirando a Suni más cerca. -No lo sé.
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