El Indicado // Charlos//

XXVIII

Con Charles

Y ahí estaban otra vez, los Omegas chismosos reunidos.

- Bueno, ¿nos contarás cómo fue la cita, o que? - dijo Yuki, siempre tan delicado.

- Pues, la cita fue perfecta. En serio, la mejor cita de mi vida. El lugar era una maravilla y la comida estaba buenísima. - decía con una sonrisa boba en la boca, y mirada un poco perdida.

- Sí sí, ya sabemos que Carlos está bueno, pero no hablamos de eso. - soltó Yuki en broma. Ganándose las carcajadas de todos y dejando a Leclerc como un tomate, tapándose la cara.

- Ni siquiera nos hemos besado... Fue muy dulce todo... Y nada apresurado. - decía entre avergonzado y contento. Apreciaba que fuera desprecio con él, no es que tuviera las mejores experiencias en el amor y no le gustaba confiarse demasiado pronto. Le gustaba que el Español fuera tan dulce con él, que no fuera rápido y lo respetara en todo momento, que esperara su reacción y corrigiera su acción sí es que a él no le gustó.

- Vaya, parece que Sainz no es el único enamorado... - dijo Kelly, también medio en broma, pero, en parte lo decía en serio, también veía a Charles querer ir en serio.

- Tampoco te apresures. Aún nos estamos conociendo. - su sonrojo y nerviosismo y felicidad en el aroma contradecía sus propias palabras.

- Sí sí, lo que tú digas. Ahora, cuéntanos, lo quiero con todo tipo de detalles. - dijo Lando, parecía estar hiperactivo, con muchas ganas de oír cómo les fue.

El Monegasco contó todo, con todos los detalles de los que se acordaba, que eran, absolutamente todos. También les contó lo de la mañana, y que no sabe cómo llegó a la cama del Alfa, y como estuvo a punto de besarlo. Todo esto lo contó sonrojado, y con una pequeña sonrisa, que salía sin querer, en sus labios.

Y así se pasaron la mañana, hablando de sus "novios", o más bien, sus amores interesados, y una Kelly llorando porque también quería vivir su romance adolescente.

Ya era hora para ir al Paddock, así que, Kelly y Charles acompañaron a los dos pilotos a sus garajes y después, se fueron a sus gradas.

La carrera fue muy entretenida. Hubo mucho movimiento por todas partes. Algunos DNF, muchos adelantamientos, varias batallas por los puestos...

Carlos adelanto a 5 coches en las últimas 10 vueltas, realmente impresionante. Max y Alonso estuvieron peleando prácticamente toda la carrera por el segundo puesto, el cual se lo llevó Fernando, cada vez más cerca de la 33.

La victoria se la llevó Checo, quien tuvo algunos adelantamientos con Max y Alonso al principio d ela carrera.

Lando también estuvo increíble, consiguió algunos puntos aún saliendo desde la décimo sexta posición.

En nada, empezaron la entrevistas. Estás fueron regulares, y llegó el turno de Carlos. Antes de que se acercara a él, vio como reía con Alonso y Lance.

- Hola Carlos. - estaba un poco avergonzado por lo de esa mañana, aunque el Alfa no lo hubiera visto. - Ha sido una muy buena remontada, casi acabas en podio saliendo de la posición 10. Realmente impresionante. - intentó seguir como si no se acordará de nada, tenía que ser profesional, no podían interferir los sentimientos.

- Gracias Ángel. - le guiñó un ojo, y el Monegasco, aunque acostumbrado a tal acción del Español, se sonrojó ligeramente. - Sí, la verdad que he disfrutado está carrera, ha sido entretenida y realmente me he tenido que esforzar mucho. Sobre todo, para pasar a Gasly, ese Alfa es muy bueno bloqueando. - empezaron a reír, tenían mucha estima a ese Francés.

- Ahora tendrás que tener cuidado, Max está a nada de superarte en puntos. - otra vez, intento recuperar la compostura.

- Sí, es cierto. Y Checo tampoco está muy lejos. Pero, confío en que los puedo mantener a raya. Sobre todo porque, el próximo GP es en Mónaco, y ese circuito se me da espacialmente bien. - Lo miró a los ojos con tal intensidad, que casi corta si respiración, mientras relamía sus labios.

- Bueno pues, nos veremos en Mónaco entonces. Y suerte. - Charles quería terminar ya la entrevista, no creía poder aguantar mucho más sus feromonas con aquellos ojos encima de él.

La siguiente entrevista fue con Alonso. Le habló muy emocionado de la 33, de que se acercaba, y de que lo estaba esperando prácticamente todo el mundo.

Al terminar con las entrevistas, Carlos le volvió a retener.

- Ángel, espera un momento. - y se miraron, una vez más.

- ¿Sí? ¿Que pasa? - estaba seguro de que estaba sonrojado, después de lo que pasó, no lo podía evitar.

- Por favor, dame tu número. Y no me digas que no. La última vez me ignoraste olímpicamente... - ya había sacado el móvil del bolsillo cuando acabó de decir eso.

- ¿Para qué quieres mi número? - el Omega estaba un poco perdido.

- ¿Como quieres que te pida otra cita? ¿Con palomas mensajeras? Creo que las puedo conseguir, si lo prefieres. - no estaba muy seguro de si estaba bromeando o no, con ese Alfa, no se podía saber.

- Nononono - revisó si había alguien escuchándolos, no querría que esto se expandiera por ahí, no sería bueno para Carlos. - Te doy mi número, te doy mi número. - le dictó su número al más alto, y mandó un "Hola :)" para asegurarse de que el número estaba bien. Con eso hecho, el Español empezó a alejarse poco a poco.

- Muchas gracias precioso. Que ganas de volver a vernos en Mónaco. - y el Monegasco solo se despidió con la mano. Aún no se creía lo que le estaba pasando.

En un rato, salió de su ensoñación, y escribió al grupo de los Omegas chismosos, contándoles lo que le acababa de pasar, y recibiendo un millon de audios de todos los integrantes prácticamente gritando, no se les entendía nada.

Regresó al hotel solo para recoger sus cosas, y ya marcharse a su casa. Tenía ganas de llegar, ver a su cachorro, y descansar.

Con eso en mente, el viaje no se le hizo muy largo, aterrizó, y fue lo más rápido posible a la casa de su madre, donde se encontraba Ollie, su niño.

Al llegar se encontró con un Ollie dormido. Simplemente lo cargó, lo achucho un momento, y, emprendió su camino a casa. No fue muy largo. Al entrar, vio las flores que dejó en la encimera al salir ese viernes, todas marchitas, suspiró. Los tiró a la basura, ya no se podía hacer nada con eso.

Dejó la maleta en la entrada, no tenía fuerzas para guardar cosas en ese momento. Solo se dirigió a su cama, y se acostó, con su hijo encima de él, el cual se acurrucó en su pecho, susurrando un "papi", que lo llenó de alegría.

Y se quedó dormido.

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Voy a subir un segundo capítulo, ya que, este me parece un poco flojo y así, os sacio un poco.

Y, siento informaros de que, voy a poner en pausa la historia de "El indicado". Me está costando seguir escribiendo, así que, por ahora, se quedará así.
Algún día, me vendrá la inspiración, y la terminaré.