· 2: La atracción ·

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KYLE


Cuando llegamos al apartamento a las 6 de la mañana, tiramos los zapatos por el salón para cada uno irnos a nuestra habitación a dormir tranquilamente.

Cuando estoy a punto de entrar ya en mi cuarto, Sevda me para.

—Miriam me ha dicho que mañana tiene comida familiar y no puede venir a la Warner con nosotros —me dice, mientras hace pucheros.

—No pasa nada, vamos los dos.

Y tras contestar eso y dedicarle una sonrisa muy fingida me meto en la habitación.

Doy otra vuelta más buscando la postura ideal para dormir pero está claro que esta noche no es esa la idea de mi mente, porque de ella no sale la conversación que tuve con Miriam anoche.

***

—¿Dónde está Sevda? —me acerco a Miriam buscando a nuestra amiga por todas partes.

—Se ha ido a por bebida —desde donde estamos me señala el lugar al que se ha dirigido y la busco con la mirada, en cuanto termine de hablar con Miriam, iré con Sevda.

—¿Tienes ganas de lo de pasado mañana? —le pregunto contento y lleno de ganas.

—¿De qué? —dice mientras arruga las cejas.

—¡De la Warner! —respondo extrañado. Ella me mira perdida, como si fuera la primera vez que escuchase este plan—. Sevda me ha dicho que iremos los tres juntos.

Cuando menciono eso, ella se muerde el labio y asiente con rapidez.

—¡Es verdad! Que tonta soy, se me había olvidado —pero sé que eso es mentira, porque agacha la cabeza mientras habla, y eso en nuestra amiga significa que está mintiendo.

***

En ese momento supe que algo pasaba, que ella no sabía de ese plan, y ahora me dice Sevda que tiene comida familiar... ¿Qué trama?

Me despierto con la boca seca y bostezo mientras me levanto. Tengo la boca como si me hubiera comido diez mazapanes ahora mismo de lo seca y pastosa que la siento.

Cuando llego a la cocina, pego un bote al ver una silueta ahí, y Sevda se gira corriendo al escuchar mi susto.

—Buenos días —sonríe brotándose los ojos en un intento de quitarse las legañas.

Yo le respondo de vuelta mientras sonrío. Se ve muy mona recién despertada con los pelos alborotados y esas pequeñas bolsas que se instalan bajo sus ojos marrones.

—¿Hoy toca maratón de The Big Bang Theory? —le pregunto animado. Ella asiente una y otra vez.

Ambos somos fans de esa serie, nos reímos mucho con las barbaridades que dice Sheldon, pero sobre todo con la peculiar Penny. Y como no, el personaje que menos nos gusta: Howard. Durante todo el curso, hemos dedicado un día a la semana solo para nosotros dos, en el sofá tirados viendo la serie juntos.

Cuando se lo contamos a alguien se ríen de nosotros, no ven la diversión en esa serie. Nosotros sí. Y me encanta poder compartirlo con ella. Adoro esas tardes viendo un capítulo tras otro, con chucherías, palomitas, e incluso bocadillos. Pero los dos juntos, riéndonos con cada tontería que suelta cada personaje. Puede que nos sepamos cada capítulo de memoria, pero nosotros lo disfrutamos como dos niños pequeños que ven por primera vez una serie de la que se acaba convirtiendo en su preferida.

Tras habernos duchado los dos y haber comido, nos sentamos en el sofá con las palomitas ya preparadas y la mesita llena de chucherías y bebida.

Nos miramos sonriendo, señal de darle al play. Y empieza nuestra tarde.

Solo 20 días (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora