· 8: La carta ·

17 4 13
                                    

KYLE

Salgo de la habitación al escuchar un portazo y tras ir al cuarto de Sevda se confirman mis sospechas. Se ha ido.

Busco por la casa por si ha dejado alguna nota y me sorprendo al ver que no ha sido así. Frunzo el ceño aturdido, ella nunca se va así de repente sin siquiera despedirse. ¿Habrá pasado algo malo?

Voy de nuevo a mi habitación para hablar con Belinda, minutos antes de que mi amiga se fuera ella ha salido de ahí.

—¿Has hablado con Sevda?

—No, ¿por qué? —me responde aturdida.

Le contesto que no pasa nada y decido obviar el tema. No será nada, a lo mejor no ha querido avisarme porque estaba aquí Belinda.

***

Intento durante toda la mañana olvidar lo de Sevda, pero Belinda ya se ha ido de casa y mi cabeza no para de dar vueltas.

He escrito a Miriam, ambos hemos llamado a Sevda, pero no nos contesta a las llamadas, ni a los mensajes. Tanto yo como Miriam nos estamos empezando a preocupar. No está aquí, ni con Miriam, ni con Arthur. No hay más sitios en los que pueda estar, ¿no?

***

Horas más tarde me llama Miriam, esta vez con buenas noticias.  Nuestra amiga está bien, ya está Arthur con ella. Pero Miriam me ha dicho no sé is cabreada o desganada que tiene que hablar conmigo. Así que me visto con prisa y a los pocos minutos estoy llamando a su timbre.

—¿Te gusta realmente Belinda? —pregunta de sopetón, sin siquiera dejarme entrar a la estancia.

Le miro aturdido,

—¿A qué viene esa pregunta?

—Tú solo responde —en esta ocasión me hace un gesto para que entre y que la conversación sea más extensa.

***

Entro a casa buscando a Sevda, pero aún no ha venido. Me acerco a su puerta y pongo la mano en el pomo, queriendo entrar. Muevo la manilla con lentitud y justo cuando la puerta se va a abrir, paro.

Retrocedo y entro en mi habitación. Al llegar me tiro sobre la cama y cierro los ojos con fuerza.

No puedo hacer nada, si esas fotos llegan a Sevda, todo habrá terminado. No puedo dejar que las vea. Por mucho que me duela la condición que me pusieron...

***

Suena la puerta de casa y salgo de la habitación con rapidez. Sevda me mira con seriedad.

—Nos tenías muy preocupados —me acerco a ella y la abrazo. Ella no me lo devuelve, pero se deja abrazar.

—¿Tú estabas preocupado?

—Mucho, Sevda —confieso.

Ella se sienta en el sofá y yo me pongo a su lado, suspiro mientras la miro. Sus ojos oscuros me miran, como si me estuviera examinando.

—Estaba con Arthur, lo siento, no os quería asustar —habla por fin.

—Ya... —me sale un hilo de voz muy bajito.

—¿Qué pasa?

—No me gusta él para tí Sevda.

—Ni a mí Belinda para tí, pero es lo que hay Kyle.

—¿Le quieres?

Ella se queda callada ante esa pregunta y mira al suelo. La observo y veo como muerde su labio inferior. Su largo silencio hace que una pizca de ilusión crezca en mí.

Solo 20 días (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora