KYLE
Le acaricio el pelo mientras ella me cuenta la historia de nuevo, esta vez no pienso dejar que no la termine. Anoche dormimos otra vez juntos, y fue la mejor sensación del mundo. Saber que por fin estamos juntos de nuevo, que nada ha podido con nosotros.
—Nada más salir de allí volvieron al restaurante y preguntaron por ella, pero nadie la conocía, negaban haberla visto, no había constancia de esa mujer —se abraza a mí con gran intensidad—. Nunca supieron más de ella, solo recordaron el nombre del bar: Sevda. Al llegar a España, mi madre se hizo una prueba de embarazo, y dio positiva, nadie se explica cómo pudo ocurrir. Antes de salir de aquí se hizo una prueba en el hospital y dio negativo, los médicos dijeron que era imposible que se quedara embarazada. Puesto que mi madre era estéril. A día de hoy nadie le ha podido dar una explicación —hace una pausa para mirarme, después sigue—, cuando supieron que era una niña automáticamente se acordaron de la señora. Pero solo tenían el nombre del bar.
Sonrío. Es el nombre más bonito que le podrían haber puesto.
—Significa amor —intercedo, recordando la búsqueda que hice ayer—, gran amor o mujer amorosa.
Se levanta para mirarme y después darme la razón con la cabeza.
***
La mañana va pasando y no nos despegamos el uno del otro, simplemente nos quedamos abrazados esperando que el tiempo pase. Ninguno hemos querido saber qué ha sido de Arthur y Belinda, sabemos que ayer se los llevaron, pero no hemos querido investigar más. Aunque tendremos que ir al juicio que se celebre, les acusan a ambos por suplantación de identidad, a él también por secuestro y a ella por encubrirlo. Sevda tampoco me ha contado nada de lo que allí pasó, se nota que sigue asustada. Cada mínimo golpe le asusta...
—Te lo quiero contar —contesta como si me hubiera leído el pensamiento.
—No hace falta, bichi —le doy un beso en la frente. Quiero que me lo cuente, pero si eso la va a afectar, no quiero que lo haga.
Ella finalmente decide no contármelo, y así damos fin a esta etapa tan mala que hemos pasado.
***
Un movimiento rápido hace que me despierte. Observo a Sevda y veo cómo las lágrimas salen de sus ojos con gran facilidad. Grita y se agita mientras permanece con los ojos cerrados.
—Tranquila —susurro con el corazón en la boca.
Ver que cada mínimo golpe le asusta, que no deja de tener pesadillas, y sentir su debilidad me rompe en mil pedazos. Sigue siendo igual de fuerte que antes, pero esta vez, con la mínima cosa se debilita, es como si fuera una esponja, es dura y fuerte, pero cuando se moja se vuelve blanda y elástica.
Yo no sé cómo actuar ni qué hacer. Verla de esa forma hace que todo dentro de mí se rompa y no pueda recomponerme. Porque sé que esto es culpa mía, que si yo no hubiese entrado en su vida, nada sería así. Y aunque conocerla ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida, no puedo seguir haciéndola daño.
***
Cenamos los tres entre risas, como si nada hubiera pasado, como si los días se hubieran congelado y nada se hubiese derretido. Cuando la realidad es que nos hemos llenado de fuego, ha habido un incendio demasiado grande. Y por mucho que no lo queramos ver, las cenizas siguen ahí, y el olor permanece en nuestras fosas nasales.
Mientras estoy fregando los platos Miriam aparece por la cocina.
—¿Qué tal está? —pregunta con miedo a saber la respuesta. Me observa con las cejas fruncidas, quiere escucharme, pero algo dentro de ella sabe que la respuesta no le gustará. Porque sabe cual es.
—Mal —digo finalmente—, tiene muchas pesadillas, y con cada ruido se sobresalta. Sé que es fuerte, y que lo acabará superando. Además de la ayuda psicológica que va a recibir. Como dijo la psicóloga, ha tenido suerte del poco tiempo que ha sido, ya que no ha tenido demasiado tiempo para llenarse al completo de ese miedo y malestar. Le costará poco salir. Pero ya ha entrado. Y eso es lo peor, Miriam, que esto ha pasado, y que aunque hagamos como que no, todos sabemos que ahora esos dos chicos a los que teníamos prácticamente todos los días en nuestro apartamento están esperando para saber su condena —hago una pausa para coger aire y poder continuar—. Es mi culpa, y por mucho que ella lo niegue, es la verdad. Yo le traje hasta aquí. Y no puedo quedarme de brazos cruzados.
Ella se acerca a mí con la mirada apagada y se empieza a asustar.
—¿Qué vas a hacer? —su voz tiembla.
—Hacer feliz a Sevda.
***
Aprovecho que están dormidas, y dejo mis cosas en el salón. Abro lentamente la puerta de mi novia y mis ojos se hacen pequeños por la grandeza de mi sonrisa. Poso la carta sobre su mesita sin hacer el menor ruido y tras posar mis labios sobre su frente salgo del apartamento.
Una pequeña lágrima sale de mi ojo derecho y me calienta la mejilla al acto. No la aparto, dejo que caiga, porque las cosas pasan y no hay que negarse a ello, sino aceptarlo y dejar que pase. Amo a Sevda con todo mi ser, y por eso mismo hago esto. Porque yo no la hago bien, ella merece algo mil veces mejor. Esto que ha pasado lo pude evitar en su día, pero no lo conseguí. Ahora puedo hacer que ella por fin sea feliz. Yo no puedo darle esa vida, sé que sin mí la tendrá.
Y aunque el corazón me vaya a mil y el nudo de mi garganta no me deje tragar, sé que hago bien. Todo mi interior arde y duele, pero hay una parte que brilla, porque sabe que es lo mejor para ella.
Y es que en eso consiste el amor, en querer lo mejor hacia esa persona, y muchas veces lo mejor no es permanecer frente a todas las batallas. Si no perderlas y cambiar de contrincante. El amor no puede doler, y muchas veces lo hace por el simple hecho de todo lo que se ama. Lo importante no es cuánto se quiere, sino de qué manera. Yo no sé querer bien, y ella merece alguien que sí que lo haga. Por eso hoy me alejo. Para que mañana ella sea feliz.
Y toda mi vida la desearé lo mejor del mundo, porque la amo, y quiero que eso pase. Aunque sea de la mano de otra persona.
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Solo 20 días (COMPLETO)
Fiksi RemajaÉl es de Zaragoza. Ella de Madrid. Él tiene que volver a su ciudad. Ella está dispuesta a hacer lo que sea para que se quede. Ellos son Kyle y Sevda. Pero no solo están ellos dos, porque hay gente muy dispuesta a romper lo que algún día crearon...