Solo 20 días (COMPLETO)

· 6: La película ·

KYLE

Segundos después de sonar el timbre, la puerta de Sevda se abre. Sale con paso apresurado mientras yo no puedo dejar de observarla.

Lleva el vestido negro que tanto se le ciñe al cuerpo y tan buena figura le hace, con él se notan todas sus perfectas curvas y realza sus pechos. Ella va con una sonrisa que hace que sus ojos se hagan pequeños. Pero en lo único que pienso es en ese vestido, y las ganas que tengo de que no esté.

—Dónde miras tanto —la voz de su "novio" hace que deje de mirarla y me fije en él.

—Pensaba en Belinda —sonrío, pero él no se lo cree, porque me mira con los ojos entrecerrados y los puños se le empiezan a cerrar.

Pero justo cuando voy a rebatir el timbre suena y corro a abrir, salvado por la campana. Al ver a Belinda me tiro a sus labios y la beso con pasión. No me ha dado tiempo ni a verla, pero en ella dejo ese beso que tantas ganas tengo de darle a Sevda.

—Wow —suelta al separarse de mí.

Una vez nos apartamos, puedo observar con atención, lleva una falda ajustada con una blusa que no deja espacio a la imaginación. Es tan distinta a Sevda, es que son la noche y el día, a una le gusta ir escotada y enseñar mucho, mientras que la otra prefiere ir arreglada pero dejando mucho espacio a la imaginación. A mí personalmente nunca me ha importado si una mujer enseña o no, es su cuerpo y decide hacer lo que quiera. Igual que hay hombres que van con la camisa abierta. Pero prefiero los looks de Sevda, no por nada en especial, sino porque es ella.

Salimos los cuatro del apartamento y yo suspiro. Al "magnífico" de Arthur se le ha ocurrido que podríamos ir al cine en plan parejitas, y no hay idea que odie más. ¿Aguantar sus besos? ¿Aguantar los de Belinda? Me espera una tarde muy muy larga.

***

Entramos a la sala y enciendo la linterna del móvil para buscar los cuatro asientos. Cuando los he encontrado los señalo y vamos pasando de uno en uno.

Belinda pasa la primera, yo tras ella y luego Sevda y Arthur. Pero cuando mi compañera de piso se va a sentar, él la agarra de la cintura y la rota, sentándose en ese lugar, a mi lado. Ella lo hace sin poner pegas, incluso sonríe. Mientras miro la escena perplejo escucho cómo Belinda ríe por lo bajo.

—Kyle —me habla Arthur—. ¿En unos días te irás no?

—Aún quedan unos cuantos, pero sí.

Y por fin después de todo, decir esto me alivia. Porque yo ya no sé cuánto más tiempo aguantaré esto, durante cuántos días soportaré estar así. Desde que me llegó ese mensaje no duermo, no descanso.

—Y... ¿Qué haréis? —nos señala a Belinda y a mí, refiriéndose a lo nuestro.

—Eso ya se verá, de momento disfrutar —contesta ella a la vez que me atrae hacia ella y me besa.

Cuando se va a separar le agarro la cara y hago que no se aleje de mis labios. Los abro y ella se sorprende, pero luego me sigue besando con pasión.

Miro a Sevda que nos observa atenta y sonrío. ¿Está celosa?

—Kyle... —susurra Belinda para que solo yo la escuche—. ¿Qué somos?

Me atraganto con las palomitas al escuchar esa pregunta e intento disimular la sorpresa. Bebo el refresco mientras hago tiempo para pensar qué contestar. Cuando ya no puedo alargar más la respuesta la miro.

—Amigos con derecho —le guiño el ojo y ella sonríe.

Seguidamente se apoya en el respaldo ya más tranquila. Mientras, Sevda y Arthur se besan con ganas.