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Jungkook bajaba de su auto el cual había llegado al lugar donde las cosas más atroces sobre su trabajo se llevaban acabo

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Jungkook bajaba de su auto el cual había llegado al lugar donde las cosas más atroces sobre su trabajo se llevaban acabo.

Se sentía sin vida, sin alma. Hacía tan solo unos momentos había perdido a la persona por la cual había luchado tanto tiempo, había perdido a su razón de existir, la razón por la cuál él se mantiene de pie aún, había perdido a Taehyung. Y evidentemente ante esto, no se encontraba para nada bien.

Quería destrozar todo lo que se encontrara a su alrededor, quería incendiar el mundo y hacer que todos sintieran el mismo dolor que él estaba sintiendo en estos momentos. Y tenía a la persona perfecta para desquitar todo ese dolor que sentía, la persona a la cual culpa completamente el que Taehyung se haya ido; Min Yoongi.

Su mente egoísta pensaba que todo era culpa de ese perro traidor, pues si este nunca hubiera confesado todo el tema sobre Jasha a Taehyung, él nunca se hubiera tenido que ver visto obligado a dejarlo ir.

Caminaba con pasos seguros y firmes a la entrada de aquel lugar, el cual parecía ser solo una casa normal, pero guardaba muchas cosas bajo ella. Entro en este e inmediatamente fue a la puerta secreta que en realidad era un elevador, ingreso en el y este comenzó a descender metros bajo tierra donde se guardaba el verdadero infierno.

Una vez llego, las puertas del elevador se abrieron y toda la peste de sangre, y demás olores fetidos llegaron a sus fosas nasales, pero estos aromas no hicieron cosquillas en el, pues ya estaba completamente acostumbrado.

Uno de los escoltas que rondaban en el lugar se acerco a él, haciendo una reverencia.

—Jefe, ¿viene a ver como va su último encargo? —Jungkook solo asintió sin ningún tipo de expresión en su rostro, el hombre asintió y comenzó a guiarlo al lugar.

Llegaron a un cuarto completamente encerrado, donde por lo único que se podía ver era la pequeña ventana que estaba en la puerta. El escolta abrió con un código la puerta, la cual rechino al abririse y dejo ver cuan oscuro estaba el lugar, siendo solo iluminado por una pequeña linterna en el techo pero sin ningún tipo de ventana que permitiera la correcta ventilacion, provocando que el olor a sangre y sudor inundará la habitación.

Había un hombre malherido en medio de esta habitación, con sus manos colgadas del techo siendo obligado a seguir de pie a pesar de su estado. El hombre moribundo alzo la mirada al escuchar el sonido de la puerta abriéndose, encontrándose con un rostro perfectamente conocido.

—J-Jungkook —susurró, la sangre saliendo de su boca al abrirla para pronunciar el nombre del demonio que había arruinado su vida, su carrera, sus sueños.

—Yoongi. —dijo Jungkook, sin ningún tipo de remordimiento o sentimiento ante la escena—. ¿Cómo la estas pasando? ¿Mis leales te tratan bien? —dijo, marcando más su voz dura al pronunciar la palabra leales, solo para recordarle al doctor una vez más la razón del por que estaba aquí.

love decisión ✧ kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora