¿What Do You Think About My Car, Doll?

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En verdad pensé qué dándole lo qué quería, Lena perdería su interés en mí; pero por supuesto me equivoqué tonta y terriblemente al pensar así, porque todo con la sensual ojiverde pareció intensificarse varios grados más después de esa maldita tarde en la qué me entregué voluptuosa e irremediablemente a ella.

Y lo peor de todo es qué aún no puedo creer qué el gran Lionel Luthor, ni siquiera sea capaz de detener a su caprichosa hija y sus claras intenciones de poseerme por completo; porque nunca me habría imaginado qué él se tomaría tan malditamente bien el hecho de haberme encontrado huyendo de su joven hija, a la cuál le doblo la edad, luciendo mis dorados cabellos totalmente desordenados, con mi ropa evidentemente desarreglada y puesta de prisa, junto con mis mejillas furiosamente sonrojadas por el orgasmo qué tan habilidosamente me provocó Lena, junto a toda el aura qué emanaba de mí, qué gritaba qué acababa de ser follada cómo nunca por su hermosa y malcriada hija; sí es qué el profundo aroma a sexo impregnado en toda la elegante oficina de Lena, no nos había delatado para entonces.

Recuerdo qué al verlo de pie allí, algo consternado por mi presencia en medio de la puerta, en vez de encontrar a su hija a la qué estaba buscando, mientras analizaba cada detalle de mí, dándose cuenta de inmediato todo lo qué había pasado entre Lena y yo, y lo qué pretendía al casi abrir abruptamente la puerta para escapar de la tentadora Lena, qué aún podía sentir su rastro caliente sobre mi piel; era evitar lo qué parecía imposible siendo atrapada en el acto por el señor Luthor y esperaba qué su siguiente paso fuera negarme el patrocinio de LuthorCorp en ese mismo instante, luego de encontrarme a punto de huir de Lena ese día; pero el enorme apoyo de él y de toda su corporación, sólo pareció aumentar muchísimo más, lo qué obviamente no pasó desapercibido para la prensa y todo el medio de NASCAR.

Pero conociendo mi suerte, cómo tanto la conozco, no debió sorprenderme qué su padre no hiciera absolutamente nada para negarle algo a su consentida hija, y mucho menos para detenerla de obtener algo qué quería, porque todo el mundo sabía qué Lionel era tan implacablemente duro en los negocios, así cómo era mucho más complaciente cuándo se trataba de Lena, su única hija y su más importante tesoro.

Pero ni siquiera intenté gastar algo de mí tiempo buscando explicaciones al apoyo absoluto de Lionel con su hija, porque ni yo misma puedo explicar la enorme encrucijada en la qué me encuentro por causa de esa preciosa ojiverde y de la cuál no sé cómo empezar a escapar, o sí es qué quiero hacerlo después de probar el paraíso con Lena; porque así cómo todos se dieron cuenta del exponencial crecimiento qué tuve de un día para otro del gigantesco patrocinio de LuthorCorp, tampoco ha sido muy difícil notar a Lena y su espectacular belleza en cada una de mis carreras luego de tener sexo; desde el circuito de Watkins Glen hasta llegar incluso al de Charlotte Roval; porque simple y sencillamente es literalmente imposible ignorarla a ella allí, en la parte más exclusiva del público, sólo rodeada de algunos casi tan poderosos cómo ella. Pero Lena, no sólo resalta entre toda la multitud por su dinero, qué ni siquiera puedo imaginar cuánto tiene realmente, qué emana de toda su elegante ropa de diseñador, su rico perfume maderoso y único cómo ella y esa mirada de gacela hambrienta en busca de su próxima presa, de la cuál yo era la única destinataria, haciendo debilitar mis piernas con deseo contenido y abrumador por ella, pero definitivamente no me sentía así por todo lo que tenía y su poder porque eso no podría importarme menos; sino qué me refiero a cada detalle de su delicioso cuerpo qué es un conjunto absolutamente divino a la vista y qué deseaba tener exclusivamente para mí, porque aunque no lo aceptara, me sentía celosa de cualquiera qué se atrevía a mirarla, aún cuándo había decidido qué no debía volver a caer con ella, porque eso era lo correcto de hacer, ¿Verdad?

Pero estaba tan confundida por mis pensamientos y sensaciones tan abrumadoras cómo contradictorias con ella, qué no podía definir sí estaba haciendo bien en negarme a algo qué quiero tanto cómo a ella, porque mi cuerpo definitivamente extraña sus caricias; además de qué Lena sabe lo hermosa qué es y sobre todo, ella sabe muy íntimamente cuánto me afecta su meta presencia, junto a cada uno de los suspiros qué roba de mí; sí su sonrisa ladeada en mí dirección me dice lo qué su mente sospecha, y sé qué soy una completa estúpida por dejarme llevar de nuevo por sus tantas y tentadores curvas, pero cada día me siento más débil ante Lena porque lo único qué puede pensar claramente mi mente, es en lo mucho qué deseo desnudarla y se está volviendo una verdadera necesidad para mí hacerlo, luego de tanta abstinencia de ella, porque mis manos pican por recorrerla con cálidas caricias, mientras mi boca la adora con apasionados besos, bebiendo cada suspiro de su placer.

¿QUÉ TE PARECE MÍ AUTO, MUÑECA?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora