Después de mis clases decidí ir a la biblioteca con mis compañeros para estudiar antes de los exámenes, por lo que no me preocupé en ir al club. Sin embargo, mientras salía de la biblioteca, recibí una llamada de mi secretaria diciendo que Woohyun estaba en el lugar intentando renunciar, por lo que tuve que disculparme con todos mis compañeros e irme con prisa.
- Entonces no bromeaba con renunciar – Subo a mi coche.
Conduje lo más rápido que pude hasta el club, pero al llegar no vi a Woohyun allí.
- ¿Dónde está él?
Secretaria: Se fue hace unos minutos señor. No quiso esperarlo.
- ¿Él renunció?
Secretaria: Me dijo que mañana traería la carta de renuncia – Hizo una reverencia - Lo sentimos señor. No pude convencerlo de que se quede.
- Es lo mejor – Miro mi reloj – Es algo tarde, me iré ahora.
Secretaria: ¿No se va a quedar?
- No, no es necesario que me quede esta noche. Ya todo parece estar funcionando mejor.
Secretaria: De acuerdo señor.
- Anúnciame cuando tengas su renuncia. Quiero verla con mis propios ojos.
Salí del club, pero antes de subir a mi coche encendí un cigarro para calmar mis nervios.
- ¿Habrá ido a su apartamento? - Exhalo.
Intenté llamarlo, pero su teléfono daba ocupado. Entonces decidí que lo mejor era ir a verlo personalmente.
- Si quiero que renuncie, pero a la vez no – Frunzo el ceño – No quiero que dejemos de hablar. Ni siquiera hemos hablado lo suficiente.
A los pocos minutos de comenzar a conducir, noté que un coche me seguía y de inmediato entré en alerta.
- Maldición ¿Quién es?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tenía el presentimiento de que no era nada bueno, por lo que tomé mi teléfono y le envié una alarma a mi asistente junto con mi recorrido actual.
- ¿Por qué ahora?
Intenté evitar al coche, pero fue inútil, ya que en una calle cerrada me rodearon entre dos coches.
- Justo ahora...
Cuando vi que unos hombres se acercaban a mí, tomé el arma que se encontraba debajo de mi asiento y la escondí en mi ropa, para luego salir y enfrentarlos.
- ¿Qué es todo esto?
XXX: Tú eres el bastardo que rompió mi cabeza ¿Acaso no te acuerdas?
Ahora si lo reconocía, ese era el hombre que había agredido a Matthew.
