Te rescataré *TodoBaku*

🔥 VII 🔥

Regresamos al presente...

Al ver todo el daño que él había hecho lo hizo arrepentirse demasiado, tan sólo quería volver a sus brazos, llenarlo de besos, decirle que todo estaría bien, que nunca más volvería a sufrir porque él sería su maldito escudo, hasta su más simple tapete si eso quería. Él recibiría todas las apuñaladas que la vida le quisiera dar... esa había sido siempre su misión, pero ¿que había hecho ahora?

Se desplomó, ya no podría más. Y Katsuki seguía siendo un remolino de emociones y adrenalina, así que sin dudarlo más, volvió a encestarle un golpe ahora en la cara al bicolor, logrando lanzarlo al suelo con fuerza.

El ojirubí esperaba que Shoto se levantara rápidamente, que intentara escapar o algo, pero el medio albino no hizo ningún movimiento, tan sólo se mantuvo ahí quieto, con la mirada baja. Los segundos pasaban haciendo parecer eterno ese momento, ninguno se movió más, y Katsuki sólo iba relajando su respiración, hasta que logró estar en más calma para volver a hablar y ya no gritar.

- ¿Por qué? ¿Por qué me hiciste eso? ¿Acaso me crees un imbécil? ¿No se supone que nos conocíamos? ¿Que estarías a mi lado? ¿No eras tú el que decía que me apoyaría en mis sueños de manera incondicional? ¿No se supone que yo... iba a ayudarte también?¿Tú... tú no me amabas? Porque yo... yo te amo, Todoroki Shoto. -

Esas últimas palabras lo terminaron de destrozar, ya que Katsuki nunca le había dicho aquellas palabras de amor tan clara y directamente. Shoto instintivamente posó su mirada en el rubio cenizo, el cual se había estado acercando lentamente a él mientras le hablaba.

Llore ojos de Shoto estaban al punto de las lágrimas, su expresión reflejaba asombro, pero también gran arrepentimiento y dolor puro, nunca nadie se habría imaginado al heterocromático con semejante expresión, ni siquiera su pareja. Y en el instante en que Bakugou lo notó, pareció visualizar a un pobre niño asuntado, y como si fuera mero instinto, Katsuki se lanzó a abrazarlo con toda su fuerza, al parecer buscando que no se escapara más de sus brazos.

- Eres el idiota más grande que existe, ¿por qué no me pediste ayuda si estabas así? ¿Es que yo no...? - comenzó a decir Bakugou, voliviendo a sentir algunas lágrimas rodar por sus mejillas, pero Shoto lo interrumpió.

- No... nada de esto es tu culpa... sólo yo soy culpable, yo... - Shoto había alzado la mirada hacia su amado, también dejando que sus lágrimas recorrieran su rostro. - Te amo, y nunca he dejado de hacerlo, creéme por favor... tú tienes toda la razón, sólo fui un idiota que no pensó con claridad las cosas, pero, es que yo... - el medio albino comenzaba a hablar más rápido, buscando escuzar su comportamiento, queriendo volver a conectar con el cenizo, deseando que lo pudiera perdonar algún día por todas las atrocidades que había provocado en tan sólo un par de meses. Incluso había acercado su mano hacia el rostro del rubio, pero aún temía tocar ese bello rostro que ahora derramaba lagrimas como nunca había visto. Pero antes de poder continuar o hacer algun otro movimiento, Bakugou tomo la mano del más alto con fuerza, alertartando al bicolor, el cual ya se esperaba más golpes o insultos.

Pero no, lo que hizo Bakugou fue tomar la mano de Shoto para posarla sobre su mejilla al mismo tiempo que se acercaba para besar con desesperación al idiota invierano. Al principio Todoroki mantuvo los ojos abiertos por la sorpresa, pero rápidamente se dejó llevar al sentirse tan dichoso de volver a besar aquellos labios. El beso paso a ser agresivo y desesperado por ambas partes, llegando a una batalla de sus lenguas, la cual Bakugou logró ganar y terminar al morder con fuerza el labio del más alto, provocando que sangrara y así separarse.

Ambos se separaron tan sólo unos centímetros, manteniendo unidas sus miradas, perdiéndose en los ojos del otro. Katsuki ya se había posicionado sobre el bicolor, teniendo sus piernas a cada lado y sus manos en ambas mejillas de este, viéndolo ligeramente desde más arriaba. Por su parte, Shoto lo había sujetado de la cintura con delicadeza, pero aún dudoso de merecer dicho placer.