La Cuarta Biblioteca

T e a d a p t a s

Carlos: Listo, y se chingó, así queda la repartición de habitaciones.

Summer: La cual es...

Víctor: El primero en llegar a la habitación se la queda— bromeó, pero al notar el silencio incómodo entre los Líderes, se preocupó —¿De verdad no sé pudieron poner de acuerdo?

Axel: No me gusta la idea de provocar un caos, pero el desorden de la competencia solo duraría unos minutos a comparación del mierdero que se armaría para nosotros tomar una decisión.

Gigi: Es mejor dejar esto como una competencia amistosa, los dos primeros en llegar a alguna habitación van a compartir el cuarto— suspiró —Las habitaciones por competir son las de la primera planta.

Cameron: ¿Es una broma? No somos animales, caramba, ¿cómo podés pretender que nos matemos entre nosotros por una habitación de poronga?

Carlos: Algunos tienen baños privados.

Summer: Ya valieron verga, putos— emocionada se posicionó para competir.

Thalía: Bueno, solo es una idea, Lena y Gabriel deben aprobarla primero.

Lena: Creo que no entendieron el objetivo de su tarea...

Gabriel: No lo intentes, créeme, esta fue la mejor solución que pudieron haber pensado.

Lena: Bien, entonces, adelante.

Gabriel: No se vale tener tres personas en una misma habitación, quien llegué se lo queda, no hay más opciones.

Emma: Tranquilo güey, no es la primera vez que hacemos esto— trono su cuello —Da la señal.

Lena: Está de más decirlo, pero recuerden que no pueden usar sus poderes para sacar ventaja, ni lastimarse entre ustedes.

Luke: Gracias a Dios alguien lo dijo, ñaña.

Layla: Aunque, no somos idiotas.

Víctor: ¿Los empujones cuentan como agresión?

Gina: Por lo menos la mayoría no es idiota.

Víctor: Cállate, yo solo quería aclarar.

Peter: ¿No podemos solo hablar sobre esto?

Todos: No.

Avril: Por lo menos lo intentaste— consoló a Piscis.

Gabriel: Correcto. En tres, todos van a correr— miró su reloj —Uno...

Summer: Chuta, no me empujes Escorpio.

Emma: No tengo la culpa de que tu enorme trasero esté en mi camino.

Summer: Ya quisieras tener una retaguardia tan linda como la mía.

Lena: Dos...

Carlos: Saben, tal vez Peter tiene razón...

Axel: Ahuevado.

Carlos: Te vas a comer tus palabras, huevón.

Layla: Esperen, ¿Por qué no lo decidieron por sorteo?

Gabriel: ¡Tres!— exclamó, dando la señal de salida.

Claramente, los espectadores se podrán imaginar el desmadre que se formó con las doce personas más infantiles del Zodiaco peleando por una alcoba. Sin embargo, describir el detalle de quien habría mordido, golpeado, pateado o, hasta rasguñado a quién, haría de este un largo suceso. Es por eso, que en resumidas cuentas, las parejas terminaron así: en la habitación cercana al lobby...