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La sirena de las ambulancias resonaban por la ciudad, anunciando una emergencia. 

—. ¡De prisa! ¡O lo perderemos! - exclama un paramédico, intentado controlar la presión sanguínea en el paciente. 

La ambulancia pasaba como podía por el tráfico, yendo de prisa hacia urgencias. 

—. ¡Camilla! - pide el paramédico, siendo auxiliado por las enfermeras. 

—. ¡Llamen al mejor especialista en cardiología y al mejor cirujano cardiovascular! - ordena una enfermera, llevando la camilla directo al quirófano. 

—. Señor, lo necesitamos - dice una enfermera, interrumpiendo en el consultorio de un pelinegro. 

Los ojos azules se posaron sobre ella, analizando su conducta en cuestión de milisegundos. 

—. Vamos - responde, siguiendo a la enfermera hasta el quirófano. 

—. Esterilícese, la situación se está controlando dentro - informa un enfermero, saliendo del centro con los guantes llenos de sangre. 

El pelinegro asintió, yéndose a preparar lo más rápido posible.

Se cambió, lavó y puso sus guantes, entrando al quirófano con ayuda de una enfermera. 

—. ¿Situación? - pregunta, comenzando a ver el cuerpo frente a él. 

Sangre, la temperatura corporal estaba disminuyendo, la presión arterial era baja y el pulso estaba acelerado. 

—. Traumatismo vascular - informa una enfermera, pasándole utensilios. 

—. La cava está lesionada, necesitamos operarlo de urgencia - informa un enfermero. 

El pelinegro asintió, comenzando el procedimiento. 

La piel estaba siendo cortada con fuego para que no sangrara y perdiera más, eso le crearía cicatrices, pero nadie se preocuparía tanto por eso en ese momento. 

La pinzas se movían con agilidad dentro del cuerpo, mantenía monitoreado la pantalla para ver sus latidos, procurando que se mantuviera estable. 

Logró frenar el sangrado, comenzando a reparar su interior para comenzar a cicatrizar. 

Realmente no era una emergencia tan grande, al menos no para él. 

Terminó su trabajo, retirando todo para hacer el conteo de utensilios y coserlo. 

Sus latidos estaban estables y su temperatura estaba subiendo de nuevo. 

Ahora sólo tenía que esperar y ver que no muriera en las próximas cuarenta y ocho horas. Tenía un cincuenta por ciento de probabilidades de hacerlo, así que tenía que aferrarse al otro cincuenta para sobrevivir. 

—. Buenas, doctor - saluda una enfermera, llegando a él con papeles —. Me acaban de informar que el paciente que llegó de urgencias es "importante", solicitan que sea atendido por usted y vigilado. 

El pelinegro se quedó confundido, pero aceptó, no podía objetar de todos modos. 

El paciente fue trasladado a una sala especial, una donde sólo él tenía acceso la mayor parte del tiempo. 

—. If the cava is cut I have to repair it, I put in and take out the tweezers to prick you - tararea el pelinegro, trabajando mientras su paciente seguía dormido en la camilla. 

Aquella sala era especial para urgencias así, donde uno o más doctores se quedaban al tanto. Normalmente era utilizada por personas importantes, como era el caso. 

Sinners - SpreeckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora