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Quackity salía de urgencias, agotado por hacer operaciones tan complicadas diarias. 

No había dormido nada, se sentía agotado. Sólo quería llegar a su oficina para recostarse sobre su escritorio y dormir. Pero por desgracia, sus planes se vieron frustrados por su paciente "especial" que andaba deambulando a altas horas de la madrugada. 

—. Buenas, señor Spreen. ¿Se podría saber qué anda haciendo por los pasillos a esta hora? - pregunta Quackity, agotado.

—. No hay baño en el cuarto - responde. 

Quackity suspiró, asintiendo, dándole la razón porque era verdad. 

Lo ayudó a llegar a los baños, donde también tuvo que ayudarlo con los cables que llevaba con él por el suero. 

—. ¿Siempre es tan atento con sus pacientes? - pregunta el mayor, viendo la mano que se movía sobre su miembro. 

—. No, pero, usted es un paciente "especial", ¿no? - responde el menor, acariciando la base y la punta con sus dedos. 

Quackity era más bajo que Spreen por varios centímetros, no diría que era pequeño, sólo que Spreen era demasiado alto. 

—. ¿Ejercita? - pregunta el menor, paseando su mano libre por todo su abdomen. 

—. Algo así - responde el mayor, viendo como los ojos de Quackity veían su cuerpo a través del espejo frente a ellos. 

Todavía no podía creer que el menor tuvo el valor de tocarlo mientras se lavaba las manos, fue un movimiento inesperado, pero no era molesto.

—. ¿Ha practicado natación? Tiene una espalda ancha - comenta Quackity, trazando con sus dedos los detalles de su musculatura.

—. No precisamente, pero sí he nadado durante años - responde el mayor, mirando con atención como Quackity bajó hasta ponerse frente a él. 

—. ¿No le molestara a su esposa? - pregunta, dándole una pequeña lamida al miembro frente a él. 

—. Si es de usted, no creo, parece que le agradó mucho - responde Spreen, posando su mano sobre las hebras negras, acariciándolo mientras lamía y chupaba su miembro. 

Quackity metía aquel miembro de forma diagonal para que cupiese, sintiendo la deliciosa sensación de algo llenando su boca por completo. 

El menor tuvo que apoyarse con sus manos, masturbando lo que no alcanzaba a meterse a la boca. 

El mayor tomó a Quackity de su brazo y lo levantó del suelo, haciendo que se apoyará sobre el lavabo. 

—. ¿Qué cree que hace? - pregunta el menor, viendo a través del espejo como Spreen se chupaba tres dedos. 

Al sacarlos, sonrió. Sostuvo el rostro de Quackity con fuerza para que no apartara su vista del espejo. 

—. Lo vas a disfrutar - responde, introduciendo un dedo. 

Quackity hizo una mueca de incomodidad y dolor, sintiendo como aquel dedo se movían en su interior, intentándose hacer un lugar en su cavidad. 

—. O-oye, eso no es muy higiénico - dice, apretando el mármol del lavabo al sentir como introducía un segundo dedo.  

—. ¿Importa? No tengo ninguna ITS o ETS si te preocupas por eso - responde, moviéndose con libertad dentro del menor, sintiendo como sus dedos eran sofocados por la cavidad. 

—. Lo sé, sé más de ti que tú de tu cuerpo. ¿Por qué tienes tantas heridas de bala? - pregunta, ahogando un jadeo al sentir un tercer dedo hundirse en su interior hasta lo más profundo, haciendo que al salir tuviera una sensación extraña y placentera. 

—. Soy militar - responde, intentando desviar el tema, haciendo movimientos violentos para que se callara. 

—. Mentira, no había registro de tu identidad - dice Quackity, soltando un chillido cuando sacó sus dedos de golpe. 

Spreen se acomodó detrás suyo, separando sus glúteos para adentrarse con facilidad. 

Quackity se sostuvo del espejo, jadeando por la extraña sensación de algo grueso y grande abriéndose paso en él. 

—. Sácalo, por favor - pide, sintiendo como sus piernas temblaban ante la sensación —. No entrará, sácalo. 

Spreen sujetó su mentón, apretándolo con fuerza para mantenerlo quieto. 

—. Respira - dice, introduciendo sus dedos a su boca para controlar su respiración. 

Quackity contuvo un gemido al sentirse lleno hasta el fondo. Por mera curiosidad, posó una de sus manos en su vientre para "aliviar" el dolor, sintiendo un bultó destacar casi cerca de su estómago. 

—. O-oye - dice, asustado. 

No tuvo tiempo para hablar, recibiendo la primera embestida con fuerza, haciendo que sintiera una punzada en su espalda. 

Era la primera vez que estaba con un hombre que lo llenaba por completo y de esa forma. 

—. Tranquilo, respira - dice Spreen, moviéndose con "cuidado" dentro suyo. 

Quackity no pudo evitar gemir alto al sentir como se movía, apretando el mármol con fuerza y haciendo muecas. 

Spreen salió y le dio la vuelta para subirlo sobre el lavabo, introduciéndose por segunda vez, ahora con más facilidad. 

El menor soporto los primeros minutos, sintiendo luego una extraña sensación de placer. 

Se sujetó de los hombros de Spreen para no caer, aferrándose y dejando marcas de uñas. 

Spreen se inclinó, dejando que abrazara y rasguñara su espalda, sujetando con mejor precisión sus caderas para mantener su ritmo. 

Quackity comenzó a morder su cuello, dejando marcas rojas hasta su clavícula. 

Spreen se separó un poco para besarlo, atrapando sus labios entre los suyos, sujetándolos y lamiéndolos. Disfrutaba de su suave textura, sintiendo lo blando de su lengua. 

Apretó sus caderas con fuerza, haciéndolo gemir para que abriera su boca, sintiendo mejor los jadeos y gemidos que soltaba por él. 

Aferró sus manos a sus piernas, separándolas más para acelerar las embestidas. 

Quackity se dejó caer contra el espejo, mordiendo la punta de su camisa para no hacer tanto ruido. Podía ver como aquel bulto se formaba con cada embestida, dejando una marca notaría sobre su piel que pronto estaría violácea. 

—. S-Spreen... - gime, apretando sus hombros al no tener nada de qué sujetarse. 

El mayor tomó sus manos y las colocó sobre su cabeza, poniéndolo contra el espejo. Continuó moviéndose hasta sentir cosquillas en su bajo vientre. 

Tomó el miembro de Quackity para masturbarlo, moviendo y apretando su mano de arriba a abajo. El menor no pudo contener sus gemidos altos, curveando su espalda y liberando su orgasmo, haciéndolo sentir mareado. 

Sintió como Spreen se hundió en lo más profundo de su interior, sintiendo luego como algo cálido lo llenaba. 

Bajó su mirada por curiosidad, encontrándose con su vientre lleno y abultado. 

Se dejó caer por completo, sintiéndose demasiado débil y agotado. 

El sobre-esfuerzo, falta de sueño y mala nutrición, le estaban pasando factura con su mala condición física. 

Se sentía desfallecer, aún así, sintió como Spreen lo limpiaba con el agua del grifo y utilizando papel de baño. 

No sabe de dónde sacó la fuerza, pero lo llevo hasta la sala especial y lo acostó en la camilla, acostándose él también al lado suyo. 

—. Eres tan débil, pareces un virgen - se burla el mayor, viéndolo quejarse del cansancio. 

Lo último que sintió, fue una mano frotando su vientre. 

Sinners - SpreeckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora