...Cody estaba aburrido, tenía los ojos vendados, llevaban más de 1 hora en coche, el primer tramo había sido divertido intentando adivinar a donde se dirigían, le soltaba nombres de lugares al azar y Asher siempre contestaba que no, después comenzaron a platicar de la vida universitaria de este, le contó que en cuanto al amor estaba algo oxidado, en la escuela solo había tenido royos de una noche y bueno había puesto en pausa eso por mejorar sus notas y rendimiento en el deporte, después hablaron un poco de Amir, sin querer Asher le preguntó por su hermano y bueno, la conversación murió, después de dar algunas vueltas, tomaron una calle y comenzaron a ir en línea recta desde entonces, Cody no sabía que vía de la ciudad pudiera ser así de larga, entonces le asaltó un duda – estamos fuera de Santa Cecilia – dijo, su amigo asintió pero cuando cayó en cuanta que tenía los ojos vendados le respondió que si – solo 20 minutos más, lo prometo – le dijo y miro hacia el frente, donde un enorme faro se alzaba en el horizonte cada vez más cerca de ellos...
...Aparcaron en un estacionamiento en desuso, la autopista de concreto terminaba justo en ese lugar, para llegar al fin del mundo, tendrían que atravesar un largo puente de madera húmeda e hinchada por la brisa salitre del lugar, en el horizonte sendos nubarrones oscuros comenzaban a levantarse – puedes quitarte la venda – dijo Asher, Cody algo enfadado por el largo viaje se quitó de un tirón el trapo que su amigo le había colocado alrededor de los ojos, hubiera preferido no hacerlo, sintió que su corazón se estrujaba, sin pretenderlo una solitaria lagrima dejó su ojo --¿estas bien?—le preguntó preocupado su amigo
--Ash, ¿Por qué estamos aquí? —le preguntó con voz quebrada –bueno, creí que querías venir aquí, el día que te llamó tu hermano, me dijiste que habías venido por el fin del mundo, investigue un poco y encontré este lugar, el gran faro construido en los años treinta, justo donde la plataforma continental termina y da paso al océano, fue un destino muy concurrido por los amantes en la década de los dos mil—respondió Asher algo triste, tal vez no había sido una buena idea hacer un viaje de hora y media sin haberle preguntado antes si quería venir, Cody miró el imponente faro, una triste sonrisa se dibujó en su rostro y más lagrimas silenciosas salieron de sus ojos – perdón – le dijo Asher acercándose por atrás y rodeándolo por la cintura con sus brazos
– no, no es culpa tuya, debí contarte el por qué este lugar es importante para mí, el por qué quería venir, pero no podía – le respondió su amigo sin dejar de mirar la enorme estructura – no tenías por que hacerlo, apenas nos estamos conociendo, entiendo que existen cosas que no se pueden contar, no estas en la obligación de hacerlo, si lo deseas podemos irnos – le dijo su amigo –no, la verdad, fue un gesto muy bonito de tu parte, ya estamos aquí, ¿podemos acercarnos un poco más? – le dijo su amigo – supongo, la madera parece estar en buen estado, solo hagámoslo rápido – le contesto Asher y señalo con su mano las negras nubes que se acercaban al faro, Cody asintió y lo tomó de la mano, comenzaron a caminar por el viejo muelle de madera...
...Estaban frente al océano Pacifico, el agua era de un tono muy oscuro, los chicos supusieron que era por la profundidad del mar y por las nubes de tormenta sobre ellos –es impresionante, sé que no es el fin del mundo como tal, pero se siente como si lo fuese – dijo Cody girándose hacia Asher y abriendo sus brazos, Asher se acercó a él y lo abrazó – gracias, de verdad es algo increíble, yo no hubiera tenido el valor de venir hasta aquí solo, el verano terminaría y me iría, nunca más volvería, o quien sabe tal vez me quedaría aquí para siempre, intentando venir a este faro – le dijo Cody mientras hundía su nariz en el pecho de Asher y se dejaba reconfortar por sus brazos alrededor de él – Cody – dijo su amigo en tono bajo, el aludido despegó su cara del cuerpo de este y alzó la cabeza para verlo, se veía hermoso, con su cabello moviéndose por el viento que comenzaba a soplar, como si fuese un héroe de mitos griegos, con ese porte tan fuerte y seguro de sí mismo, con esos ojos que lo derretían y esa sonrisa pícara en su rostro, no quería admitirlo, pero se estaba enamorando del que ahora era su mejor amigo, Asher le sonrió y le dio un tierno beso en los labios, ambos jóvenes se dejaron envolver por el momento, uno de los brazos de Asher se aferró a la cintura de Cody y el otro viajo a su cabeza enredando sus dedos en su cabello, por su parte Cody rodeo su espalda con los suyos y el beso cobró intensidad, el viento rugía con fuerza, la lluvia comenzaba a caer y un potente trueno los hiso separarse, sonrieron al mirarse, pero entonces sus rostros se llenaron de preocupación, la tormenta se había desatado, las olas cada vez eran más grandes y golpeaban la baranda del faro, tenían que salir de ese lugar, tomados de la mano comenzaron a correr, cuando llegaron al otro lado, las olas ya eran enormes, el puente que separaba al faro del estacionamiento oscilaba peligrosamente por el envite de las encolerizadas aguas, sería muy peligroso cruzar y aunque lograran llegar al otro lado sería imposible manejar bajo esa lluvia
--por esa ventana – dijo Cody señalando un pequeño cuadrado de madera, carecía de cristal y las maderas que cubrían el acceso habían desaparecido, Asher asintió y se dirigieron a ese lugar, ayudándolo con sus manos, logró hacer que Cody entrara y haciendo acopio de todas sus fuerzas, él también consiguió entrar, fueron tragados por la oscuridad del faro
El viento azotaba el lugar con fuerza, la inclemencia del clima hacia rechinar el lugar, dándole un toque tétrico – bueno, al menos no es un sótano donde extraeré tu hígado – le dijo con una risa nerviosa Asher – casi hubiera preferido el sótano – respondió algo molesto su amigo – lo siento, es solo que, parece que algo bueno me pasa y el mundo se empeña en arruinarlo – le dijo en la penumbra, Asher encendió la linterna de su móvil y Cody lo imitó – te contare el por qué estoy aquí – le dijo Cody – no tienes que hacerlo – le dijo Asher – lo sé, pero quiero hacerlo, veras, en este faro se conocieron mis padres, ellos eran gente de dinero, papá vino con miras de expandir su negocio, el lugar crecía por la popularidad del faro, incluso él llegó a pensar que tener un faro en el fin del mundo seria super cool, mamá por otro lado era una joven rica de sociedad, vino con sus amigas a ver la atracción del momento, se conocieron, se llevaron bien y en un verano quedaron enamorados de por vida, para ellos este lugar era especial, pero hace tres años para celebrar su aniversario yo les propuse que visitaran el lugar que los unió, me hicieron caso, esa fue la última vez que los vimos, estaban aquí, en el fin del mundo y una tormenta apareció, mi hermano comenzó a encargarse de los negocios familiares a los 20 años, él me culpa por la muerte de mis padres – le explicó Cody mientras gruesas lagrimas caían sobre sus mejillas, a pesar de la oscuridad reinante Asher podía ver en las sombras gracias a los flash de sus teléfonos como su amigo temblaba y sollozaba, hiso lo único que podía, lo abrazó – sabes que no fue tu culpa, ¿verdad?, solo eras un niño, les propusiste algo romántico, ellos aceptaron, fue la naturaleza la que actuó, no existen culpables en esta historia, no conozco a tu hermano, pero tal vez no te culpa, talvez solo está enojado, no contigo, enojado con tus padres por haberse ido y dejarlo a cargo de todo a tan temprana edad – lo consoló Asher mientras lo abrazaba y Cody temblaba a causa del llanto.
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Tormentas en el fin del mundo
Teen FictionAsher es un joven universitario que en el verano decide visitar la playa de Santa Cecilia para participar en el Aqua Tournament, por un error de reservación comparte habitación con Cody, un joven callado y algo melancólico que esconde un dolor en su...