Deseo...

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Jin Ling era feliz, esa era la realidad; amaba a su pequeña familia que consistía en sus dos tíos y él, sus padres fallecieron cuando era niño, no los recordaba, pero, le dejaron significativos objetos, su favorito era la caja de música que guardaba con recelo.

Pero... Su cuento había terminado con la cita a ciegas que organizó Nie Huaisang... Esos malditos Lan habían arruinado todo. Ahora se mudaban juntos y lo que antes era su maravillosa casa se convertía en la guarida de los aburridos hombres junto con sus hijos.

Ahora su sala de juegos de vídeo sería la recámara de Lan Jingyi, su estudio privado se convertía en la de Lan Sizhui, su rutina completamente alterada porque vivían bajo un montón de reglas estúpidas, no los conocía pero ya los odiaba.

Así que ese día, en el que se mudaban para jugar a la casita, simplemente se salió, necesitaba respirar, fue a torre Koi dónde vivía su otro tío y su perro hada, su tío Wei Ying, tío adoptivo, le tenía miedo a los perritos por lo que Jin Ling sacrificaba mucho dejando a hada en ese lugar para no incomodarlo ¿Y cómo le pagaba? Trayendo a ese cara de muro con el cara de imbécil de su hijo para invadir su espacio.

De verdad los odiaba.

Odiaba a esos Lan que no había visto nunca. Y nada podría cambiarlo. Nunca.

Jugaba con hada a lanzar la pelota, miró al rededor, quizá sería mejor mudarse con el tío Yao, después de todo algún día iba a heredar ese lugar.

—Podría arreglarlo -Le dijo sonriente su tío paterno- Tal vez sería lo mejor para ti, además hay excelentes colegios en Ámsterdam, ir a uno de ellos cambiaría la perspectiva de tu mundo.

Ámsterdam, él solo... ¡Sonaba maravillosamente asombroso y genial! ¡El extranjero, con alfas guapos, fuera del país! ¡Él solo! ¡Sería independiente! Se emocionó con la idea, le encantaba, le parecía genial y además se libraba de jugar a la familia feliz ¡De verdad que el tío Yao sí lo entendía!

Hablaron toda la tarde, le dejó comer helado, beber litros de soda, comida chatarra, ver películas y jamás mencionó nada de la tarea o de dietas balanceadas, el tío Yao sí lo comprendía. Pero finalmente cuando vió la hora supo que tenía que volver, se le hizo demasiado tarde, el tío pequeño no le recordó que eran casi las ocho de la noche, así que salió corriendo, mientras comenzaba a llover, llegó a la casa, se quitaba los zapatos cuando alguien le golpeó la coronilla con fuerza, su tío Jiang.

Lo miraba sumamente enfadado, cruzando los brazos sobre el pecho, con Wei Wuxian detrás.

—¡Son casi las nueve, es tarde y está oscuro! -Le gritó, Jin Ling puso los ojos en blanco
—Ya no soy un niño -Señaló
—¡Te dijimos que nos ayudaras con la mudanza! -Señaló de nuevo el Omega enfadado, Jin Ling se puso de pie
—Estaba ocupado y no soy yo el que se muda, empaqué las cosas del estudio y de la sala de vídeos ¿Qué más tenía que hacer? -Cuestionó entrando casi arrastrando los pies
—¡Tú mocoso..! -Jiang Cheng estaba a punto de explotar pero Wei Wuxian le tocó el hombro y negó
—Te llamamos y no respondías, estábamos preocupados A-Ling... ¿Dónde estabas? -Cuestionó sonriendo y tranquilo
—Afuera -Respondió sarcástico el Jin
—¿Dónde? -Preguntó más inquisidor Wanyin
—Solo afuera -Jin Ling no se detenía, iba caminando a su recámara
—¡¿Y dónde se supone que es afuera!? ¡Ni siquiera nos avisaste! -Le regañaba su jiujiu, Jin Ling inspiró
—Afuera es afuera, afuera de aquí -Replicó dándose la vuelta, ni Wei Ying ni Jiang Wanyin eran fans de Guangyao, por alguna razón que desconocía y decirles que pasó la tarde con él seguramente no les iba a gustar.
—Hola A-Ling -Saludó saliendo de una las recámaras un hombre alto, que le ofreció una sonrisa suave y amable, Jin Ling levantó una ceja
—Jin Ling -Corrigió y miró la mano estirada
—Oh, lo siento, yo soy... -El Jin pasó de largo al mayor y se encontró frente a frente con el serio semblante parecido de otro vestido de blanco, la invasión de los Lan había empezado
—Lan Xichen y él es mi hermano, Lan Wangji... -El mayor se aclaró un poco la garganta, el serio alfa de ojos dorados le miró, como si leyera su alma... Desagradable y aterrador.

Un deseo puro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora