Un deseo puro

Es como es

El ruido metálico de las navajas los perseguía cada vez más cerca, hasta el punto en que el zumbido del aire siendo cortado alcanzó la espalda de Jin Ling, iba prácticamente volando arrastrado por Lan Sizhui, Jingyi yacía delante de ellos corriendo a toda prisa, dieron la vuelta dos o tres veces, sin embargo estaban atrapados en un lugar donde no había ninguna puerta o salida.

-¡¿Por qué hay una esfera gigante y no hay lianas en este lugar!? -Cuestionó el Lan más joven
-¡No es una película de Indiana Jones! -Respondió Jin Ling
-¡Amaría estar en esa película, habría lianas! -Le gritó en respuesta Jingyi
-¡Díselo a los nazis del arca! -Respondió Jin Ling
-¡Después discutimos de cine sobrevalorado! -Gritó Sizhui
-¡Tú eres el sobrevalorado! / ¡Hombre, no puedes hablar en serio! -Le gritaron los dos chicos

Cuando dieron la vuelta entonces Jingyi distinguió un destello plateado, era algo familiar, lo siguió sin dudar, delante de ellos de la nada apareció una puerta

-¡Una salida! -Señaló
-¡O podríamos caer en otro pozo! -Gritó el castaño
-¡No tenemos elección! -Respondió Sizhui, Jingyi llegó hasta ella y vió la mariposa plateada
-¡Creo que estaremos bien! -Señaló
-¡Lo dice el que nos llevó hasta aquí! -Jin Ling le ayudó a empujar, no parecía tener manijas ni nada por el estilo
-¡Atrás! -Pidió el mayor del grupo y dió una patada que hizo caer polvo y piedras, como si hubiera destrabado la puerta con esa, repitió el acto está vez haciéndola ceder, Jingyi miró hacia atrás, la esfera metálica estaba ya casi encima de ellos
-¡Dios, dios, dios! -Señaló, Sizhui entonces cambió la estrategia a darle un puñetazo, Jin Ling casi le grita que era idiota ¿Desde cuándo es más fuerte un puño que una patada..?

La puerta cayó en el espacio oscuro, Jin Rulan pensó que tendría que empezar a tragarse sus palabras.

De prisa Sizhui entró, pero Jin Ling no tomó la mano que le tendieron, en su lugar tomó la de Jingyi que parecía un venado a punto de ser arrollado y lo arrojó casi al otro Lan para después entrar casi a punto de ser aplastado.

Vieron pasar la imponente bola a un lado desbaratando la puerta de madera, la idea de que pudieron ser ellos solamente los hizo suspirar con alivio.

Sin aliento los tres se miraron.

-Pan comido -Dijo Jingyi al borde de la risa, no sabían si era real o por los nervios, pero los tres soltaron una buena carcajada.
-¿Cómo la viste? -Preguntó SiZhui a Jingyi

El muchacho señaló la mariposa plata que volaba entre los tres

-Es del tipo del inicio -Recordó Jin Ling

Entonces escucharon un pequeño siseo, una especie de farol con una llama tan pequeña que parecía una broma en lugar de una luz fiable.

-Nadie pensó que lograrían llegar hasta el olvidadero. Felicidades -Dijo Zhuzhi- Lang que llevaba ese artefacto, aunque sus ojos brillaban más que la misma luz -Aunque el tiempo se acabó, tienen que salir o me meterán en problemas, por ahí -Señaló el pasillo
-¿Por qué deberíamos hacerte caso? -Preguntó Jingyi -Todo y todos aquí son tramposos y nos quieren matar

El muchacho ladeó la cabeza
-Les indiqué como abrir la puerta ¿No era lo que querían? Jamás se detuvieron a preguntar si era peligroso y mucho menos se cuestionaron el porque de nada, su situación es culpa de ustedes, yo no mentí, ahora no miento y aún si lo hiciera ¿Tienen alguna opción? ¿Qué obtendría por ayudarlos? Nadie aquí lo hará, somos cobardes y le tenemos miedo a Jun Wu, solo un idiota cómo él le respondería "pan comido" sobre su laberinto

Apuntó con el dedo a Jin Ling que tragó saliva inexistente, sí, gracias por recordarle a todos que fue su culpa que los persiguiera la esfera

-Puede que ustedes le tengan miedo, nosotros no lo conocemos ¿Por qué le deberíamos tener miedo a alguien que no conocemos? -Indicó SiZhui
-Y eso no quita que abusa de su poder, en lo que llevamos aquí solo podemos decir que es un dictador ¿No Shushu?-Jingyi señaló a Zhuzhi-Lang
-Es Sushi Lai... -Corrigió Sizhui, Jin Ling hizo un ademán con la mano y notó como los ojos del otro ser le siguieron con cierto interés, volvió a mover la mano y el chico no le quitó la mirada, estaba fascinado con el brazalete de oro que le había regalado su tío Yao y por el que sus otros dos tíos hicieron un drama cuando se lo vieron.