La manzana de la discordia

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-Entonces... Te llevó a un sueño para ¿Besarte? -Preguntó Jingyi después de pasar su pan tostado.
-No, quería que me quedara dormido o soñando con él -Jadeó de malas Rulan masticando después su cereal
-Y... SiZhui fue a sacarte, como un príncipe pero estaba en pijama -Señaló el otro Lan moviendo las cejas hacia arriba y abajo, el Jin apretó los labios enfadado.
-Dije que pensé que no era un príncipe por la pijama -Refutó el Omega
-Tienes suerte, a veces duerme desnudo -Bromeó el otro Lan provocando que Jin Ling se atragantara y la leche saliera grotescamente de su nariz justo cuando el aludido bajaba, parecía de buen humor

-Buenos ¿Días? -Cuestionó mientras el castaño se daba la vuelta tosiendo y maldiciendo a Jingyi que no dejaba de reír.
-¡Buenos días rabanito, toma un panqué! -Señaló Wei Ying con la peor combinación posible de ropa de cama en la tierra, no eran los bóxer viejos o la playera sin mangas, eran las sandalias y los calcetines.
-Gracias -Murmuró tomando el pan que tenía forma de todo menos de panqué y después que lo mordiera también se diera cuenta de que el sabor era todo menos pan.
-¡Son de avena! -Gritó Wei Ying desde la cocina, como si eso justificara el sabor que tenían, Sizhui tragó lo que tenía en la boca y miró el resto con cara arrepentida, Jin Ling perdió todo el aire en sus pulmones cuando se sentó frente a él.

No podía olvidarlo... "¿Te quedas conmigo?" rápidamente se sonrojó, revolvió el cereal con la cuchara, nunca imaginó ponerse nervioso por alguien que casi tenía su edad, sólo le llevaba un par de años pero le parecía más grande, más maduro que el resto. Le temblaron las manos cuando percibió el aroma, levantó la cara cuando Jingyi tosió entre risitas.

Wei Wuxian le estaba mirando al igual que Jiang Cheng que aún sostenía la taza en su mano y no la dejaba en la mesa, ni se sentaba. ¡Sus feromonas! ¡Habían cambiado a la dulzura propia del coqueteo! ¡Se quiso morir! Respiró profundo, muy profundo "vamos, piensa en algo que te desagrade" animó mentalmente, Jin Chan, Jun Wu, Jin Chan, Jun Wu... Finalmente sus feromonas se agriaron y amargaron suficiente cómo para que Jiang Cheng se sentara, mas no dejaba de observarlo.

-Sal por esta vez -Exhaló Wanyin y Jin Ling le miró, el sonido de la motocicleta entonces llegó a su oído, no lo había notado, se levantó extrañado, estaba tan perdido en sus pensamientos que no escuchó el motor.
- Xue Yang... -Musitó Wei Ying
-Sí, por eso las feromonas -Declaró Jiang Cheng

Jingyi apretó los labios para no sonreír, no era por ese de la moto, miró de reojo a Sizhui que un poco serio mordió su pan, levantó la cara y observó por la ventana de la sala al castaño acercándose a la motocicleta. El pan no era tan amargo como su pequeño desfile de feromonas que controló rápidamente. Le gustaba ese Omega y no era un secreto exactamente, en especial para Jiang Cheng que bajó un poco el periódico y le miró seriamente.

-Ah, parece que hice bien en no entrar por la ventana-Saludó el mayor -Bonita pijama -Señaló, fue entonces que el castaño se percató de que aún traía esa terrible cosa de perritos ¡Qué vergüenza! ¡¿Por qué nadie le dijo nada!? Había estado así frente a Sizhui en el sueño pero otra cosa era la vida real, se cubrió sonrojado.

-Si te sirve de consuelo A-Yu usa una de florecitas -Apuntó Xue y el Omega observó la fotografía de su tío durmiendo con pijama de girasoles, era negra al menos, no verde pastel como la suya.
-¿Y le tomaste una foto en esa pijama porque..? -Interrogó el castaño
-¡Qué pregunta! Es lindo -Declaró el otro riéndose para después picarle la mejilla -En algún punto encontrarás a alguien que crea que eres lindo con todo y pijama de perritos

Jin Ling se puso rojo y negó cruzándose de brazos ¿Quién sería el loco?

-Oh, la envía A-Yu, se enteró de la fiesta... -Entregó más serio Yang  un paquete, Jin Ling miró que, cuidadosamente doblado había un traje con algunos cristales en color ámbar, la tela en tonos hueso con decorados dorados, el omega lo sacó de la bolsa donde lo habían empacado, el pantalón, la camisa, el chaleco, todo era sumamente hermoso, además, no poseía etiqueta, esto era uno de los trajes confeccionados a mano que su tío hacía en su tienda de ropa.

Un deseo puro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora