Pov Jacob
A la mañana siguiente, me desperté con renovada energía y una sensación de intriga en mi interior. Decidí aprovechar la hermosa mañana y dirigirme al bosque para hacer ejercicio y despejar mi mente.Me puse rápidamente mi ropa deportiva y salí de casa con determinación. El aire fresco acariciaba mi rostro mientras corría por el sendero familiar que se adentraba en la espesura del bosque.
Cada paso que daba resonaba en el silencio matutino. La luz del sol filtrándose a través de las copas de los árboles creaba un juego de sombras y destellos en el camino. Me sentía vivo y en sintonía con la naturaleza que me rodeaba.
Mientras avanzaba por el bosque, mi mente se liberaba de preocupaciones y pensamientos. Me sumergí en el ritmo de mi respiración y el latido de mi corazón, encontrando un estado de tranquilidad y concentración.
Sin embargo, en un instante de distracción, choqué accidentalmente con alguien que venía en sentido contrario. Me tambaleé ligeramente y me detuve en seco, sorprendido por el encuentro inesperado.
Cuando levanté la vista, mi sorpresa se convirtió en una sonrisa al reconocer a Rossaly frente a mí. Sus ojos brillaban con diversión y una mezcla de sorpresa y alegría llenaba su rostro.
- ¡Vaya, vaya! Parece que nuestros caminos se han cruzado nuevamente -dije, tratando de recuperar mi compostura mientras nos apartábamos el uno del otro.
- Parece que sí -respondió Rossaly, riendo suavemente-. ¿Corriendo por el bosque también?
Asentí, disfrutando de la coincidencia y de tener la oportunidad de encontrarnos de esta manera casual. Nos detuvimos a hablar durante unos minutos, compartiendo nuestras experiencias matutinas y riendo por el inesperado encuentro. Sin embargo, en lugar de separarnos de inmediato, algo en mí me impulsó a hacerle una invitación a Rossaly.
Con una sonrisa, le dije: "Oye, ¿qué te parece si te invito a desayunar para compensar por el choque? Hay un lugar acogedor cerca de aquí y creo que sería genial poder seguir charlando".
Rossaly pareció sorprendida por la invitación, pero su rostro se iluminó con una sonrisa. "¡Claro, eso suena genial! Me encantaría continuar nuestra conversación y compartir un buen desayuno juntos".
Llegamos al acogedor lugar y nos dirigimos a una mesa libre. Mientras nos acomodábamos, un camarero se acercó con una sonrisa encantadora en su rostro. Sin embargo, pronto quedó claro que su atención estaba principalmente dirigida hacia Rossaly.
El camarero se inclinó ligeramente hacia Rossaly, tratando de ser seductor, y preguntó con tono coqueto: "Hola hermosa, ¿qué puedo ofrecerte esta mañana? Estoy aquí para hacer realidad tus deseos".
Noté cómo Rossaly parecía incómoda, y no pude evitar sentir cierta incomodidad también. Decidí intervenir de manera educada pero firme.
Con una sonrisa cortés, le dije al camarero: "Buenos días. Nos gustaría ver el menú y pediremos un café, por favor".
A pesar de mi respuesta clara, el camarero no parecía captar la indirecta. Continuó con su actitud coqueta, intentando llamar la atención de Rossaly y ignorando nuestra dinámica como pareja.
Rossaly me miró con una expresión de frustración, reconociendo el acoso encubierto del camarero. Decidió tomar las riendas y respondió: "Gracias, pero estamos aquí juntos. Preferiríamos disfrutar de nuestro desayuno en privado".
El camarero finalmente captó la indirecta y su sonrisa coqueta se desvaneció un poco. "Mis disculpas si me he excedido. Solo quería ser amigable. Les dejaré el menú y volveré en un momento para tomar su pedido".