⌗ desilusión chapter seven ╰► Ya se que no eres para mí, estaba ciega y no te vi
Me encontraba entre dormida, cuando a lo lejos escuché a mi hermano hablar.
- Si, ¡Gracias! hasta luego.
Cuando termino de hablar entro a la habitación y yo lo mire entre confundida y dormida sin entender que pasaba.
- ¿Que paso anco? - pregunte algo adormilada.
- Muy sorpresivamente, le llego un regalo a Di.
Frunci el seño, ¿Un regalo a Di?. Me pregunte internamente y ahí lo recordé.
- ¡La camiseta de Paulo! - chille.
Mi hermano me miró asintiendo dándome la razón, ayer le había hablado sobre el regalo de Paulo hacia Di y las razones de este mismo.
Este dejo la caja sobre mi cama y yo me sente a mirar como la abría. De adentro saco una camiseta celeste y blanca con el apellido "Dybala" en el dorsal y el número 21.
Sonreí y tome mi teléfono, seguramente en un rato le escribiría a Paulo para agradecerle.
En eso tanto mi hermano, como yo, vimos como Diane se despertaba de a poco y nos sonrio mientras se tallaba los ojos con algo de pereza.
- ¿Que es eso? - pregunto mi hija mirando la camiseta - Dy.. ba...¿la? - leyó con algo de dificultad y al darse cuenta grito - ¡Dybala! ¡El tío Pau!
Esta rápidamente se levantó de su cama y corrió hacia la mía para luego subirse en esta y tomar la camiseta.
- ¿Es para mi? - pregunto con ilusión, y me causó mucha ternura.
- Si hija, para que te la pongas en el partido de hoy.
Ella sonrio con emoción pero luego su semblante cambió a uno más triste y como pensativo, se quedó unos segundos así y hablo.
- ¿Pero papá no se va a enojar por no ponerme su camiseta? - pregunto con algo de tristeza.
Suspire y me acordé de eso.
A pesar de que actualmente yo no quisiera ver a Rodrigo ni en figurita, el seguía siendo el papá de mi hija y seguía influyendo en sus decisiones, claramente que yo lo aceptaba y respetaba muchísimo. Que nos estemos por separar no significaba que Rodrigo tenga prohibido verla.
- No creo hija, papá sabe que el tío Pau es importante para vos.
Esta asintió volviendo a retomar esa felicidad que tenía unos minutos atrás y mi hermano la tomó en brazos, me hizo una cara y me dio a entender que la iba a preparar.
Yo asentí y me levante para hacer lo mismo.
Tome mi ropa y me vestí bastante sencilla, un pantalón de jean clarito, la camiseta de argentina con el número de Rodrigo, que aunque la idea de usarla no me agradaba tanto, por ahora se tendría que quedar así. Unas botas blancas y arriba un saco también blanco.
Luego entre al baño a peinarme y pude ver a mi hija ya lista, ella tenía puesto un short blanco, la camiseta de Paulo y unas zapatillas air force blancas.
Al terminar de peinarme y una vez que mi hermano estaba ya cambiado, nos dirigimos hacia el comedor del hotel donde nos sentamos a desayunar.
Una chica nos atendió y nos tomó la orden, luego de unos minutos de charlar sobre cualquier cosa, sentí mi celular sonar. Pensé que quizá sería Paulo queriendo corroborar la llegada de la camiseta o Rodrigo queriendo saber si iríamos al partido de hoy, aunque era más que obvio.
Pero no, me sorprendi al ver el mensaje de un número desconocido. Frunci el seño y lo abri para ver de que se trataba, al entrar al chat pude ver un video y un mensaje que decía "no todo es color de rosas", por si acaso le baje el volumen al teléfono y al instante de que abrí el video supe que había echo bien.
En el video se veía a Rodrigo y Oriana, en lo que yo creía, la habitación del hotel acá en qatar teniendo relaciones sexuales.
Abrí la boca por lo que veía, al instante también sentí un dolor en el pecho y mis ojos ponerse llorosos, aunque ya sabía sobre esto, cada vez que estas cosas pasaban me dolia aun más.
¿Como pude estar tan ciega?, ¿Como pude dejar todo por el? y más preguntas como esas venían a mi cabeza en este instante.
En eso mi hermano que se ve que había notado mi actitud, me hablo.
- ¡Ey Ava! ¿Que pasa?
Sin decir mucho le di él teléfono con cuidado de que Diane la cual estaba sentada a mi lado no viera nada, solo bastaron de segundos para ver como el semblante de este cambiaba, sabia que para mal, pero no sabía que tan mal.
- A este hijo de mil lo van a tener que encerrar en algún lado si quieren que llegue al partido, porque donde me lo cruze lo hago bosta. - hablo con bronca y entre gruñidos.
Mi hermano era una persona muy tranquila, con esa pizca de arrogancia todo el tiempo, gracioso y agradable, pero si se metían con su familia su comportamiento cambiada abruptamente. Y yo lo había podido certificar varias veces.
Mi hija para todo esto, no había notado casi nada, había decidido ir a los juegos que estaban cerca de nosotros y por un momento lo agradecí.
- Yo tengo que aprender a que ya no me afecte.. - hable haciendo una pausa y suspire.
- Ava, son casi 7 años juntos ¿Como queres que no te afecte?.
- 7 años tirados a la bosta, se ve que a el no le afecto mucho.
- ¡Vamos loca! - dijo mi hermano en un tono un poco más alto - Por fin te das cuenta y dejas de ser la ilusa del año.
Yo lo mire con cierto enojo, pero después de todo esa era la manera de hacerme caer en la realidad y de ver las cosas que antes no podía.
- Haceme un favor - le pedí luego de pensar en silencio por unos minutos.
Este bufo pero movió su cabeza para que volviera a hablar.
- Escribile a mi abogado, decile que inicie con los papeles de divorcio hoy mismo.
Este sonrio con aplitud y luego de un mini festejo tomó su celular rápidamente.
- Como usted ordene, estoy en eso jefa.
Yo reí pero a la vez suspire ante sus palabras, sentía que quizá esta situación legal sería bastante acomplejada.
Rodrigo, el imperio que construimos juntos se acaba de caer en pedazos. Y fue por tu culpa.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.