Amor y Dolor

7

SAMUEL

Estaba cayendo en pura tentación y no soportaba eso, igual yo tengo la culpa porque fui yo el que en primer lugar buscaba tener algo con ella. No tenía mucha opción, me estaba perdiendo, de hecho estaba perdido por completo.

Carla no es material de mujer que va tener una aventura de una noche conmigo, que va... si me acuesto con ella una sola vez voy a querer seguir de su lado toda la vida.

Pero yo no puedo hacer eso, a mi lado solo sufrirá.

Ese día fui al restaurante en el casino, quería verla, dicen que ver no es lo mismo que tocar.

Llevaba una sorpresa muy grande, creí que me estaba volviendo loco... la vi bailando, pero... esto parece más a un striptease o baile erótico, llevaba falda demasiado corta, un sostén.

-Es una joya – decía uno de trabajadores

Aprieto mis ambas manos, fijaba mirada hacia ella y ella me mira también, pero con una sonrisa.

Sigue provocándome con su baile erótico, no puedo perder el control, pero no me gusta cuando aquí se toman decisión sin que me pregunten, además ni loco la dejaría hacer bailes eróticos.

-Uf, me interesa saber si hace bailes privados – susurra el mismo idiota

-Que te vayas a trabajar, imbécil... yo te di el trabajo, así también te puedo echar de aquí ahora mismo – grite muy furioso

El se asusta, sale del casino rápidamente para ocuparse de su trabajo.

Camino hacia ella aun muy molesto, ella se acerca a mí con misma sonrisa que provoca, pone ambas manos sobre mi cuello que se tensa con su toque.

-¿Qué crees que estás haciendo? ¿Cómo te atreves llamar tanta atención?

-Tengo que hacer porque tú no me haces el caso – susurra

-Pensé que me estabas evitando y ahora vienes y haces esta locura, dios...

Ella roza su nariz con el mío, no puedo seguir cerca de ella, no voy a poder controlarme.

-Lo hago porque me siento atraída hacia ti – susurra de nuevo

No quería seguir escuchándola, no podía más.

-Me pones mucho, Samuel... no puedo controlarme cuando estas cerca de mí, quiero... quiero quitarte toda la ropa y follar contigo – decía seductoramente

Tomaba sus manos bajándolos, tenía que parar con esto.

-Basta ya, que no voy a follar contigo, si lo hacemos una sola vez tendrás mi corazón toda tu vida y eso no es una opción, preciosa.

Ella se enoja, alejándose y caminando hacia vestuario.

Quería hacer las cosas bien, la seguía y cuando entraba la vi preparándose para entrar a la ducha, estaba casi desnuda.

-Samuel... - ella susurra al sentir como pongo las manos sobre su cintura

-Carla...

Ella quita su sostén, no me atrevía bajar mis manos porque no confió en mí mismo.

Empiezo besar su cuello al sentir como gemía profundamente.

No.

No podía.

De repente me detengo, ella daba vuelto y yo ignoraba el hecho que podía ver sus pechos desnudos.

-¿Qué pasa? – decía preocupada

-Perdóname...

-Sal de aquí.

No podía discutir, tenía todo el derecho de echarme porque no pude controlarme de nuevo y claro esto no nos lleva a ninguna parte.