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SAMUEL

Estuve esperando a Carla, aunque le había mandado un correo y otro mensaje ella llegaba tarde.

¿Sera que no aceptara mi oferta de trabajo?

No es posible.

Ninguna mujer se resiste a mis encantos, no puede ser.

-Está llegando tarde – me quejaba mientras caminaba de un lado a otro

¿Cómo es posible que me esté haciendo esto?

¿A mí?

Baje para tomar algo en el bar y para mi gran sorpresa allí estaba, conversando con uno de mis guardaespaldas.

-Llegas tarde – dije molesto

Ella solo sonríe, lo hace a propósito para enojarme.

¿Enserio quiere verme enojado?

Mi guardaespaldas de inmediato se asusta y se va alejando.

-Llegas tarde... unos 45 minutos.

-Bueno, yo me creo demasiado importante como para llegar tarde.

-Vaya, fíjate que yo estoy pensando que simplemente debería retirar mi oferta de trabajo, ¿Qué te parece eso? – dije cruzando los brazos

-Vaya, pero tampoco pensaba aceptar tu oferta, querido.

¿Por qué hace esto?

-¿Segura que no vas a pensar un poquito más sobre mi oferta?

-Samuel, relájate un poco, estas demasiado tenso – susurra al poner la mano sobre mi corbata

Sonríe seductoramente al fijar mirada hacia mis labios.

-Que vas muy serio como si esto estuvieran los juegos previos – susurra al rozar mis labios con los suyos

¿Qué hace?

-¿Por qué no te caigo bien? – cuestione curioso

-Digamos que tienes muchos defectos – decía

-Quiero que bailas para mí.

No sé lo que me pasaba, pero desde el momento que descubrí que tiene talento de bailarina no dejaba de imaginar lo que provocaría en mí al verla tan solo bailar.

-Creo que ya termino nuestra cita del trabajo.

-Vale, perdona, vamos a hablar del trabajo – dije

Pero no pude, no pude hacerlo, joder.

-Un solo baile, Carla.

-¿Para qué?

-Me gustaría ver tu talento, eso es todo.

Por alguna razón ella asienta con cabeza, camina hacia escenario subiendo y empieza con su baile que igual no era nada provocativo pero se estaba volviendo muy erótico y sexi con sus movimientos que me hacían tan solo imaginar lo que se encontraba debajo de esa falda corta.

Creo que realmente quería que termine con este baile porque no podía contenerme, no más.

En cuanto lo hico camina hacia mí, yo no dejaba de sonreírme.

-Eres... muy talentosa.

-Lo sé.

-Esto fue más interesante que cualquier cita que he tenido con otras mujeres, mucho mejor – susurro cautivado

Me inclino hacia su oído y bese su cuello.

-¿Qué haces? – dice ella al tomarme por la corbata

Joder.

Esta mujer me está volviendo completamente loco, este juego de querer estar cerca de mí y de odiarme a la misma vez es provocativo.

-¿Vamos a mi oficina para firmar contrato?

-Primero necesito poner mis condiciones, señor García.

Aceptare todas las condiciones que me pone porque una mujer como ella no acepta no.

-Necesito mucho más dinero, o sea este bien, seré subgerente del casino, pero también me gustaría bailar. Y quiero bailar como una bailarina normal, no quiero hacer ningún striptease aquí, ni mucho menos exponerme de ninguna manera – decía

Dios, esta tan cerca de mí que no puedo, joder, esto es demasiado.

-¿Qué me dices sobre mi oferta? – susurra ella con voz sensual al tocar mi labio con dedo pulgar

Dios.

-Digo que acepto tu oferta.

Amor y DolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora