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CARLA

Me había mudado a Madrid desde hace unos días porque quería empezar una nueva vida, había pasado por mucha desilusión y no podía más. Pero hago lo que hago siempre pienso en el, mi primer amor, por alguna razón de seguro voy a seguir queriéndole toda mi vida.

Por eso cuando aquel hombre, a Samuel... creo que sentí una gran atracción lo que me hacía sentir como si estuviera engañando a Polo.

Este hombre no tiene escrúpulos, dice lo que piensa y no le importan las consecuencias.

Se acercaba más a mí como si quería obtener todo el control sobre mí, pero no entiende que no será tan fácil.

-¿Por qué? ¿No te gusta follar? ¿No lo haces? – cuestiona de manera curiosa

-No soy virgen, si es eso lo que te preocupa.

-De eso no hay ninguna duda – susurra

Creo que llego la hora de irme, hombres como Samuel buscan una sola cosa y yo no seré fácil de seducir.

-Esta es mi tarjeta – dice al entregármela

-¿Para qué?

-Supongo que estas en busca del trabajo, soy dueño de un casino y necesitare asistente personal – menciona

Ni siquiera me conoce, no entiendo cómo puede pedirme trabajar para el así.

Deje pasar varios días y ya me olvidaba de él, Madrid es ciudad muy grande y es normal no sentirme atraída hacia solo una persona.

Además, ese hombre de seguro pasa todas las noches en compañía de mujeres diferentes, no le culpo.

Yo por otro lado solo quiero olvidarme de Polo, me hico mucho daño y no puedo creer que aun sigo pensándole.

Creo que uno nunca olvida el primer amor, supongo.

Hice muchos amigos aquí en este corto tiempo, por la noche salí con Lucrecia y unos amigos que ella había invitado.

Creo que me vendría bien divertirme un poco, lo necesito antes de empezar buscar trabajo.

-Si necesitas trabajo yo podría hablar con mi hermano, es muy rico y además tú te graduaste de escuela de negocio, ¿no?

Sin embargo, no la escuchaba, igual debí haber aceptado oferta de Samuel, no puedo negarlo, ese hombre me atraía mucho y yo ahora solo necesito diversión.

-Allí esta, mi hermano – decía Lu

Lo único que podía sacarme de estos pensamientos es precisamente el – Samuel.

¿Pero que hace aquí?

Ay, no... soy tonta.

Samuel es el hermano de Lucrecia, el comentaba que su hermana Lu vivía en mismo edificio.

-Ven aquí... ella es mi nueva amiga Carla, el es mi único hermano – decía ella

Yo quería decir que sí, que ya le conozco, pero de repente Samuel sonríe como si fuera la primera vez que nos hemos visto.

-Mucho gusto – dice el

-También.

-Samuel, precisamente de ti estábamos hablando.

-Que curiosidad.

-Carla necesita trabajo urgentemente y...

-Tranquila, que ya lo encontrare, no pasa nada.

-Yo con mucho gusto te ofrezco trabajo, es lo menos que pueda hacer por ti – susurra son una sonrisa muy interesante

-Voy por otra botella del vino, ya vuelvo – dije

Quería pensar un poco sobre todo lo que paso desde que llegue a Madrid, muchas y demasiadas coincidencias.

-Si estas interesada podrías venir a mi oficina para hacer una entrevista o lo hacemos en mi piso esta noche – susurra en mi oído

Ay, dios.

-No te estoy forzando aceptar oferta del trabajo, sino estoy haciendo cosas más fáciles para que luego no tendrás que ir buscando trabajo en otro lado – decía

Con cada susurro suyo me estaba sintiendo más y mas excitada, tenía esa voz sexi y controladora.

-No es necesario... - dije al dar vuelta - ... igual podría volver a dar clases de baile como lo hacía en Barcelona.

-¿Baile? ¿Qué tipo de baile? – susurra

Muchas cosas estaban pasando por mente de Samuel, pero no quería caer ante sus encantos.

-Me gustaría verte bailar algún día – añadió

Se inclina hacia mí, atracción entre los dos era evidente, me hacía sentir tantas cosas.

-Sobre todo si es un baile erótico – susurra al mismo momento que su labio toca mi cuello

El se aparta de mí mirando profundamente en los ojos, no me gustaba este juego, pero al mismo tiempo estaba deseando que continua así.

-¿Qué estamos haciendo? – cuestione

-Mira, ya te di mi tarjeta, mañana ven y así finalizamos la entrevista, ¿te parece? Además ya sabes cómo funciona un casino, igual también nos vendría bien que te contrato como una bailarina.

Loco.

-No soy ese tipo de bailarina, además uno es talento, la otra cosa muy distinta la carrera.

-Es un casino, no club de striptease.

-De todos modos no sé si quiero aceptar tu oferta, lo siento mucho.

-Espera, a ver... mi hermana me dijo que tienes una carrera de negocio, entonces también podrías trabajar conmigo, puedes ser subgerente de casino junto a mí.

Era buena oferta, buen dinero.

-Nos vemos mañana y así hablemos, ¿sí?

Trabajar con un hombre como el seria como vender alma al diablo.

Amor y DolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora