CAPITULO 3: COINCIDENCIAS

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Los poemas surgían en mi cabeza de forma automática, aún sin siquiera desear pensarlo, ocupaban una parte importante en mi mente. Una canción aparecía en mi mente "Spirited Away - The name of life" del anime Inochi no Namae, (video en la parte superior)

Lentamente y con mucho cuidado la amistad empezaba a verse reflejada en pequeñas y cortas sonrisas en medio de mi dolor aparente de ese entonces. No había un motivo sino ahora algunos para salir de casa.

Yo trabajaba dando clases de inglés en una academia donde asistían algunas personas jóvenes. Fue un día sábado, donde regresaba a casa caminando; la ciudad es muy pequeña, podía llegar donde sea si caminaba rápido y tenía tiempo, pero realmente me gusta caminar donde quiera que vaya. A mitad del camino levanté la mirada, pues se avecinaba un bus mientras yo caminaba cerca de la calle e iba a tomar más el puesto de la vereda, pasar cerca de la calle puede ser muy peligroso. Como decía, levanté la mirada, y en el bus apareció como por arte de magia y en cámara lenta mirándome por la ventana...

¡Era Génesis!. 

En segundos hicimos un rostro de: "¿Eres el/la del Facebook?"

El bus siguió su camino y no la ví más. Casi no podía creerlo, pero ¿era ella?, no podía creer que nos reconocimos en un instante, debió ser por que ya me la había pasado mucho tiempo viendola en las fotos.

Al llegar a casa sin duda, tomé el teléfono y le escribí un mensaje diciéndole: ¡Te ví!

No tardó mucho en responderme diciendo: "Yo también te ví"

En ese día me dijo que se dirigía a la universidad, estaba en el pre universitario y los fines de semana tenía clases, así que el bus donde la ví se dirigía a ese lugar. Quisiera negarlo pero sentí el impulso de ir a aquella universidad, pero me sentía cansado y hambriento. Esa primera vista fue algo que nunca me había pasado en mi vida y sobre todo la emoción que sentí. Desde aquel momento por alguna razón entramos más en confianza, conversamos de todo y nada. Me contó sobre su familia, con quienes vivía y sus gustos musicales, culinarios y otras frivolidades que suelen ser comunes cuando empiezas a conocer a alguien.

Empiezas a conocer las cosas en comunes, como en nuestro caso fueron "cosas tiernas", a pesar de la presión social, no finjo ser un hombre duro y mucho menos agrio o serio, al contrario, me atraen las cosas dulces y era lo que estaba viendo que tenía Génesis.

No era otra cosa que tenía para pensar, eran aguas frescas que empezaba a experimentar. Era raro, porque no estaba o no me sentía listo para conocer a alguien más; yo ya había rechazado varias invitaciones para conocer nuevas personas, lugares, pero esta vez era distinto, solo quería un abrazo nada más.

En casa de mi madre parecían las cosas más llevaderas, supongo que me vieron de un mejor ánimo, yo había bajado de peso mucho pues había dejado de comer repentinamente pero ahora me sentaba con ellos a la hora del almuerzo. Los mensajes eran más comunes y frecuentes a cualquier hora del día con ella.

El diario que escribía para mi hijo (noté) empezó a tornarse menos depresivo, podía conciliar mi sueño y parecía que la vida era un poco más llevadera. Sus mensajes de ánimo eran abrazos que fortalecieron mis días. Recurrentemente preguntaba cosas a Génesis para saber si se encontraba bien, le contaba sobre mis dolencias, mi separación y mi ideología,; empecé a abrirme más sobre mis pensamientos, la cual no acostumbraba a hacerlo, y eso solo fue el inicio de la confianza que llegaría a tener con ella.

Los días pasaron y ahora me llenaba de nervios el poder conocerla. Ella me decía que ya me había visto antes, y por eso me había aceptado la solicitud de amistad, pues habíamos coincidido en una actividad o reunión en una iglesia donde yo y ella asistíamos antes, pero la verdad no recuerdo haberle saludado pero ella jura que le saludé a ella y a algunas de sus amigas.

En todo caso, siempre bendeciré ese momento donde ella me conoció y la había saludado con anticipación. Las coincidencias empezaron a hacerse más notorias cada vez.

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En nuestras conversaciones salían temas donde ella estaba estudiando en el mismo colegio donde yo daba clases como maestro de inglés suplente hace un par de años atrás desde que nos conocimos por Facebook. Es decir, ella estaba en un curso de 5to, yo daba clases simultaneamente en algunos cursos de 5to 's pero no a ella (no a sus cursos).

Compartía conmigo fotos donde me enseñaba a sus compañeros y compañeras que yo conocía y de hecho yo tenía fotos con ell@s pero no coincidimos, ni ella me había visto en el colegio ni yo a ella. Debo aclarar que yo tenía 28 años y ella tenía 17, pues al momento de lo que estoy contando sucedió en el mes de mayo y su cumpleaños era el 2 de junio, donde cumpliría 18 años.

Las cosas se ponían más tensas e intrigantes, conocía casi al 70% de sus ex compañeros del colegio pero no a ella. Me comentó que tenía un ex y es probable que haya estado pasando tiempo con él en esa época la cual tiene sentido.

Tenía que conocerla. En todos los nervios que un hombre de 28 años tenía, propuse un día donde pueda ella y yo conocernos formalmente. Debido a que Génesis me contaba que su madre era muy estricta y no le permitía citas o salir de casa que no fuera bajo su permiso; debido a ello sería un día donde iría a la universidad. Aquella universidad es muy conocida y ya había recurrido antes a ese lugar por otros compromisos deportivos o sociales, pero ahora sería para conocernos.

Concordamos que sería el fin de semana. Honestamente estaba muy nervioso, era algo que mi familia no tenía conocimiento aún, en cuanto a las cosas sentimentales soy reservado pero en todo caso muy notable, pues era evidente en el rostro que llevaba cuando estaba feliz o triste, pues suelo ser muy expresivo. El día se acercaba y me encontraba con una mezcla de emociones, ¿Que sucedería? Pareciera una ilusión mía, tenía en mente que las cosas no podían ir peor, con todo lo que me ha estado sucediendo en mi vida, debía haber una curva de positivismo.

El día llegó y con ella una nueva historia.

El día después de ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora