CAPITULO 7: HELADOS, CAMINATA Y DESERTORES

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La presentación de mi persona hacia la madre de Génesis aquella noche a la salida de la reunión eclesiástica dejó un sentimiento de "¿No tienen la impresión que algo malo va a pasar?", tenía nervios en la noche, pues esperaba que ella (Génesis) llegue a su casa y me diera noticias suyas, pues según lo que me ha contado sobre su madre, era una persona muy difícil de comprender estos tipos de temas románticos. Pues asumo que ningún chico, en este caso "yo", se acerca sin más a presentarse como el "amigo" de su hija. Ahora que lo pienso debí verme muy nervioso y obvio frente a la madre de Génesis.

Los mensajes de ella llegaron, me dijo que todo estaba en orden, sin embargo lo malo vendría de apoco después de ello. Imagino que la señora sintió un interés muy particular ahora que sabía mi nombre y la había afrontado directamente. Los días pasaban, los mensajes romanticos iban y venían, estaba conociéndola más en los pequeños encuentros que teníamos, déjenme contarles:

Esperar los fines de semana se me hacía muy lejos a medida que iba pasando el tiempo, empezaba a quererla, empezaba a extrañarla y sentía deseos de verla. Quedamos en uno de nuestros locos intentos en vernos al menos 5 minutos,consistía en ir a la esquina de su casa y ella iría a la misma esquina (que era una tienda), y así lo hicimos.

Tomé el bus para ir allá, la misma linea que me dejaba cerca de su casa, el bus #06, llegué con anticipación y me detuve comprando algo en aquella tienda haciéndome el loco, pues estar parado allí sin hacer nada más daría un aspecto extraño y dudoso, así que me quedé en la tienda texteando a Génesis que no demore. Minutos después llegó. Nos abrazamos como si no hubiera un mañana y al menos yo tenía miedo que la señora de la tienda nos viera dándonos besos y nos delate, pero a Génesis pareció importarle poco y nos besamos.

Compramos un helado 🍧 barato de 0.25 ctvs para cada uno, solo fue una excusa para quedarnos en la tienda solo un poco más. Aún siento los apretones que me daba con sus abrazos, ella tenía la tendencia de abrazar muy fuerte siempre y eso me encantaba, sentirme cerca de Génesis. El tiempo pasó y ella tenía que regresar a casa, nos despedimos mientras ella me veía subir al bus #06 para regresar a mi casa.

Aquel bus no me dejaba cerca de mi casa pero tenía que tomar otro bus que me dejaría a una cuadra de mi lugar de llegada. Los mensajes no tardaron, y eran de gratitud por poder vernos tan solo unos minutos que nos hacían felices a ambos.

No era cuestión sino de minutos de silencio en los mensajes cuando después Génesis me contó que su madre había hablado con ella (ya estaba tardando mucho), el conocimiento de mí estaba ya en los oídos de su familia y sus 2 hermanas mayores. El discurso esperado de que "no quiero a aquel chico en tu vida" empezaron, eso acompañado a las malas formas que su madre se expresaba dieron paso a confundir la mente y el corazón de ella. Eran las primeras llamadas y mensajes con lágrimas de Génesis, eso me partía el corazón. Yo no quería problemas, a pesar de que ella me había anticipado previamente de lo difícil que son estos temas en su familia parecía que nos desanimaba.

Le expresaba mis sentimientos de amor, de mis deseos de estar con ella, más puede pensarlo si seguir conmigo o no. Felizmente ella siguió conmigo, y me dijo una de las frases que se ha quedado implantado hasta el día de hoy: "En las buenas, en las malas y en las peores"

Ya hablaré más respecto a ello, sin embargo aprendí de lo positivo que vino en este comienzo de la adversidad. Aprendí sobre el acompañamiento mientras alguien lo necesitaba, secar las lágrimas de quienes lloran y estar ahí para quienes lo necesitan. Los lazos que habían se ajustaban más mediante los desafíos, era un tipo paradoja, nos unimos más mientras los desertores hacían resistencia en contra de lo nuestro.

Los días pasaban y la tensión empezaba a sentirse un poco más. A pesar de todo ello nos seguíamos viendo, las formas eran tan bien formuladas y creadas, Génesis ponía empeño en vernos de alguna u otra forma que me gustó una frase que ella dijo que también lo tengo bien grabado y es "los planetas tienen que alinearse"; eso me trae lindos recuerdos. Ella tiene una buena amiga que fueron compañeras en el colegio y seguían comunicándose entre ellas, la coartada era que su amiga pediría de favor a la mamá de Génesis que saldrían juntas a caminar y hacer ejercicios al rededor de un estadio 🏟️, luego de esperar, Génesis me dió la luz verde 🚦de confirmación, su mamá había accedido, nos encontraríamos en las afueras del estadio de la ciudad, pero yo no iba a ir solo, fuí con un amigo para que pudiéramos estar los dos en pareja.

Recuerdo haber ido a la casa de mi amigo que quedaba relativamente cerca del mío, con ropa y zapatos deportivos fuimos furtivamente caminando mientras que mi corazón salía de la emoción. En camino hacia nuestro destino conversábamos sobre el amor, era filosofía pura, debatíamos sobre quién estaba más enamorado alguna vez en la vida o qué cosas habíamos llegado a hacer por amor.

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Tenía un ojo a la conversación y otro en el camino que íbamos, pues llegábamos de a poco al destino y para ser honesto estaba muy nervioso. Siempre estuve nervioso a su reencuentro, como lo había dicho en esta historia yo estaba enamorandome a cuentagotas, mis suspiros eran más frecuentes y estaba más pendiente de mi celular, eso lo noté cuando llegamos al estadio. Recibí el mensaje que "habían llegado" y yo no sabía a qué dirección mirar.

Tal vez estaban lejos y nos observaban o tal vez estaban detrás de nosotros, parecía un niño jugando a las escondidas. Jamás podría plasmar en letras la emoción que sentía al verla de lejos, eran pequeñas lágrimas que vertía mi corazón, no salían de mis ojos pero sí que los sentía rodar en mi mejilla, eso acompañado con tantas mariposas volando en mi estómago, en fín, ese día no fue la excepción, la ví de lejos con su amiga acercándose a nosotros, llevaba puesto una licra de color negro y una blusa deportiva negra y zapatos grises con blanco, tenía el cabello suelto y caminaba como la primera vez que la ví en la universidad, mirando por doquier para disimular su supuesto nerviosísmo.

Nos saludamos con un beso en la mejilla e inmediatamente presentamos a nuestros respectivos amigos acompañantes y nos hicimos pareja, es decir que Génesis y yo caminábamos juntos y los dos también entre ellos dos. Aprovechamos los momentos ciegos para darnos besos fugaces y tomarnos de la mano mientras caminamos en círculo a las afueras del estadio.

Así pasó el tiempo rápido y caminamos de regreso hacia nuestros hogares, y fue así que llegamos a unas 5 cuadras del estadio donde nos detuvimos a las afueras de un gimnasio. Las personas iban y venían, entraban en el gimnasio y salían. En ese momento nos abrazamos mucho mientras estábamos en aquella esquina, nos dimos muestras de afecto y cariño, los abrazos de Génesis eran muy fuertes, sentía que quería decirme algo. Me dijo que no quería que esto terminara mal y recalcó que su familia no estaba de acuerdo con esto, conocía lo suficiente a su familia como para saber que se entrometerían en la relación hasta darle fin.

Abrazada a mi pecho empezó a llorar, entre dientes entendí que quería terminar esto antes de que se termine por las malas, (eso entendí yo). Por supuesto, me puse muy triste y la abracé con la misma intensidad con la que me había abrazado, cerré mis ojos, quería sentirla con mi espíritu, no sabía cómo decirle que no se vaya de mí, me estaba enamorando, luego veía al cielo en busca de respuestas, ¿Por qué? ¿Por qué pasan estas cosas?

Muy delicadamente le tomé su mejilla y la besé, creo que era la mejor forma como decirle que no la quería lejos de mí. Sin embargo le dije que era decisión de ella y que entendería; lo dije porque no deseaba que se sintiera peor, hasta el día de hoy me he preguntado lo que llevaba en mente de todo esto.

Se subió en el bus y partió a su casa, se puede decir que fué el primer sinsabor que tuve, regresamos a nuestras casas y le agradecí a mi amigo por haberme acompañado a esta cita compartida, mientras eso yo seguí regresando a casa caminando. Como dije, me gustaba caminar, era un momento donde podía pensar y analizar la situación en vez de estar sentado. Regresaba a casa y pensaba sobre lo que ella había dicho, sus sentimientos y todo lo que correspondía a ella me incumbía, no quería tomar malas decisiones o que se sintiera presionada, pero una parte de mí insistía en desear su amor por siempre.

Tenía algo especial que jamás ví en ninguna otra chica, empecé a confiar lo más íntimo de mí como eran mis pensamientos. En la noche seguimos chateando, parecía que todo estaba olvidado pero quería saber cómo se sentía, si había llegado bien a casa y si su madre le había comentado algo al respecto, pero todo bien. Noté que era un debate interno entre sus sentimientos y el evitar problemas, lo cual es razonable. Génesis (en mis palabras) es y será una mujer de éxito, en sus ojos veía el innegable valor, quería ser su porrista #1 de los que siempre le acompañaban y daban ánimos. Le animaba a seguir con su vida lo mejor que pudiera y que siempre siga a su corazón, al final ésta vida se resume en hacer lo que nos haga felíz, vivir sin remordimientos. Claro, era mi filosofía mientras vivía enamorado, aún así no descarté el desear siempre su felicidad a toda costa, pero el amor siguió triunfando.

El día después de ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora