CAPÍTULO 5: NOSTALGIA

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Milagro, Milagro, es una ciudad muy pequeña pero tan inmensa en recuerdos para mí. Durante todo el transcurso de mi vida me costó tanto haberme alejado de aquella ciudad, tenía algo que jalaba mi ser interior a esa ciudad.

Meses antes de conocer a Génesis, yo vivía en Lima - Perú, por nostalgia decidí regresar a mi país y por ende a la ciudad de Milagro, y posteriormente dentro de unos meses conocí a Génesis. En la noche después de encontrarme con Génesis me sentí pensativo de todo lo que pasaba en mi vida, pensaba en mi hijo y cuánto lo extrañaba, seguí llenando el diario preparado para Moroni de vez en cuando y apareció un personaje nuevo en el diario, era Génesis. 

Escribía que salí con una "amiga" y empezaba a sentir algo especial pero que aún no determinaba mis sentimientos debido a la prontitud de la situación.

Tenía mensajes eventuales por chat y mientras los leía empezaba a conocer más a esta persona. Mi hermano menor y yo nos ganábamos la vida ayudando en los cursos de inglés que mi hermano mayor estaba dirigiendo con un grupo de alumnos, pero no después de mucho tiempo consiguió un trabajo en una empacadora de camarones como un bodeguero en los espacio de congelación, eso ayudó más a la economía en el hogar, donde vivíamos él, mi madre y yo.

Para mí era un gusto poder vivir en una ciudad como Milagro, ya había experimentado el vivir solo en otro país y no me fue bien en cuanto a mis emociones, caí en depresión fuertemente y me autolesioné un par de veces, fue la primera vez donde intenté eso. Por eso y más me sentía en un lugar cálido como en mi hogar, ahora tenía la impresión de que podría estar mejor, a lo mejor lo empecé a sentir desde que conocí a Génesis.🫂

En una de las noches donde chateabamos me invitó a jugar "Free Fire" que es un juego en línea en el que haces escuadra o grupo y puedes hacerlo jugando en el celular 📳. Era muy popular aquel juego que lo jugaba mi hermano menor, mis primos que nos visitaban a menudo, así que faltaba solo yo. Acepté la invitación y lo instalé en mi celular que era un motorola, no recuerdo el modelo pero lo compré mientras vivía en Perú.

Me costó unos días acostumbrarme a aquel juego y hacer grupo con mi familia y Génesis. En el juego aprendí lo buena que era ella, tenías que matar a los otros grupos y quedar al último con vida y eso era lo mejor que podía hacer. A veces el juego era interrumpido por las ocupaciones que tenía que hacer inmediato a su mamá, si se desocupaba a tiempo proseguíamos con el juego, cuando no, solo me escribía un mensaje que lo haría más tarde.

Nostalgia siento el día de hoy de los días donde me encontraba en la ciudad de Milagro, significaba una bola de emociones y recuerdos que conllevaba a desear quedarme. No pasaron muchos días donde esa chica se convertía en un motivo más para quedarme.

Habíamos quedado en vernos el próximo domingo, yo saldría de la iglesia e iría verle, yo estaba vestido de camisa blanca, corbata celeste y un pantalón de tela, lo suficiente presentable para una segunda cita.

Un dato importante sobre mí es que tengo un amor eterno por los gatos 🐱, no teníamos uno en casa pero en la primera cita con Génesis noté que había muchos gatos en el parque de la universidad, muchos de ellos apostaría que estaban hambrientos y otros eran hambrientos y ariscos. Compré un día antes de la segunda cita una bolsa de comida de gatos, me costó 3.50$ y la guardé en la mochila que siempre llevaba a todos lados. (La necesidad vana de un hombre de llevar una mochila donde sea).

Llegó el domingo y llevé la bolsa de comida para gatos a todo lugar hasta que fuí a ver a Génesis en la universidad. Llegué media hora antes, ella saldría en medio de una clase al pedir permiso a la profesora para ir al baño y se encontraría conmigo. Aproveché para encontrar a esos gatos y les ponía comida en el pasto para que coman. Fue una hermosa entrada, disfruté muchísimo de ver y acariciar a los gatos, llevé una especie de envase o botella pequeña de alcohol en gel para limpiarme las manos luego de todo ello, no quería oler a gato cuando venga Génesis.

Cual película de un CD, se repetía la misma escena, la ví de lejos mientras ella guardaba su celular en la cintura. Guardaba la compostura, era sencillamente hermosa, yo emocionado y muy atento. Un beso, era el segundo beso de ella y un abrazo tan fuerte que recibí que casi me tiró al suelo. Es posible que el lector no crea esto pero lo juro, nunca me fijé en los alrededores, me refiero a los estudiantes transeúntes y había muchos. No sé si estaban viéndonos, estaban criticando por dar de comer a los gatos o de las muestras de afecto que nos dábamos Génesis y yo.

Ahí estábamos, nos habíamos extrañado mucho, que nos sujetamos de las manos muy fuerte como si el uno o el otro fuera a escaparse, no teníamos mucho que hablar, solo nos veíamos a los ojos, sonrojados o felices tal vez. Me dijo que no tenía mucho tiempo ⏳para quedarse, solo pidió permiso un momento, pero dentro de poco se fue al carajo y se quedó conmigo, pero tiempo después regresó, su mochila se encontraba allá, le dije que la iba a esperar para regresarnos juntos. Al salir caminando entre agarrados de la mano o no, le invité un helado. Yo estaba corto de presupuesto así que le invité uno solo, yo disfrutaba viéndola comer su helado.

Era la primera vez que le acompañaría a su casa. Evidentemente no iría más que hasta donde el bus la dejara, pero ella hizo un recuento de los lugares por donde pasa el bus y sus calles y ví que podía al final llegar cerca de mi casa en la ruta de regreso; sería un viaje largo pero interesante.

El bus 🚌era el #6, cruzamos el puente del paso peatonal para llegar al frente de la universidad y tomar aquel bus. No fueron sino unos 5 minutos hasta que nos subimos y nos fuimos casi al final del bus. Nos sujetamos las manos fuertemente, y nos sentamos juntos. Nos besamos un poco más, la abracé porque empezaba a quererla más que la semana pasada.

El camino fué más que normal, fue excepcional. Los próximos 10 minutos en el bus que recorreriamos lo único que hicimos fue sentirnos, disfrutar la compañía del uno y del otro, y esta vez evitar llamar la atención de los pasajeros, pero para nuestra suerte cada uno iba bajando a medida que iba avanzando el bus y eso nos ayudó a darnos otros besos fugaces.

Me señalaba que su casa era en "aquella dirección" estábamos llegando al fin del viaje pero muy felices. Aún no sabíamos oficialmente si eramos novios o en una especie de prueba sentimental, algo así. Eso lo discutimos en la noche del mismo día. ¿Qué somos?

En la conversación se me ocurrió que debíamos vernos de nuevo, así formalizar lo nuestro.

Esa próxima ocasión no sucedería sino hasta que estemos seguros de dónde vernos. Estaba confundido, ¿Porqué sentía sentimientos tan fuertes hacia ella? Era más sencillo pensar que era algo pasajero, pero no, me estaba envolviendo en mis pensamientos y en mis sentimientos cual soga del destino, no tenía explicación, mi madre empezó a notar mis ánimos de otra forma, me preguntaba a veces ¿Te sucede algo? Creo que denotaba mis ojos brillantes y con propósito en mi vida.

Un fuego me calentaba las venas y mi estómago, no eran solo mariposas comunes, sino un sentimiento de estarme enamorando. Deseé dejar el tema ese por algún momento, pensar que solo es idea mía, escribí en mi diario aquella noche, ponía mis ideas en orden y ahí estaba ella, ocupando un espacio en mi memoria. ¿Debería declarar mi amor por ella?

Yo quería hacer las cosas bien, se me ocurrió decirle a Génesis que quería hablar con sus padres, ella se asustó negándolo, diciendo que "si sus padres se enteran lo nuestro terminaría". Entendí el mensaje para aquel momento pero mi idea era persistente. De cierta forma soy un hombre formal, ya pensaba en formalizar la relación, el sentimiento era evidente y las de ella también, en fin, ya habrá el momento en donde podría hacerlo, por ahora solo pensaba en tomar su mano en algún otro momento.

El día después de ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora