CAPITULO 4: LA BANCA DE LA UNIVERSIDAD

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LA BANCA DE LA UNIVERSIDAD


Fue la primera mañana donde después de mucho tiempo amanecí emocionado. Pareciera que los pájaros cantaban, me sentía un poco más que emocionado y algo nervioso, el día había llegado donde aquel fin de semana iba a conocer a Génesis en persona oficialmente. No tenía el dinero suficiente para ir a aquella universidad y tal vez invitarle un helado si fuera la ocasión.

Solo pensaba en cómo sería verla y guardar la cordura, pues no sabía exactamente lo que ella pensaba de mí.Tal vez solo sean ilusiones mías del rato.

Tomé el bus y me dirigí a la universidad, mientras viajaba a tiempo me imaginaba como era, tenía su rostro que había sacado de las fotos en Facebook y los audios en Whatsapp, recreaba las posibles conversaciones sin poner atención en lo que las personas hacían mientras subían en el mismo bus donde yo estaba embarcado. Veía que estaba cerca de la universidad y los pulsos se hacían cada vez más fuertes y fortuitos las sudoraciones en mis manos.

Recordaba mi primera cita, y a pesar que habían pasado un poco más de 10 años desde esa primera cita me sentía igual de nervioso, entonces entendí que no tenía que ver nada con la experiencia, dentro de mí sentía una especie de un niño temblando por el frío después de ser embestido por una fuerte lluvia.

Esas son unas de las sensaciones más emocionantes que un ser humano pueda experimentar en ese momento... la ví, en cámara lenta caminar hacía mí, yo estaba en una banca en la universidad rodeado de pasto verde y árboles con caminos de cemento. Ella llevaba puesta una blusa negra con el logo central de batman color amarillo, un pantalón blanco mientras su cabello se movía despacio, sí, era mas bella que cualquier persona que había visto en mi vida.

Nos saludamos con un beso en la mejilla, nos sentamos y nos vimos con una sonrisa, como si dijéramos "por fín nos conocemos". Yo estaba vestido lo más presentable posible, mientras estaba sentado con las piernas cruzadas y empezamos a hablar.

Mentiría si digo que recuerdo lo que hablamos, pero me acuerdo perfectamente de cómo movía sus labios mientras me hablaba, estaba en un trance entre prestar atención y olvidar lo que decía tan pronto como me empezaba a sonreír. Mientras las personas seguían caminando por el campus cerca de las bancas de donde estábamos sentados nuestras manos se rozaban, casi por impulso nos acercamos lentamente, mis labios besaron los de Génesis por unos segundos, nos vimos a los ojos y nos abrazamos muy fuerte.

El beso significó que tenía en mis manos mi corazón, sencillamente inexplicable para esta obra; era lo más noble y significativo, un sedante a mis dolores, una puerta en la que entré para experimentar algo nuevo, ¿Un nuevo amor?. Analizaba mis sentimientos de lo más profundo, es probable que sea un sentimiento común mientras mi corazón sanaba con ungüento.

Podría explicarlo desde diferentes ángulos, puesto que lo viví en forma de un eterno espiral, cada segundo se hacía eterno y lleno de emociones. Fue hermoso, divino, renovante e increíble. Los árboles aquel día se veían más verdes de lo común, era muy pronto para decir eso pero lo juro que empezaba a quererla, aún así no me fié precipitadamente, pero conociéndome como me conozco tenía una especie de raíz que fue creada desde el momento del primer beso.

Tenía la sensación que un corazón como el mío sería robado, es más, escuchaba en mi mente la canción de "Flaca - de Andrés Calamaro" mientras caminábamos por los caminos culebreros del parque verde de la universidad, era una sensación mágica que solo puedo decirlo como "agradecido con la vida" por las experiencias mágicas que recurrían por entre mis ojos y mis manos. No sabía cuánto podía llegar a querer a una niña como ella, ni lo supe hasta ahora, pero trato de integrarme más profundamente en aquellos días donde empezaba un amor nuevo y no adiviné la repercusión que éste tendría en mí.

No es mi culpa ni mi intención poner al lector fuera de onda con mis autocríticas, pero yo no estaba seguro de haber dejado mi corazón abierto como para que alguien entrara y plantara bandera dentro de instantes, sin embargo estaba decidido a seguir adelante y observar de cerca ¡qué era esto! que en cierta forma había atrapado mi atención.

Creo que está por demás decir que había sentido las emociones de salir con alguien varias veces en mi vida, pero ¿Qué fue lo que lo hizo esta vez diferente?, es una buena pregunta, pues su respuesta se encuentra en los próximos capítulos, sin duda el nudo de la relación justificaría mi argumento hecho en este momento y calificandolo como soberano y altivo, pero conmovedor y romántico. No puedo hablar de éste episodio sin verme involucrado en el romanticismo, cumpliendo un propósito en esta vida como quien fué el amor de mi vida.

De aquella señorita de la cual nos habíamos dado un beso compartimos un momento hermoso para mí, a pesar hablar de todo y de nada descubrí que sus ojos eran más hermosos que lo que veía en las fotos, eran brillantes y claros, hablaba confiada pero (estoy seguro) con nervios en su interior, y bueno, yo también lo estaba, atrevido o no sentía los impulsos de tomar su mano.

Ya le había dado un abrazo mientras estábamos sentados en aquella banca. Su piel suave y blanca me dejó electrificado mientras nos reíamos después como dos tortolitos, no me fijé pero yo estaba con mis mejillas quemando de lo sonrojado que estaba.

La cita terminaba y yo regresaba a casa, cada segundo que pasé con ella fue algo muy especial, me perdí en el tiempo y lo califiqué como lo mejor que me había pasado en el día. Sin duda ese sería la continuación de muchos más encuentros, pero en mi mente siempre estuve considerando la seriedad de esto. ¿Qué podría pasar? ¿Un amor nuevo en mi vida? o ¿Solo estaba ilusionado?

El día después de ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora