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—¿Qué? —preguntamos al mismo tiempo, con los ojos abiertos a más no poder

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—¿Qué? —preguntamos al mismo tiempo, con los ojos abiertos a más no poder.

Ella mantuvo aquella expresión seria por varios segundos más, y no despegó su mirada de él.

—¿Hay algo malo con eso, señor Soo? Podemos investigar con mi padre si existe algún tipo de inconveniente —habló segura, tratando de intimidar al hombre.

Él agarró su muñeca y la llevó unos metros lejos de mí; el rostro de ______ se notaba desconcertado. Se podía percibir la incomodidad y tensión entre el consejero del rey y la princesa.

Noté la presión que Young Soo ejercía en el brazo de ______ mientras parecía regañarla. En mi cabeza se plasmó una idea atrevida, algo que en circunstancias normales no habría ni siquiera considerado, pero al verla así, molesta y sumamente incómoda, me importó muy poco que el señor Soo fuera un sirviente de alto rango. Me acerqué a ellos lentamente, algo inseguro de lo que estaba a punto de desatar. A medida que la cercanía entre nosotros iba disminuyendo, escuché como expresaba con odio algunas palabras:

—Piense cómo se sentiría su padre y la molestia que experimentaría al saber que una escoria como su amiguito comparte nuestra cena.

Tosí falsamente mientras miraba a ______. Su dura expresión se suavizó cuando por fin notó mi presencia. Y él volteó a verme con una ceja alzada.

—Señor Soo, ¿está todo bien? —interrumpí como si nada, ignorando el hecho de que escuché con claridad al menos las últimas palabras que había dicho.

—No es algo que le incumba —habló mirándome y soltó bruscamente el brazo de ______—. ¿Por qué mejor no intenta renovar sus obras de arte? —preguntó en un tono sarcástico— De seguro le hace falta, su manera de pintar es la menos original que he visto en todos los años que he trabajado aquí —añadió.

No pude evitar soltar una pequeña risa al escuchar aquel comentario, agaché la cabeza.

—Gracias por la crítica, señor Soo, la verdad, opino que mis pinturas hablan por sí, y su falta de aprecio revela su ignorancia sobre el verdadero significado del arte —contraataqué mientras veía a la princesa soltar una risa.

Young Soo, al notar esto, le entregó una mirada ofendida, ella posó su mano sobre sus labios para evitar seguir riendo.

—Mocoso insolente —murmuró, y entonces supe que había encendido una chispa de furia dentro de aquel hombre.

Pero debía ser sincero, disfruté enormemente el haberlo dejado sin palabras por un momento. Antes de que el señor Soo pudiera lanzar otro insulto, el rey se acercó a paso rápido hacia nosotros, con una amplia sonrisa que le llegaba de oreja a oreja.

La expresión molesta del hombre cambió radicalmente, no sin antes tirarme una mirada de desprecio. El rey se dirigió hacia su a su hija, besó su frente en forma de saludo, ella correspondió el gesto con una sonrisa. Realicé una reverencia cuando él me miró, parecía estar algo sorprendido de que me encontrará allí.

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