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Al día siguiente cuando Daniel se fue al trabajo Jihyo se quedó sentada en el sofá esperando por Sana, ella aún seguía en shock, no había llorado nuevamente después de lo que ocurrió, solamente estaba perdida en sus pensamientos vacíos.

Entonces escuchó la puerta ser tocada y supo que era Sana por la forma tan delicada en la cual ella hacía todo.

Entonces se levantó y abrió la puerta.

Grande fue el susto de Sana al ver a la menor así de destrozada que casi tira la bolsa de frutas que había llevado para desayunar a su lado esa mañana.

Sin embargo las frutas no cayeron, pero su felicidad sí al ver el estado tan deplorable en el que su pequeña se encontraba, ¿Qué demonios había pasado?

-Jihyo...- Sana habló despacio entrando a su casa para después cerrar la puerta -Pero... ¿Qué pasó?— Preguntó sintiendo las ganas de llorar estancarse en su garganta.

-El me violó, Sana, me tomó por la fuerza y me violó— Jihyo confesó empezando a llorar mientras se aferraba a la mayor.

Sana también quería llorar, ella no era tan fuerte, sabía lo mucho que Jihyo la necesitaba y que debía resistir por ella, pero su pecho dolía demasiado al verla así, su naríz había comenzado a arder y un par de lágrimas amenzaban por salir de sus ojos.

-No te preocupes, todo está bien— Jihyo acarició la espalda de Sana al verla tan afectada por culpa suya.

-Jihyo, no lo está― La mayor habló con lágrimas en los ojos.

-Tranquila, ya verás que todo pasará - La menor le ofreció una cálida sonrisa aún con lágrimas saliendo de sus ojos.

Y Sana no pudo entender como Jihyo era capaz de consolarla cuando ella era la principal afectada.

Comenzó a analizar el rostro de la más bajita, ella estaba muy herida, ayer nada de eso existía en su cara, pero hoy, hoy era tan diferente, se sentía tan impotente al no poder hacer nada, ella quería golpear algo, quería gritar, quería matar a Daniel con sus propias manos, con sus propios puños, sin importar lo mucho que doliera ella quería hacerlo, sentía la rabia correr por su sangre hasta hervirla dentro de su cuerpo.

Pero debía mantener la calma, no por ella, sino por Jihyo.

Continuó observándola sus ojitos lucían tan vacíos a pesar de brillar un poco, lo que no sabía era que ese brillo era gracias a ella, eso sin duda lucía muy bonito.

Pero Sana quería regresar el tiempo y mirarla una vez más antes de esas nuevas heridas, dolía, dolía mucho.

Entonces la abrazó y dejó salir aquello que tanto la lastimaba, lloró notando a Jihyo dejar caer sus muros que la hacían parecer fuerte y la escuchó llorar al igual que ella.

Ambas lloraban abrazadas hasta que Sana la ayudó a caminar hacia el sofá sentándose a su lado aún sin soltar el abrazo, ¿Por qué tenía que pasar esto? Ayer ella estaba bien, ¿Por qué todo debía irse a la mierda de un día a otro?

-Utilicé las cremas que me diste— Jihyo rompió el silencio mirando a Sana -Gracias, me ayudaron a aliviar el dolor.

Sana no podía hablar, ella estaba rota, las heridas de Jihyo le dolían también a ella.

Entonces las miró una vez más, acarició su mejilla suavemente y levantó su rostro para mirar todas esas nuevas heridas, eso no era lo que quería para ella.

No solo su cara estaba lastimada, su cuerpo también, las heridas bajaban por su cuello y se perdían entre la ropa que Jihyo llevaba, no entendía como alguien era capaz de herir a un ser tan puro como lo era Park Jihyo.

Tomó entre sus dedos un mechón del cabello de Jihyo y lo pasó hacia atrás de su oreja mirando con mayor claridad las múltiples marcas de bofetadas que tenía, y suavemente acarició cada una de las marcas soltando un suspiro de impotencia.

No dejó de acariciar su mejilla pero sus ojos se fueron a sus labios, secos y con una pequeña herida en la esquina, tal como la primera vez que miró su boca, y sin darse cuenta, Sana lamió sus propios labios al ver la falta de hidratación en los de la menor.

Entonces Jihyo la besó, no tenía idea de porqué hizo eso, pero simplemente no pudo evitarlo, Sana estaba tan cerca y ella estaba tan lastimada, estaba hecha pedazos y se sentía tonta, pero necesitaba que Sana la uniera nuevamente, era la única que podía hacerlo.

Sana no entendía lo que pasaba, acaso Jihyo... Acaso Jihyo.... ¡Jihyo estaba besando! Entonces cerró los ojos, y devolvió el beso teniendo cuidado de no lastimar la herida que tenía en la esquina de su labio.

Fue un beso pasional, pero se podía sentir el cariño que en este se intentaba transmitir.

Era un beso fuerte, pero lento al mismo tiempo, un beso que Jihyo nunca antes había dado o recibido.

Era un beso de amor y de pasión que ella experimentaba por primera vez.

Sintió como su cuerpo se derretía al tener las manos de Sana en su cintura intentando acercarla un poco más.

Y en medio de aquel acalorado beso Jihyo decidió subir al regazo de Sana a horcajadas para mayor comodidad, sintiendo como esta metía sus manos bajo su camisa para tocar directamente la piel de su cintura.

Todo era suave, como un sueño, se sentía como besar y abrazar a una nube, algo mágico, algo indescriptible.

Estaban tan perdidas besándose cuando Jihyo se dejó llevar un poco y movió sus caderas sobre el regazo de Sana sacándole un jadeo.

La temperatura iba subiendo y ambas podían sentirlo, estaban excitadas, Sana lo estaba, Jihyo también y ella no sabía manejar algo como eso, tenía miedo, todo era nuevo, muchas veces fue forzada a cosas como esas, pero jamás había podido sentir como era entregarse a alguien por amor.

Hasta ahora.

Era como si fuese su primera vez, todo lleno de sensaciones nuevas que solo Sana podía darle, nadie, absolutamente nadie más que ella.

Sana quería seguir, ella realmente quería hacer suya a Jihyo, hacerla venir y darle ese orgasmo que tanto necesitaba, quería complacerla, mostrarle que ella podía satisfacerla más que cualquiera.

Mucho más que nadie en el mundo.

Y al parecer Jihyo quería lo mismo, pues comenzó a quitar algunos botones de la camisa que llevaba.

Sana al notarlo no dudó en ayudarla hasta finalmente deshacerse de aquel molesto trozo de tela, revelando en el proceso todas aquellas marcas de violencia que su ropa escondía, ella quería deshacerse de eso, quería sustituir cada herida que Jihyo tenía por un beso, quería que en su piel hubieran marcas de amor y no de maltrato, Sana quería cambiarlo todo, reconstruir a una nueva Jihyo.

Su propósito no era procrear como un animal, ella quería hacerle el amor como una mujer como ella merecía.









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Estéril ☯ SAHYODonde viven las historias. Descúbrelo ahora