Estéril ☯ SAHYO

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🩵Capítulo dedicado al Natzu💙

La jornada laboral de NaTzu había acabado, sí, NaTzu, ese nombre se habían puesto Nayeon y Tzuyu para describir su relación, aún no eran novias ni nada oficial, sin embargo eso no significaba que no podían salir juntas o actuar como una pareja.

Tzuyu siempre creyó ser heterosexual, jamás había sentido atracción por una chica hasta que Nayeon llegó y la hizo cambiar sus ideas de una forma tan radical. A lo largo de los años que llevaba conociéndo a la coreana, esta se le había declarado inumerables veces y nunca perdía una sola oportunidad para hacerle saber lo mucho que se gustaba de ella y aunque Nayeon siempre fue rechazada por la menor parecía que no se daría por vencida sin al menos haber conseguido una cita.

Todo había empezado cuando Nayeon comenzó a fijarse en su única empleada, Chou Tzuyu, una linda taiwanesa que había dejado sus estudios por necesidades familiares, ella había llegado sola hasta Corea del sur para encontrar mejores oportunidades de trabajo y así poder darle una mejor calidad de vida a su familia en Taiwan, sin embargo al no haber culminado sus estudios eso era algo difícil de lograr, para su suerte, Nayeon tenía un corazón bastante noble por lo cual después de escuchar la difícil historia de la vida de una desconocida que por casualidad se topó en un café decidió contratarla como su secretaria cuando aún comenzaba a levantar lo que hoy en día era su prestigioso consultorio.

Con el paso del tiempo el hecho de tener a Tzuyu a su lado se volvió algo más que simple costumbre para Nayeon, aunque la menor era de pocas palabras, Nayeon desarrolló cierto cariño por ella y sin darse cuenta la menor logró entrar a su corazón, Nayeon intentó hacérselo saber inumerables veces, sin embargo Tzuyu era demasiado tonta para darse cuenta según Nayeon, y es que todo era demasiado obvio, no entendía como Tzuyu no lo notaba, por lo cual llegó al punto de tener que confesarle sus sentimientos y tal como Nayeon lo esperaba la menor la rechazó, Tzuyu afirmaba ser heterosexual, incluso después de varias confesiones Nayeon seguía recibiendo la misma respuesta, "No soy gay" Eran las palabras que constantemente Tzuyu le recordaba.

Fue algo duro para Nayeon recibir tantos rechazos por la misma persona, intentaba invitarla a salir incluso con la excusa de que sería solo como simples amigas, pero siempre recibía la misma respuesta, aunque Nayeon lo entendía, ella también había rechazado chicos afirmando no ser heterosexual así que podía tener una pequeña noción de la postura de Tzuyu, pero Nayeon no se rendía fácil y al ver que Tzuyu no parecía incomodarse con sus coqueteos ella continuó intentando, obviamente no haría nada que pusiera incómoda a su amiga, pero haría lo posible por lograr enamorarla, tal vez Tzuyu no era del todo hétero como afirmaba, después de todo la taiwanesa aún era joven para saberlo, así que por fin después de tanto trabajo Tzuyu aceptó salir con ella, fue divertido, fue mágico para Nayeon, pudo recordar su primer encuentro con Tzuyu, pero a diferencia de ese día ellas no se encontraban en una cafetería económica como cuando apenas comenzaba su historia, ahora tenían la oportunidad de estar en un restaurante de lujo como si se tratara de cualquier cosa y se enorgullecían de eso, porque gracias a su esfuerzo trabajando ahora las cosas podían ser diferentes, habían empezado desde abajo, una japonesa recién graduada y una taiwanesa sin estudios concluidos habían logrado levantar una clínica que en estos días podían decir que era de las más prestigiosas de Seúl.

Fue una buena noche para ambas, pudieron conocerse mejor y Tzuyu por su parte notó que había demasiado en Nayeon que aún no conocía, esa calida chica era realmente especial y no podía entender como pudo rechazarla tantas veces, por lo cual quiso verla una vez más fuera del trabajo, Nayeon no se esperaba que Tzuyu le pidiera eso, pero gustosa ofreció su casa para pasar un momento agradable juntas, ver una película y pedir comida a domicilio, fue entretenido, pero de un momento a otro las cosas se tornaron más íntimas y no de una forma sexual sino que sintieron que podían confiar más en la contraria y empezaron a hablar de diversas cosas que necesitaban desahogar, todo parecía más cercano y cómodo entre ambas, entonces Tzuyu quiso dar el siguiente paso, porque a pesar de no admitirlo, después de tantas declaraciones por parte de Nayeon ella comenzaba a cuestionarse si realmente no sentía lo mismo que la Coreana.

Entonces la besó, mientras Nayeon hablaba sobre lo mucho que detestaba los aderezos pero amaba el yogurth, Tzuyu no pudo evitar morir de ternura y depositar un corto beso sobre sus labios el cual Nayeon tardó en procesar pero terminó por devolver con uno más profundo que le fue automáticamente correspondido.

Después de aquel suceso no hubo más vuelta al asunto, simplemente sabían que las cosas entre ambas habían cambiado y habían comenzado a actuar como una pareja, sin embargo no había una etiqueta para su relación y ninguna de las dos tenía la intención de ponerla, Nayeon temía ser rechazada nuevamente y arruinarlo todo con la chica que tanto había deseado conquistar, por lo cual decidió dejar que las cosas simplemente fluyeran, había notado que la taiwanesa había tenido la iniciativa de besarla por lo cual esperaba a que Tzuyu diera el siguiente paso para formalizar la relación en algún momento, mientras tanto Tzuyu realmente se sentía confundida, era la primera vez que besaba a una mujer, no es como si hubiera besado a muchos hombres anteriormente pero jamás se imaginó que le gustaría tanto besar a otra chica, por lo cual prefirió evadir cualquier pensamiento acerca de su orientación o su relación con Nayeon, ella aún no se hacía la idea de que era lesbiana aunque sabía que no era bisexual puesto que llevaba demasiado tiempo sin sentir atracción por algún chico, así que prefirió ignorarlo todo y solamente dejar las cosas fluir, ella esperaría a que Nayeon volviera a declararse para darle el sí, porque después de todo la menor sabía que Nayeon era siempre quien tenía la iniciativa.

Entonces sin saberlo, ambas se quedarían esperando a que la otra diera el siguiente paso.