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Sana había llegado del trabajo algo cansada y un poco tarde, ya que había una alumna que no podía hacer un par de pasos de la nueva coreografía que les estaba enseñando y tuvo que quedarse un tiempo extra para enseñarle como debía hacerlo, después de todo era su deber que todos sus alumnos lo hicieran excelente ya que de eso también dependía su reputación como profesora, debido al cansancio y un poco de estrés olvidó comprar la cena, estaba tan apresurada por llegar a casa que no tuvo tiempo de pensar en eso, su retraso le hizo olvidar que cada día había prometido traer la comida a casa.

Ella finalmente llegó, dejó sus zapatos en la entrada, su abrigo en el perchero y estirando un poco la espalda para aliviar el dolor del cansancio caminó con dirección a la mesa, fue entonces que recordó que había olvidado la cena, sin embargo parecía como si Jihyo ya se hubiese ido a dormir, puesto que todas las luces estaban apagadas y solo se podían ver las cosas gracias a la luz de la luna que entraba por las ventanas de la cocina, Sana caminó hacia su habitación para ver si ahí se encontraba Jihyo y ella estaba cubierta con la sábada de la cama y mantenía los ojos cerrados junto a una respiración bastante relajada.

Sana se sentía algo intranquila, no sabía si Jihyo había cenado o si por esperar la cena se quedó dormida, así que Sana intentó despertarla con caricias en el cabello, pero esto parecía no estar funcionando, así que acarició sus mejillas notando a Jihyo sobresaltarse, cosa que había preocupado a Sana por lo cual alejó su mano rápidamente notando como la menor abría los ojos de manera asustada.

-Tranquila, soy yo- Sana la calmó saludando con la mano.

-Sana... Te extrañé— Jihyo habló con algo de tristeza en su voz y la mayor no entendió a que se debía ese tono.

-¿Está todo bien?

La coreana simplemente asintió y acercó a Sana para abrazarla.

Ella tenía miedo de que Sana no volviera, mientras Sana se había retrasado, en su cabeza no dejaban de pasar las escenas en las que había vivido lo mismo con su pareja anterior, ese día que Daniel se había retrasado, el día que sintió un perfume diferente en él, un perfume femenino y ese mismo día que susurró otro nombre mientras dormía, definitivamente eso había dolido y las marcas que esos acontecimientos habían dejado en ella no serían fáciles de desaparecer, ella había vivido mucho dolor por tanto tiempo que la felicidad que ahora experimentaba le parecía irreal y le hacía creer que en cualquier momento eso podría acabar.

Otra vez.

Entonces sin quererlo un sollozo salió de ella mientras aún mantenía a Sana abrazada.

Sana se alarmó, no sabía porqué Jihyo lloraba y se sentía tan culpable al creer que probablemente se debía a su retraso.

-¿Segura que estás bien?- Sana insistió acariciando su espalda.

-Si... Solamente te extrane mucho– Ella continuó llorando mientras se aferraba a Sana.

Sana era tan diferente a su esposo, ella en realidad mostraba su preocupación y la ponía como su centro de atención.

Jihyo se sentía como una reina cuando Sana estaba a su lado y definitivamente no pudo evitar sentirse orgullosa de ser la única que tenía la atención de la japonesa cuando sintió el olor único del perfume de Sana en ese abrazo, a pesar del sudor de haber estado bailando por tantas horas ella seguía oliendo bien, o tal vez lo encantada que Jihyo se sentía por ella la hacía pensar de esa manera, pero lo más importante de todo era que Sana olía solamente a ella, a nadie más.

—¿Estás mejor?— La mayor preguntó sin dejar de acariciar la espalda de Jihyo cuando notó que esta dejaba de llorar.

-Si— Jihyo respondió un poco más tranquila.

-No deberías ir a dormir sin cenar, recuerda cuidar de nuestro embarazo– Sana le sonrió -Olvidé traer la cena, pero puedo prepararte algo, así que, ¿Por qué no me esperas en la mesa?

-No será necesario, preparé la cena cuando supuse que te habías retrasado así que terminé cenando antes, pero puedo ir a acompañarte si quieres— La menor ofreció levantándose de la cama.

Sana sonrió, Jihyo era demasiado especial para ella.

Así que con esa misma sonrisa caminó hasta el comedor siguiendo a Jihyo, la cena a su lado fué relajante, escuchar a la menor contarle las cosas mas mínimas que habían pasado en su día la hacía sentir feliz, era lindo escuchar la voz de Jihyo hablarle de lo que sea.

Mientras Sana comía notó que Jihyo no había quitado las semillitas del tomate, ella sonrió, detestaba dejar las semillas en el tomate, sin embargo no iba a decir nada, Jihyo se ocupó en hacer su cena y Sana sabía que ella sola podía quitar esas semillas, así que con una sonrisa continuó escuchando lo que Jihyo le decía mientras quitaba aquellas semillas de su tomate.

Fue un rato divertido y agradable al lado de Jihyo, cuando la cena terminó, la coreana se ofreció a lavar los platos que Sana había usado, sin embargo Sana no se lo permitió alegando que debía hacer el menor esfuerzo posible para cuidar el embarazo de ambas, era su única forma para convencerla de todo, así que Jihyo resignada esperó a que Sana terminase de lavar sus trastes para finalmente ir juntas a la habitación.

Después de haberse preparado para dormir finalmente descansarían, o al menos eso creía Sana, pues las luces ya estaban apagadas y ambas yacían acostadas cuando de prontó sintió la mano de Jihyo jugar con el borde de su pantalón de pijada.

Ella se sobresaltó, pero simplemente tomó la mano de Jihyo y la apartó de ahí escuchando un bufido por parte de esta.

Cerró los ojos nuevamente para intentar dormir cuando sintió la mano de Jihyo intentando adentrarse aún más rápido en sus pantalones, afortunadamente Sana tomó su mano a tiempo y la volvió a apartar.

-Que no― La mayor regañó suavemente a Jihyo.

-Pero Nayeon dijo que no era malo hacerlo embarazada.

-Lo sé, pero quiero cuidarte lo más que se pueda.

-Llevas mucho tiempo sin sexo, no es justo para tí que debas estar en abstinencia por mí— Jihyo intentó convencerla.

-Pero lo hago por tu bien- Sana insistió.

-¿Segura? ¿O es que acaso no te gusta mi cuerpo de embarazada?— La menor intentó persuadirla.

-No vas a manipularme.

-Ay vamos, además, Nayeon te pidió una muestra de semen— Jihyo recordó, eso parecía un buen argumento -Yo puedo ayudarte a conseguirlo- Volvió a pasar su mano por el abdomen de Sana.

Entonces esta lo pensó por un momento, aquello era para las pruebas que debía hacerse y no ponía en riesgo el embarazo de Jihyo, había sido un buen argumento, así que después de unos segundos de pensarlo asintió ante la propuesta de Jihyo notando como esta se levantaba en busca del frasquito para la muestra seminal.

Jihyo encendió la luz y sacó aquel frasquito de la bolsa notando como Sana se sentaba en la cama para después ella sentarse a su lado.

Sana se levantó para bajar un poco sus pantalones y volvió a sentarse en la cama revelando aquel trozo de carne que Jihyo había anhelado tanto últimamente.

Y sin más espera la menor tomó entre sus manos el pene de Sana.

Al fin lo había conseguido y a pesar de lo que Sana dijo ella sabía que la noche apenas comenzaba.



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Estéril ☯ SAHYODonde viven las historias. Descúbrelo ahora