can't take my eyes off you

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El numero 35 de Portland Row parecía estar mas animado que nunca, el ambiente se sentía cálido entre las paredes de la pequeña biblioteca mientras una joven de cabellos negros terminaba de acomodar una pila de libros en el lugar que correspondía. Se limpio el poco sudor que escurría en su frente con la ayuda de su mano mientras se acercaba a la estantería que faltaba.

Unos pasos se escucharon en el pasillo mientras la voz de su amiga castaña se hacia presente.

—Gwen, saldré antes del toque de queda—Lucy se asomo por la puerta dedicándole una sonrisa divertida al verla tan concentrada en su trabajo—¿Necesitas algo?

Gwen se giro hacia ella por completo negando con la cabeza.

—Tengo todo, pero seguramente George si necesite algo para preparar la cena—se bajo el pañuelo que tenia tapando la mitad de su rostro para evitar que el polvo le entrara a la nariz y camino hasta el pasillo posicionándose frente a Lucy.

Ambas amigas se asomaron a las escaleras al escuchar al moreno bajar con prisa de estas, traía puestos unos guantes rosas de látex en las manos que combinaban con el mandil rojo que poseía. Gwen sonrió con gracia hasta que el menor llego hasta ellas comenzando a despojarse de estas prendas que significaban que toda la casa Lockwood estaba en un día de limpieza.

—Luce, necesito ir a comprar algunas cosas—le paso los guantes a la pelinegra sin cuidado—¿Te importa si te acompaño?

Lucy negó con una sonrisa comenzando a colocarse el abrigo, Karim la imito cambiándose de calzado hasta darse cuenta que Gwen seguía observándolos desde el marco de la puerta.

—¿Vienes?—se enderezo a la espera de la Byers—Lockwood no regresara hasta mas tarde.

—Tengo mucho que hacer—señalo detrás de ella mientras arrugaba la nariz—aun no logro terminar.

George suspiro a la vez que Carlyle abría la puerta dejando entrar una pequeña brisa helada.

—Eras la única que quería que los libros estuvieran en orden alfabético,Gwen—rodo los ojos en un intento por molestarla—estas demente.

La de ojos grises soltó una risa arrojándole los guantes que anteriormente le había dado, fallando en el intento.

—Me lo vas a agradecer, Karim.

El mencionado le saco el dedo medio antes de salir por completo de la casa mientras Lucy lo seguía con una pequeña sonrisa. Gwen sonrió divertida mientras regresaba a su tarea no sin antes volver a colocarse el pañuelo hasta la nariz y ajustar la coleta baja que sostenía sus negros cabellos.

Se acerco al aparato que se encontraba en una de las esquinas y subió el volumen de la música dejando que inundara la habitación, ya que al no haber nadie en la casa no se molestaba por el ruido. Tomo el plumero que momentos antes estaba usando y siguió limpiando el gran mueble frente a ella mientras tarareaba las canciones con gusto.

Los minutos pasaron rápido ya que se había sumergido en su propia burbuja al estar tan concentrada abriendo y cerrando libros que no se dio cuenta cuando la puerta principal de la casa había sido abierta.

Anthony Lockwood se recargo con cansancio en la puerta mientras dejaba escapar un suspiro de irritación, lo único que quería en ese momento era tomar un baño caliente y dormir mas de las 4 horas que comúnmente dormía. Se pasó las manos por la cara con frustración a la vez que se paraba por completo, se quitó la gabardina quedando solo con su característica camisa blanca y su corbata.

Dejo sus pertenencias en la entrada hasta que una melodía llamo su atención, giro la cabeza en dirección a la biblioteca dándose cuenta que el sonido salía de la habitación. Con cuidado y sin hacer ruido se acercó hasta la puerta que se mantenía abierta y asomó la cabeza con curiosidad al escuchar una voz femenina seguir la letra de una canción que no conocía.

ANTHONY LOCKWOOD one-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora