(EN EDICIÓN Y PAUSADA)
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» ୧┊ capítulo tres. « “DESCONOCIDOS MUY CONOCIDOS”
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TORNEO DE LOS TRES MAGOS.
Los representantes de Beauxbatons y Durmstrang llegarán a las seis en punto del jueves 06 de Septiembre. Las clases se interrumpirán media hora antes.
Los estudiantes deberán llevar sus libros y mochilas a los dormitorios y reunirse a la salida del castillo para recibir a nuestros huéspedes antes del banquete de bienvenida.
Cuando bajaron a desayunar esa mañana descubrieron que durante la noche habían engalanado el Gran Comedor. De los muros colgaban unos enormes estandartes de seda que representaban las diferentes casas de Hogwarts.
Aquel día había en el ambiente una agradable impaciencia. Nadie estuvo muy atento a las clases, porque estaban mucho más interesados en la inminente llegada de la gente de Beauxbatons y Durmstrang. Hasta la clase de Pociones fue más llevadera de lo usual, tal vez porque duró media hora menos, cosa que hizo que Harry fingiera limpiarse una lágrima cuando salieron del aula de pociones.
Cuando, antes de lo acostumbrado, sonó la campana, Delilah, Harry y Ron salieron a toda prisa hacia la torre de Gryffindor, mientras Corvus, Draco y Theodore a las mazmorras. Dejaron allí las mochilas y los libros tal como les habían indicado, se pusieron sus respectivas túnicas y volvieron al vestíbulo.
Los jefes de las casas colocaban a sus alumnos en filas, ordenados y pulcros.
—Weasley, ponte bien el sombrero —le ordenó la profesora McGonagall a Ron—. Patil, quítate esa cosa ridícula del pelo.
Parvati frunció el entrecejo y se quitó una enorme mariposa que llevaba de adorno en el extremo de su trenza.
—Síganme, por favor —dijo la profesora McGonagall—. Los de primero adelante, sin empujar…
Bajaron en fila por la escalinata de la entrada y se alinearon delante del castillo. Era una noche fría y clara. Oscurecía, y una media luna pálida brillaba ya sobre el bosque prohibido.
—¡Maldición! —exclamó Delilah—. ¿Alguien ve algo? ¡No puedo ver nada!
—Señorita Black, cuide su lenguaje —la reprendió McGonagall con el ceño fruncido y los brazos cruzados—. ¿Quiere ser castigada y sin permiso de ir a Hogsmeade por tres meses?
Delilah abrió los ojos y negó frenéticamente.
—Eso creí, ahora haga silenció que no puedo oír nada.
Harry, Draco, Corvus, Theodore y Ron que estaban a su lado aguantando una fuerte carcajada, que terminaron disimulando con una tos. Ella los miró mal.
Todos los alumnos de Hogwarts estaban ya afuera, esperando ver a los nuevos compañeros para recibirlos como buenos anfitriones, pero no había ni una sola escoba a la vista.
