(EN EDICIÓN Y PAUSADA)
𝐃𝐍| La belladona tiene sustancias químicas que pueden alterar la función del sistema nervioso del cuerpo y causar cambios en la saliva, el sudor y el tamaño de las pupilas.
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» ୧┊ capítulo cuatro. « “LOS CONSEJOS DEL PROFESOR”
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Septiembre, 1996. Ocho meses y medio para la muerte de Dumbledore.
HERMIONE HABÍA ESPERADO ESE DÍA DESDE hace mucho tiempo. Tal vez era emoción, nervios o un ataque al corazón. No sabía que era, pero le gustaba cómo la hacía sentir.
La sonrisa en su rostro podría ser totalmente extraña para muchos de sus odiosos y detestables compañeros, pero era deslumbrante, cautivadora, quería demostrar cuán feliz estaba ahora mismo. Hermione no podía borrar la sonrisa de su rostro cuando tenía a la chica de cabello color caramelo enfrente de ella. Delilah.
Aún recuerda ese día con tanta facilidad.
Hermione había dejado de tocar la canción navideña en el piano, era una de sus favoritas. Su tía, la hermana de su madre se acercó a ella con una sonrisa.
—“Lo hiciste muy bien, Hermione, necesito que ahora vayas a atender a unos nuevos clientes, aquí en el segundo piso hay una chica” —le explicó su tía—. “Está en el pasillo de romance y parece... algo perdida.”
—“Enseguida, tía”—replicó Hermione.
Dejó el piano, caminó apresuradamente por los pasillos, hasta llegar al indicado anteriormente.
Una chica de cabello color caramelo, parecía de su edad, lleva dos abrigos encima, una bufanda y unos guantes asomándose por el bolsillo de su abrigo. Hermione sonrió pensando que le hacía falta el gorro, y estaría perfecta.
Eso le recordó el frío que hacía afuera, y que debía abrigarse bien antes de salir.
Se acercó a la chica lenta y silenciosamente antes de hablar.
Hermione dejó de respirar un momento cuando unos ojos esmeraldas se fijaron en ella. Trató de verse tranquila mientras ella le hacía preguntas. Las respondió con gusto, por primera vez Hermione quiso contestarle a alguien todas las dudas que tuviera, y que no fuera solo en un examen o clases. Tampoco es que alguien le ande preguntando cosas a menudo.
Era raro. Un sentimiento de familiaridad la abrazó con fuerza. Como si hubiera algo conectado con ella que Hermione debía averiguar, cómo sí ya la conociera. Su perfume se hizo presente, era... narcisos y nuez moscada. Su fragancia se sentía como recuerdos, ya había sentido esos aromas antes, pero no recuerda en quién y dónde.
Hermione sabía los libros que había en esa sección de pies a cabeza, así que fue fácil encontrar el libro que ella buscaba. Lo de tratar de parecer tranquila, mientras ella la miraba con curiosidad fue difícil. Estaba fallando.
