El domingo por la tarde Alune junto a Ahri habían llegado al departamento de Sett donde mostró su indignación por lo sucedido.
- Estaba esperando que no supieran que reacción tener, pero ni siquiera te han hablado o al menos mandarte un mensaje para que al menos te digan si puedes volver o no.- La peliblanca camino de un lado al otro por la sala a la atenta mirada de Sett y Aphelios.
-Tal vez estén aun muy confundidos...- Aphelios no quería ser despiadado con sus progenitores el también se sentía triste por su reacción pero no podía enojarse completamente.
Alune negaba con la cabeza.- Es simplemente increíble...- Tomo asiento al lado de Ahri quien la abrazo por los hombros.
Ahri miro a Aphelios y el como Sett lo consuela besando su sien, ella sonríe ante la comparativa que hace su cabeza sobre los hermanos. Ambos tan afectados por el rechazo de sus padres y siendo apoyados por sus parejas.
-Saben algo... estoy furiosa con sus padres por esto.- Ahri se levantó del sofá captando la atención de todos los presentes.- Pero no deberíamos dejar que vean que ustedes sufrieron por ello, debemos ir y enfrentarlos.- Miro a Aphelios que era el mas inseguro con eso.- Debes demostrarles que no te vas a quebrar sin su amor, porque tienes a mas personas contigo en las cuales apoyarte a cualquier hora y en cualquier momento.- Ahri tomo las manos de Aphelios.- Y tienes a Alune, sus padres simplemente están cegados por sus costumbres y aunque les nieguen su amor de ahora en adelante, seguramente se sentirán peor después.-
Aphelios se sintió cálido cuando Ahri lo animo y le dio un abrazo que sorprendió a la pelinegra.- Dime que te casaras con mi hermana.-
Alune rio nerviosa por las palabras de su hermano.
-No arruines mi sorpresa Aphelios.- Le susurro Ahri al pelinegro. Aphelios la apretó mas fuerte asombrado por la respuesta.
-Entonces... iremos por tus cosas ahora, y tus padres tendrán que escuchar.- Dijo Sett con una gran sonrisa en su rostro.
Alune llena de determinación se acerco a su hermano para abrazarlo igualmente.- Mientras estemos juntos nada malo sucederá Phel.-
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Ambos hermanos estaban de pie frente a la casa en la que vivieron los últimos años, Sett y Ahri también estaban ahí apoyando a su respectiva pareja en lo que sucediera.
Aphelios fue el que se acerco a la casa y tocó el timbre, Alune estaba a sus espaldas con la frente en alto.
La puerta fue abierta por su madre, que al verlos apretó los labios, detrás de ella el padre se asomó de igual manera.
-Debemos hablar.- Sentenció Aphelios.
-Muy bien, pero ellos se quedan fuera hasta que terminemos el hablar.- Dijo el señor señalando con la mirada a Sett y Ahri.
Alune suspiro fastidiada, volteo a los antes mencionados.- Esperen aquí, no tardaremos.-
Ahri asintió y tomo a Sett del brazo al verlo intentar acercarse. Aphelios volteo de igual manera con una sonrisa "no te preocupes" le dijo en lenguaje de señas.
Sett sonrió al ver a Aphelios enfrentarse a sus padres con seguridad. Los hermanos entraron a la casa que se mantenía igual que siempre, limpia y serena.
Tomaron asiento en el comedor, sus padres de un lado y los hermanos de otro viéndose frente a frente.
-¿Que tienen para decirnos?- Su madre los miró sin ninguna pizca de remordimiento.