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Gumball estaba en su habitación, preparándose para dar un paseo, originalmente Hiba a salir con su amante favorito, el chico salchicha, pero le había cancelado, eso no le Hiba a arruinar el día, tomo una chaqueta y salió de casa a pasear por elmore, por lo que le parecía un aburrido domingo.




Mientras, Darwin estaba despertando en su día libre, ya eran las doce de la tarde y no trabajaría está noche, un tranquilo día libre, asta que tocaron a la puerta que da al callejón tras la tienda. Se levantó con pereza y vio entre una rejilla en la puerta que era julius, le abrió con alegría y se recibieron con un abrazo.

-julius! Pensé que vendrías más tarde-

-no... Porque tienes que arreglarte, te sacaré de este cuarto claustrofóbico hoy además de que te tengo dos sorpresas-

-me llevaras a una cita?-

-presupuesto, te mereces un descanso-

-pero de donde sacaremos el dinero?-

-esa es la primera, e estado ayudando a mi papá en la oficina por un mes para esto, así que hoy gastaremos bien, en lo que encuentro un trabajo real...-

-me alegro, pero para la próxima yo pago la cita- Darwin no entendió porque julius se cubrió el rostro, pero es que Darwin se vio muy lindo diciendo esto último. Después de bañarse y vestirse, Darwin y julius salieron rumbo a la ciudad en la confiable bicicleta de julius, gracias a ella no tardaron mucho tiempo en llegar a él lugar que julius quería, era un camión/restaurante con mesas plegables y decoraciones bonitas, era encantador.

Pagaron una comida para dos y se sentaron a comer tranquilos y calmados, dándose comida en la boca de vez en cuando y disfrutando de incomodar a otras parejas.





Gumball paseaba tranquilo, saludando a algunas personas que conocía, nada muy interesante, caminaba sin rumbo sumido en sus pensamientos, el que Darwin se allá ido de alguna u otra forma lo ponía incómodo, claro que no le importaba que fue del pez, pero le Asia una molestia, como si algo no encajara, Darwin era muy bueno y miedoso para irse por su cuenta, y su familia no hablaba de el aún cuando el primer día que desapareció todos estaban locos de preocupación, nada de esto tenía sentido, o solo lo estaba sobre pensando mucho. De una forma u otra, si Darwin seguía vivo siquiera aria que volviera a su posición anterior, de una forma u otra, Darwin abia llegado a su vida para eso, para amarlo y servirle, ¿Cuando había llegado a esa conclusión? Desde pequeño, suponía. Siempre terminaban heridos en sus aventuras y curiosamente muy pocas veces le importó que Darwin sangrará o se lastimara siempre que pudiera cumplir sus objetivos, siempre lo vio lastimarse y, aunque en ese tiempo no lo admitiera, le gustaba ver a Darwin sufrir, quería ver eso toda la vida, pero algo lo saco de sus pensamientos, una rama chocó contra su cara cortando un poco su mejilla, ahora que veía a su alrededor, se encontraba en el cementerio, no le daba miedo, gracias a la ex novia de Darwin abia aprendido que los fantasmas son mayormente geniales. Decidió adentrarse en el cementerio ya que no tenía nada que hacer, camino asta encontrarse con un hombre limpiando una estatua, este hombre lo miro de frente con una mirada cansada

-has perdido a alguien jovencito?-

-no... Bueno, no he visto a mi hermano en meses-

-hooo... Bueno, lamento que no encuentren a tu hermano, seguramente es un buen chico-

-es un malvavisco- el tono que uso Gumball fue ciertamente amable, pero nadie puede engañar a una persona con décadas de experiencia en la vida

-bueno, si encuentran a tu hermano, deja que viva una buena vida-

-a que se refiere?-

-solo te diré, chico, que no siempre es dios el que castiga nuestras malas acciones, ten cuidado je je....-

mi niño inútil - bombwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora