5. Perfecto o imperfecto
Claudette se dirige al ensayo, no va con mucho entusiasmo, aunque si tiene curiosidad sobre qué tan buen bailarín es él. Al momento, se percata de algo ¡No sabe su nombre! Todo entre ellos ha sido fuera de lo común, su encuentro, sus conversaciones, ¡Todo!
Clau no sabe cómo pensar al respecto, su oportunidad de preguntarle ciertas cosas se acerca. Cuando entra a la Ópera se quita el pañuelo de la cabeza y se dirige hacia los camerinos, va en busca de sus mayas y leotardo negro. A esa hora, casi de noche, no hay nadie en el salón, por lo que sabe que estará a solas con ese hombre.Cuando entra, él ya está sentado en una esquina, la tenue luz solo ilumina un lado de su cara, pero aún así ella puede observar sin dificultad esa parte de su rostro. Una sola palabra le viene a la mente, imperfecto. A pesar de que a simple vista parece hecho a mano y que cada facción de su rostro grita: mírame, tiene un ojo ligeramente más cerrado que otro, un rasguño en la nariz que parece tener años ahí y dos vacíos de cabello que sólo se ven solo desde el ángulo que ella lo observa. No sabe muy bien por qué le mira, quizás solo sea porque es una persona observadora. Sin embargo, él no se da cuenta, mira al vacío perdido en sus pensamientos. Una lágrima pequeña, pero visible, cae hasta desintegrarse en sus labios.
Entonces Claudette sale de sus pensamientos y llama su atención caminando hacia él. Quien a su vez se limpia el rostro con apuro y sonríe, no una sonrisa genuina, más bien una mueca de esas que forzamos pretendiendo que todo está bien.
—Sabes... no sé si has notado que no sabemos nuestros nombres —afirma Claudette.
El chico sonríe de lado, pareciera que oculta algo.
—Claudette, sí que me sé el tuyo.
Ella se sorprende, pero no lo demuestra.
—Supongo que te has tomado el tiempo de investigar mi vida —dice —¿Y tú eres...?
—Me llamo Kian.
—¿Te has dado cuenta de que es nuestra primera conversación normal desde que nos conocemos? —pregunta Claudette con su característico toque de sarcasmo.
Ambos ríen al unísono, sus risas parecen complementarse tan bien que casi se oyen como una sola. A diferencia de sus personalidades.
—Y bien ¿Qué aprenderemos hoy profesor Kian?
A Kian le resulta raro oír su nombre dicho por ella. Pero le resta importancia, piensa un par de segundos en como iniciar.
Comienza poniendo música contemporánea, una canción al azar. Ambos se dirigen hacia el centro.
—Pon un pie en punta, flexiona el otro pie tocando con él tu rodilla opuesta. Así es la pose básica —dice Kian.
Claudette lo hace y le sale bastante bien, el problema está en girar.
—Sí, lo has hecho bien —anima él quitando un rizo rojo que molesta en el rostro de ella. Ambos ignoran el inesperado gesto.
Al tacto, su mano se sintió fría y áspera en la mejilla de Clau.
Kian puso su rostro muy cerca de el de ella, casi rosándose. Un cosquilleo de incomodidad y a la vez nerviosismo recorre el cuerpo de ambos, todas las emociones son mutuas. Claudette nota un olor muy familiar en él, raro, pero agradable. Kian tuvo que bajar mucho para llegar a su altura, señala al reflejo de ambos en el espejo y dice:
—Ese es el secreto para una Pirouette perfecta. Mantener la mirada en un punto fijo, te concentras en ti misma y no vas a marearte.
Eso hace, recupera la posición, se impulsa con la pierna de apoyo y gira. La vuelta no la marea, tal y como Kian le dijo. Lo ha logrado, sabe que aún tiene mucho que mejorar, pero le ha salido muy bien y ¡Al primer intento!
Mira hacia Kian en busca de aprobación, pero este tiene la decepción plasmada en el rostro.
—No ha sido lo suficientemente perfecto, te dije que estiraras la pierna y te pusieras en punta, pero has quedado en media punta solamente. El giro fue demasiado corto —corrige de forma abrupta.
—Puedo ver qué las reglas son muy importantes para ti, pero yo prefiero fluir con la música. Siento que me ha salido bien —se defiende ella.
—No ha quedado perfecto.
—Nada en el mundo lo es.
Una vez más le ha quedado claro a ambos lo diferente de sus personalidades.
—Tienes que ensayar hasta que te salga perfecto.
—¡Ya deja de repetir esa palabra! Sabía que no podríamos durar mucho tiempo juntos y sin discutir.
Se hizo un silencio denso y complicado, sus diferencias son evidentes. Claudette sabe que las personas como él son tan orgullosas y arrogantes que prefiere no tenerlas cerca y Kian detesta a los que él mismo ha denominado "liberales" aquellos que no siguen las reglas.
...
—Chanty, que te digo que él es un absoluto idiota —repite Claudette intentando descargar su frustración en su amiga.
Chantal la mira casi sin parpadear.
—Mira el lado positivo, ya te sale mejor ese paso y por favor no me hagas pronunciarlo —dice —Aunque jamás te ha importado lo que opina la gente de ti, no entiendo porque te molesta.
Claudette lo piensa, y es cierto, ¿Por qué le importa lo que piense?
—No es que me importe lo que piense, más bien es que siento la necesidad de probarme a mí misma y al resto que sí soy capaz ¿Entiendes? Tú sabes que no es fácil para mí esto de la situación con mi madre, y todas las críticas tan sólo por existir.
Chantal la comprende y pone su mano encima de la de Clau para demostrárselo.
—Sé muy bien cómo te sientes. Recuerda que te mueves en un mundo lleno de envidia y competencia, por lo que no es fácil pasar desapercibida siendo tan talentosa —consuela.
Esas sabias palabras de su amiga son el motor que necesita, tiene razón. Claudette lidia constantemente con las críticas del resto disfrazadas de opiniones, por lo que ha tenido que aprender a qué no le afecten, sin embargo, hay ocasiones en las que se vuelve vulnerable. Cómo todo ser humano.
—¿Debería volver a ensayar con él Chanty? Tu das los mejores consejos.
—Quizás, por lo que me has contado es muy de las reglas. Tal vez eso sea lo que necesites, un poco más de disciplina.
—Es muy arrogante, cada vez que le veo me cae peor —admite Clau —No creo que resista mucho.
N/A
Siento que este libro va tomando un rumbo que no esperan. ¿Alguien tiene alguna teoría?
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No hay trono para dos (EN CURSO)
RomanceClaudette Bovary es la mejor bailarina de su generación, el ballet ha formado parte de su vida desde que tiene memoria. Para ella es impensable que algo destruya su carrera y justo en la cúspide de esta, alguien amenaza con destronarla. Kian Stefano...