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" La vida es estar siempre en un camino constante de autodescubrimiento y cambio, es un largo o corto camino donde cada día es un capítulo mas o un capítulo menos, cada quien ve su vaso a su propia perspectiva, un vaso me dio lleno o un vaso medio vacio, donde tratamos de convertirnos en nuestra mejor versión, una versión no dependiente a los demás, a la atención o a la aprobación, sino a tu pensamiento y a aquellas personas que son tan importantes como uno mismo; podemos concluir que este camino lleno de desafíos es brillante"

Mis terapias con el psicólogo habían sido retomadas bajo mi propio criterio de decisión, uno últimamente muy bueno a consideración de Daniel, quien me felicitó por tomar aquella decisión, aunque para serles sincera no me siento merecedora de aquella felicitación.

Luego de aquel día donde Doña Camila muy cordialmente nos agradeció el poder dejar a su hijo con nosotros para evitarle traumas y el saber que podríamos mantenerlo sano y salvo, se mezclaron junto a las palabras de Armando en nuestro baile de año nuevo, las actitudes cambiantes de Daniel y la próxima visita de los representantes del Fashion group, me tenía ansiosa así que decidí retomar mi terapia, esta vez enfocada en mi, en mi crecimiento personal, en mi "soledad" a la que ahora no podía llamar así y al huracán de emociones respecto al hombre que habita dos cuartos a mi distancia.

Aquellas charlas siempre empezaban igual y ahora que no me sentía como un "muerto viviente" tal como en mis terapias pasadas, se me hacían tediosas, monótonas y plenamente aburridas, de modo que no permitían mentir o mi cerebro se dormiría por falta de actividad, ¿Como estás hoy? Era aquella la pregunta con la que siempre abrimos el oscuro candado que resguarda mi corazón, nunca tuve una respuesta concisa para esta pregunta, a pesar de saber que cada cita después el preguntaría lo mismo, a pesar de formularme a mi misma esta pregunta, aún no le tengo respuesta, negro o blanco, bien o mal, ¿y porque?, es como quería el psicólogo que le respondiera está simple pregunta, pero para mí, mi estado de ánimo es un blanco grisasio que por momentos se torna negro.

En esta sección tuvimos un nuevo enfoque, al igual que Daniel y para mí sospecha me felicitó por seguir consultando sus servicios médicos, me autorizo a dejar los calmantes luego de ver mi semblante ¿un poco más vivaz? Y prometió enfocar mi terapia de una manera más familiar donde si así fuera nesesario se vería involucrado Daniel y su familia, mi liga de contención; tendríamos un enfoque de agradecimiento y recuerdo, tenía que recordar el accidente y todo lo consiguiente a este que puede o no mi mente allá omitido, la compañía y el dolor debía estar conmigo para hacerme resurgir, el problema, Blas estaría con nosotros en dos días, recostandose sobre el negro sofá, de cuero sintético muy parecido al de la oficina presidencial de Ecomoda, dejando cuidadosamente posadas las sandalias que adornaban mis pies y cerrando mis ojos, la voz del especialista a mi lado me arrullaba.

- Recuerdo aquel accidente, hablé en voz baja sintiendo la presencia del doctor aún más cerca de mi, debido al escaso volumen que manejo al hablar, recuerdo estar en mi auto con mis padres charlando sobre los nervios de ambos en convivir con los Mendoza y presentarse formalmente a nuestra primera cena como familia, con las personas que eran como los padres de mi maravilloso esposo, sonrió tras recordar las emocionadas palabras de su madre, mi padre no paraba de hablar y los ojos de mi madre brillaban, los vi por el retrovisor y luego perdí el control, guarde silencio que se tornaría incómodo si no volvía a hablar, ... sin previo aviso chocamos contra una pared, o eso creo .... aunque es difuso lo que recuerdo, todo se volvió negro y desperté horas después en un hospital, mi voz temblaba en contra de mi voluntad, no se si mi memoria me jugo una mala pasada pero juro haber visto a mis padres cuando desperté, sin embargo nunca se acercaron a hablarme y luego de una siesta ellos ya no estaban, Daniel junto a Nicolás me ayudaron a conseguir un permiso para ver a mis padres, aunque fuera por muy pocos minutos y no pude acercarme lo suficiente a ellos debido a la silla de ruedas que utilizaba ... me sentía tan ajena a sus cuerpos, a sus vidas, se veían pálidos aunque mi madre si tenía la suficiente fuerza para hablar, me pidió que no abandonará a Daniel ni a Nicolás, mi padre solo me observaba pero su mirada no me causaba tranquilidad todo lo contrario, mis huesos se contrajeron tras recordar aquel suceso que es protagonista de mis pesadillas ... Abruptamente los recuerdos de mi nene saltaron, no logro recordar que sucedió los días posteriores a su fallecimiento, pequeños recuerdos me invaden pero nada lo suficientemente sólido como para conectarlos en un contexto de espacio-tiempo, una profunda charla con Daniel en el borde de nuestra ventana donde a pesar de ser pequeña deseaba incesantemente arrojarme de ella, hasta que la voz de él llegó a mis oídos, el apoyo de doña Catalina y María Beatriz que no solo estuvo para mi si no que también compartió un poco de su dolor, la triste mirada de Marcela luego de que le dedicará unas palabras que no podía distinguir entre mis pensamientos y verla salir furiosa de mi habitación hospitalaria, el apoyo de Daniel el día del entierro de mis padres, conducio su auto solo para mí, tomo mi mano al verme vulnerable, entendió mi dolor, me dejó llorar en su hombro y desplomarse como nunca antes había sucedido, ni en aquella fiesta de XV años donde nadie pareció importarle mi presencia o los sucios juegos de Miguel, el desprecio de Román y sus amigos, el engaño de Don Armando y Don Mario, la decepción de mi padre luego de enterarse de mi mal obrar respecto a Ecomoda e incluso la distancia voluntaria de Nicolás combinado a los malos tratos de Don Hugo, el como me entrego unas blancas flores exactamente iguales a las que adornar la tumba de sus padres y me permitió darselas a sus ataúdes donde permanecería en la eternidad astral con mis progenitores, el pequeño homenaje de mis amigos y allegados hacia la memoria de mis padres, las condolencias de Margarita y Roberto, Daniel ayudándome a buscar aquella pulsera que adorna mi muñeca desde aquel día y que anteriormente pertenecía a mi madre, el vestir de blanco para navidad para complacerme y conmemorar la ausencia de nuestros padres a pesar de odiar este color sobre si mismo, el comprar un espejo tan grande como la confusión de mi alma para poder ver a través de el la mejor versión de mi, el preparar mi desayuno, almuerzo y cena, con gran dedicación, debo admitir que su sazon es casi tan bueno como el de mi madre, alimentarme cuando era debido, preparar la "magica" sopa de mi madre y que en un solo momento aprendió con el propósito de subir mi ánimo, administrar mis médicamente sin retardo, suplirme en Ecomoda, aprender a utilizar tal como un maestro la lavadora para poder lavar mi ropa era uno d ellos gestos que más aprecio de el, abogar por mi ausencia, encargarse del mantenimiento de la casa de mis padres, de recibir cada uno de los periódicos y que gracias a un pajarito me enteré no sé a atrevido a eliminar aquella suscripción diaria, ayudarle a doña Eugenia con el pequeño montó económico que mis padres le brindaban, el mantener en perfecto estado la tumba de mis padres a la par de los suyos, por malas lenguas e escuchado que se a convertido en un obsesivo en ordenarle a Marcela, Nicolas y Beata su apoyo para supervisar estos labores en caso de su ausencia, Reparo y re-vendió mi auto y es una de las acciones que sinceramente más agradezco, no me sentía capacitada para volver a utilizarlo, me hacía recordar aquello que prefería olvidar y en cambio contrato con ayuda de sus viejos amigos con puestos gubernamentales un chofer personal que velara por mi salud y movilidad por la ciudad de Bogotá, que hombre tan perfecto, todo esto me supera pero al final del día sigo pensando en el y me asusta, me atemoriza ilusionarme de un falso hombre producto de una alucinación ideada por mí subconsciente dolido.

Aunque a veces sus acciones llegan a mis sueños y a mis ratos libres, su preocupación y dedicación por cuidarme me envuelve como una manta caliente, su espíritu y voluntad me persiguen como un espectro, en un buen sentido de la palabra, como una catarata mental causada por una fuerte emoción, una alucinación de su mirada donde el estaba conmigo, que se preocupaba por mí, aunque claro muchas veces sí fue así como aquella noche en la que moría de frío y silenciosamente fue junto a mi a arroparme de pies a cabeza, fingi dormir para no ser obligada a consumir algún alimento o a levantarme para colocarme una cómoda pijama, como quito mis zapatos con precaución de no despertarme y con cuidado los guardo en su cajón asignado, ordenó un poco el mínimo desorden de mi habitación y salió en un total y abrazador silencio, podría calcular que dio por concluido su "labor comunitario" en una hora aproximada de la media noche; muchas escenas de el preocupándose por mi me hacian sonreír, explicar y repetir cada uno de los detalles a aquel especialista a mi costado, una noche de insomnio recuerdo haberlo descubierto re-abriendo nuestros regalos de boda, en un impulso compulsivo de organizar el hogar que nos acoge, tal vez nuestras vidas se mantengan desorganizadas pero su espacio siempre debe lucir pulcro e impecable, desde aquella noche, las velas que nos obsequio la más anciana del cuartel de las feas adornan como un bello centro de mesa nuestro comedor, las cortinas obsequiadas a distancia por Mario Calderón se mantenían en la sala de estar, y demás regalos que no podía enumerar

Nuestro Casamiento (Betty X Daniel) Ysblf "Danitriz"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora