No me gusta nadar porque mi mamá siempre me dijo que era peligroso. Cuando tenía dos años, mi primo se ahogó durante las vacaciones de verano porque quería nadar desde la orilla. El socorrista llegó demasiado tarde. Le costó un juicio y una muerte en su conciencia. Después de esta tragedia, mis padres nunca más me llevaron a la playa. Al principio estaba triste porque me encantaba jugar con la arena y mojar los pies en el agua. Para disuadirme de nadar, mi madre me dijo que el agua está sucia cuando hay gente y los tiburones pueden atacarme en cualquier momento.
Tiene razón en estos puntos y no siento que esté desperdiciando mi vida al no bañarme en agua mezclada con todo tipo de sustancias, lo que no es muy higiénico. Prefiero quedarme en el borde y observar el hermoso paisaje. Vinimos temprano para obtener los mejores lugares y las chicas han estado jugando al juego de la pelota prisionera durante más de una hora.
Con un libro en mis manos, los observo divirtiéndose y riéndose a carcajadas. Chaeyoung golpea a Lisa en el hombro quien salta sobre la espalda de Irene haciéndolas caer al agua. Se lo están pasando bien, pero no puedo evitar preguntarme si las chicas conocen el secreto de Lisa. Debería dejar de pensar en eso.
"¡Ven y únete a nosotros!" exclama Elijah a mi lado.
Le sonrío y niego con la cabeza. Estoy en traje de baño, pero es solo para tomar el sol. Me parece prohibido pasar tiempo en el agua. Mis padres despreciaban tanto esta actividad que siento que mojar los pies en el agua del mar es inconcebible.
"Tal vez después," me encogí de hombros, educadamente rechazando su oferta. Ella agarra mi muñeca y me obliga a levantarme. Aprieto la mandíbula mientras me da una gran sonrisa.
"No puedes engañarme".Dejé escapar un profundo suspiro, ¿por qué tenía que ser tan perspicaz? Ella me lleva al mar, pero me detengo para que se vuelva hacia mí. La natación es demasiado peligrosa, no puedo hacerlo.Mi madre se pondrá furiosa si se entera de que me expongo a este peligro. Elijah me mira con curiosidad y suelta mi muñeca.
"No puedo", susurro.
"Por qué no ?" me pregunta, levantando una ceja. Estudia mis rasgos tratando de descifrarme como si fuera un enigma que necesita ser resuelto. Me rasco nerviosamente el antebrazo y pienso en todas las razones que mi madre había enumerado para no acercarme a la playa o a la piscina.
"Mis padres dicen que no es bueno nadar en el mar", me justifico, tomando un tono serio. Elijah no parece convencida porque cruza los brazos contra el pecho e inclina la cabeza hacia un lado.
"¿Y?"
"Y eso es todo", tartamudeo.
Ella empuja una pequeña sonrisa antes de alborotar mi cabello.
"Que se jodan, no necesitas su aprobación para hacer nada. Eres tan buena chica que es tan molesto", se ríe, tomando mi mano entre las suyas. Elijah nunca me habla de sus padres, y es el mismo caso de Lisa.
Solo sé que su padre es chef y su madre es secretaria en un pequeño consultorio dental. Aparte de su profesión, eso es todo lo que sé sobre ellos. Me parece que no se llevan bien con ellos porque realmente no los cuidaron bien cuando eran pequeños. Elijah siempre ha sido una niña rebelde al que le gusta dictar sus propias reglas y Lisa sigue su camino. Por lo tanto, su comentario sobre el monopolio de mis padres tiene un gran impacto en mí. Nunca imaginé una vida sin mis padres, y sobre todo sin sus obligaciones. Quieren mi felicidad por eso me dictan reglas estrictas para que no caiga en el camino equivocado.
Siempre pensé que no seguir sus reglas sería lo peor que podría hacer, pero lo que Elijah me acaba de decir me hace pensar que nadar no es tan malo como eso. Me pellizco los labios y camino hasta que mis pies tocan la arena fría y húmeda. Jadeo con sorpresa cuando el agua fría golpea mis piernas. Levanto la cabeza y me doy cuenta de que las chicas me han estado observando todo este tiempo. Chaeyoung sale del agua para tomar mi mano y entrenarme suavemente en el mar.
Al principio, el frescor del agua era desagradable, pero el calor del sol me hizo sumergir mi cuerpo en el agua. Después de varios minutos de adaptación, por fin puedo disfrutar y jugar con las niñas. Pasamos toda la mañana en el agua. Es la primera vez que me baño en el mar, a pesar de la prohibición formal de mis padres, y me lo he pasado muy bien.
Irene me enseñó a nadar y puedo aguantar treinta segundos antes de quedar exhausta, lo cual es genial. Estoy empezando a pensar que mis padres no siempre tienen la voz de la razón y no sé si es algo bueno o no.
