LISA
Toda mi vida he estado fingiendo que todo estaba bien y que nadie trató de ver a través de mí. Cuando comencé a tener confianza en mi bisexualidad, sentí que me convertía en alguien mejor y más feliz, pero mis padres no lo aprobaron en absoluto.
Mis veinte años fueron un punto de inflexión en mi vida porque ese fue el año en que le dije a mi madre que yo era diferente. Ella lloró y me abofeteó después de mi confesión. Esperaba que ella tuviera una reacción completamente diferente porque siempre fue amable y comprensiva conmigo. La bofetada fue dolorosa, pero sus palabras fueron aún más dolorosas. Ella me dijo que yo estaba enferma y repugnante.
Puedo escuchar a Jennie diciendo la misma oración en mi cabeza... Supongo que esas palabras no me dejarán en paz. Después de que mi papá se enteró, me escupió y me amenazó con golpearme. Así fue como me echaron de la casa de mis padres. Ojalá pudiera olvidar ese año, pero me hizo darme cuenta de que mis padres no me amaban al máximo. Mirando hacia atrás, siento que fue la decisión correcta.
No debería avergonzarme de ser yo misma. Nunca. Un día encontraré a alguien que me comprenda y me ame por lo que soy. No puedo esperar a que llegue ese día. Desde la escuela secundaria hasta la universidad, solía rezar para que esa persona fuera Jennie. Siempre fue tan perfecta, amable, encantadora y divertida. Era demasiado fácil para mí enamorarme de su mente cada mes. Que tonta fui al pensar que esta chica me elegiría entre mil pretendientes.
Desde el primer día, nunca tuve la oportunidad. Puedo ser su mejor amiga, pero el amante ni siquiera es una posibilidad. Jennie está fuera de mi alcance. Tal vez por eso estaba tan desesperada por estar con ella porque en el fondo sabía que nunca la tendría. Dios, estaba tan desesperada en ese entonces. Realmente necesito encontrar a alguien. Somi está demasiado celosa de Jennie. Ella piensa que no puedo dejar de enamorarme de la mejor amiga de mi hermana porque veo sus entrevistas. ¿Qué está mal con eso?
La mayoría de las veces, sus entrevistas son entretenidas y perfectas para ver cuando estoy aburrida. Le dije que no debería preocuparse por Jennie pero no me escuchó. Empezamos a discutir sobre cualquier cosa hasta que ella agarró un cuchillo y me amenazó con lastimarme si no me alejaba de mis amigos, especialmente de Jennie. Cuando llamé a Elijah, no esperaba ver a Jennie, pero debería haberlo hecho. Son mejores amigas y a Elijah le encanta invitar a Jennie a cenar.
En ese entonces, fue difícil para mí cuando mi hermana trató de encontrar un novio para Jennie. Fingí estar entusiasmada y funcionó. Todos sus novios anteriores me encontraron genial mientras esperaba en silencio que un camión los atropellara. Soy una buena mentirosa, Jennie no. Vi sus moretones. Trató de huir de mí yendo al baño pero no la dejo.
"¿Puedo entrar?" Pregunto. No quiero presionarla, así que mi voz es tan suave como el algodón de azúcar. Espero unos minutos hasta que escucho la puerta abrirse. Ella está parada frente a mí con desgana en su mirada. Entro al baño y cierro la puerta detrás de mí mientras ella me mira.
"Déjame ayudar", declaro.
"Puedo hacerlo sola. Está bien", me sonríe pero se ve forzada.
"Siéntate", puse mis manos sobre sus hombros y la empujé hacia el suelo. Ella deja escapar un gemido bajo pero no trata de alejarse de mi agarre.
"No pasará mucho tiempo", le aseguro y tomo el botiquín de primeros auxilios.Humedezco un disco de algodón y procedo a acariciarlo en sus labios. Aprieta la mandíbula ante el contacto y gime.
