Despreciable, egoísta, malcriado, maleducado, odioso, irrespetuoso... tantas palabras marcadas en su cabeza sin sentido. Le vio en unas clases de matemáticas y su alfa se volvió loco.
Hermoso, tierno, adorable, amable, dulce, atento, cariñoso, perfe...
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Ambos comían silenciosamente un cuenco de fideos hechos por el mayor. ¿Que debían de decir en medio de ese silencio tan cómodo que se habia formado entre los dos?
-Hyung...- dijo Yujin dejando los palillos a un lado.
Gyuvin levanto la cabeza para observarle atentamente. -¿Pasa algo?-
El omega nego. -Yo... quería preguntarte si nos podíamos sentar en matemáticas juntos. No me siento muy cómodo al lado de nonna Shuhua.- Confesó un poco sonrojado.
Era cierto que la alfa siempre le preguntaba si estaba bien y le regalaba dulces pero se había empezado a pegar más a el y se sentía incluso avasallado.
Más cuando las indirectas ya no lo eran tanto.
-Yo no tengo ningún problema... pero, ¿seguro que quieres sentarte conmigo? No me gustaría que dijeran cosas de ti...- confeso Gyuvin, tenía claro que el menor ya sabría de esos horribles rumores sobre el.
-Hyung... ya he comprobado que no es como dicen que es... me gustaría pensar en algún momento que me hayas hecho sentirme mal o incómodo. Pero ha sido al revés así que... no creo en nada de lo que dicen. ¿De acuerdo?- Gyuvin suspiro y miro hacia otro lado intentando esquivar la mirada del omega.
-Esta bien, pero debería de irme ya...- dijo algo nervioso. Recogió la mesa y miro al menor.
-Gracias por confiar en mí... pero deberías de tener cuidado con lo que haces, ¿de acuerdo?- Yujin le miro confundido y asintio.
Gyuvin no sabía si el menor debía de confiar en el.
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